La Academia Malagueña de Ciencias es una Corporación de derecho público, asociada al Instituto de España y miembro del Instituto de Reales Academias de Andalucía, que tiene como objetivo promover investigaciones, organizar reuniones científicas, conferencias, seminarios, coloquios, congresos y todo cuanto redunde en el estudio, fomento, desarrollo e investigación de la ciencia en general, según sus propios estatutos. Derivado de dicho conocimiento científico y técnico está la emisión de informes, diagnósticos que de alguna forma contribuyan a una mejor gestión y toma de decisiones en materias con incidencia en la sociedad malagueña. Fue fundada en 1872 mediante la transformación de una entidad anterior llamada Sociedad Malagueña de Ciencias, que a su vez provenía de la Academia de Ciencias y Buenas Letras de Málaga, fundada en 1757. En su fundación participaron científicos (Orueta, Prolongo, Sala, Parodi...); investigadores, (Guillén Robles, Rodríguez de Berlanga, Loring...); técnicos y urbanistas, (Sancha, Strachan, Giménez Lombardo...); industriales (Heredia, Larios, Huelin...); comerciantes (Galwey, Scholtz, Ground, Crooke..., abogados (Ramos Puente...), médicos (Franquelo Ramos, Orellana Toledano, Gálvez Ginachero..) y otros socios protectores de empresas industriales y mercantiles malagueñas. Robustez y solvencia técnico y científica que se ha ido manteniendo hasta nuestros días, en los que se cumple el 150 aniversario de su fundación.

De acuerdo con este cometido, y allá por el mes de mayo de 2000, con motivo de la propuesta de soterramiento del Paseo de los Curas, dentro del Plan Puerto, emitió un informe firmado por D. Alfredo Asensi Marfil (Dr. en Ciencias), D. Miguel Álvarez Calvente (Dr. Ingeniero de Montes), D. Juan Camacho Martínez (Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos), D. José Angel Carrera Morales (Dr. Ingeniero de Montes), Dª. Blanca Diez Garretas (Dra. en Ciencias), D. Emilio Ferre Bueno (Dr. en Geografía); D. Luis Linares Gírela (Dr. en Geología) y D. Juan Lucena Rodríguez (Dr. en Ecología) en el que se alertaba del primer ataque contra la infraestructura ambiental malagueña, como es el Parque (lo pueden descargar al completo en este link: https://amciencias.com/informes.html). La solvencia científica y técnica de los firmantes era y es incuestionable.

En sus conclusiones planteaba que “en el contexto hidrológico e hidrogeológico tanto el espesor de las formaciones de relleno como la profundidad de la superficie freática a lo largo de la traza de la obra son los elementos que será necesario conocer con precisión, pues de ellos va a depender, en gran manera, la influencia del túnel en la dinámica del acuífero. Del mismo modo la profundidad de penetración de la obra será un elemento condicionante y decisivo en las alteraciones que presumiblemente se producirán en la superficie freática”. Dado que el túnel se instalaría sobre unos materiales de relleno, y por debajo del nivel freático, “se verá afectada su dinámica tanto por las operaciones de construcción de la obra como por la propia obra una vez construida”. Planteaba que los bombeos derivados de la excavación y posterior construcción del túnel darían lugar a un descenso del nivel freático que muy probablemente provocaría una inversión del flujo subterráneo, favoreciendo la intrusión del agua de mar hacia el área de bombeo.

“El túnel, una vez construido, se comportará como una pantalla impermeable interrumpiendo el flujo natural del acuífero hacia el mar total o parcialmente. La consecuencia de esta interrupción será un ascenso del nivel piezométrico en el área situada "tierra adentro" de la traza del túnel y dicho ascenso será tanto más acusado cuanto mayor sea la profundidad de penetración de la obra en la zona saturada de los materiales de relleno. El efecto más negativo se produciría en la hipótesis de que la obra alcanzase el substrato paleozoico, en cuyo caso el flujo subterráneo se vería totalmente interrumpido”.

Pues bien, dado que en ese subsuelo se asientan los sistemas radiculares de toda la vegetación que forma nuestro Parque, que en una buena parte se alimenta a través de la humedad que le proporciona tales capas freáticas, es fundamental que en el estudio de viabilidad de la alternativa que se contempla, se aseguren las medidas necesarias para que no se provoquen un descenso de su cota, lo que significaría la muerte de la vegetación por sequía o, por el contrario, por hipoxia radicular. Toda esta hidrodinamica no solo afectaría una vez construido el túnel, sino también durante su construcción, dado que por sus características se habría de realizar a '' cielo abierto" y exigiría una potente acción de desagüe que podría generar una desecación, al menos temporal, tal del entorno que acarrearía daños irreversibles en la flora del Parque.

El informe concluía: “Reiteramos que, como en tantas ocasiones a lo largo de su historia, no le mueve a la ACADEMIA MALAGUEÑA DE CIENCIAS otro motivo que cooperar, en la medida de sus posibilidades, a que puedan llevarse a buen término iniciativas que, corno la presente, suponen unos grandes logros para el desarrollo y engrandecimiento de Málaga, por lo que esta Memoria-Informe ha de tomarse como una llamada de atención a quienes corresponde la redacción del anteproyecto y a los gestores de la ciudad que habrán de afrontar la responsabilidad de su aprobación”.

Transcurridos más de 22 años desde su publicación, el informe sigue en plena actualidad, porque asistimos a un nuevo intento de perpetrar un atentado contra una de las mejores infraestructuras ambientales de la capital, El Parque. Por tanto, la necesidad de atentar contra el patrimonio natural de Málaga parece una constante en el actual regidor. El penúltimo: desde el Puente de Tetuán intente mirar hacia los Montes de Málaga, y tendrá pruebas más que suficientes de lo que es destrozar un paisaje natural. La era urbana: hacia la ciudad sostenibljajaja.