La crisis económica y laboral provocada por el coronavirus ha permitido que haya una mayor negociación entre los propietarios de las viviendas y sus inquilinos y se haya conseguido rebajar el precio del alquiler. La reducción ha sido mínima en la provincia de Málaga en el mes de mayo, apenas un 1,3%, pero es una tendencia ya que la demanda sigue siendo amplia. 

Según un informe publicado por el portal Fotocasa este martes, el precio medio del alquiler en la provincia de Málaga en mayo era de 10,17 euros por metro cuadrado, un 1,3% menos que en abril y un 4,8% más que en mayo del año pasado.

Entre los principales municipios, este documento señala que la mayor caída mensual se ha producido en Rincón de la Victoria, un -5,7%, hasta los 8,73 euros por metro cuadrado. En Estepona el descenso ha sido del 2,9% (9,12 euros), en Torremolinos del 2,6% (10,5 euros), en Málaga capital del 1,6% (10,45 euros), en Benalmádena del 1,5% (10,26 euros), en Mijas del 1,5% (9,21 euros) y en Marbella del 0,9% (11,87 euros). 

“Aunque a finales del año pasado el precio del alquiler parecía que tendía a la moderación, el arranque de año ha sido intenso en cuanto a precios y seguimos registrando incrementos interanuales cercanos al 10%. Esto es debido a que actualmente existe una alta demanda de vivienda en alquiler y la oferta existente no es necesaria. Mientras la oferta y la demanda no esté más equilibrada continuaremos registrando incrementos en el precio del alquiler”, explica Anaïs López, directora de Comunicación de Fotocasa. Se refiere a la media nacional e interanual, donde el crecimiento en Málaga provincia ha sido del 4,8%. Pero el coronavirus está cambiando el mercado mes a mes. “En el alquiler turístico no, pero en el de larga temporada sí se observa que hay más oferta y un ajuste en precios”, afirma Carlos Pérez-Lanzac, presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía.

Una mujer observa el escaparate de una inmobiliaria en Málaga

Germán Pascual, director de la inmobiliaria Remax Quality, es un testigo directo de ese giro. “En los alquileres había antes mucha alegría y todo se alquilaba rápido. Ahora efectivamente vemos que está costando más y que los inquilinos están ofertando a la baja porque tienen la mentalidad de que todo puede variar”, explica. Pascual señala que antes de la crisis del Covid-19 se tardaba una semana en alquilar una vivienda, llegando como mucho a dos semanas si se daba algún tipo de circunstancia. Ahora se está tardando un mes y con muchas negociaciones por delante.

“Es una situación extraña porque tanto los propietarios como los inquilinos están tanteando el mercado y viendo por dónde pueden venir las cosas. Se dice que las empresas pueden despedir gente y hay mucha incertidumbre y desconcierto, por lo que pienso que hasta dentro de tres o cuatro meses no vamos a tener una referencia clara”, añade el director de Remax en Málaga.

Los inquilinos presionan a los dueños para bajar el precio del alquiler. Y los propietarios tienen también muchas dudas. “Antes de alquilar una vivienda siempre hacemos una valoración. Ahora los propietarios nos preguntan si deberían bajar el precio cuando hace cuatro meses eso no lo planteaba nadie”, comenta Pascual. Hay otros dos aspectos a tener en cuenta. Si el dueño quiere alquilar se expone a una posible mayor morosidad ya que la situación económica del inquilino puede cambiar prácticamente de la noche a la mañana, por lo que Pascual recomienda a los propietarios firmar seguros de impago para cubrirse. Si el dueño piensa vender el inmueble hay también mucha confusión porque se desconoce si el precio podría bajar más en los próximos meses y, por tanto, duda entre vender ya al precio actual o arriesgarse a esperar y tener un rendimiento menor.