La finca que cambió la fisonomía del campo axárquico
Frutas Montosa nació en los 80 como la primera firma malagueña dedicada al cultivo y comercialización de aguacates y mangos Hoy es líder en el mercado español y europeo
Fueron Jorge Loring y Amalia Heredia quienes trajeron el aguacate a España hace más de 150 años tras un viaje a América del Sur. De ello queda muestra en la finca de la Concepción en cuyo jardín plantaron algunos árboles incluyéndolo en su colección de especies exóticas. En los años 20 del pasado siglo, un alemán de nacionalidad chilena, Roger Magdahl, puso los ojos en el litoral granadino, cuyo clima era similar al que requerían los aguacates, y adquirió una finca en Almuñécar para cultivarlos de forma experimental con la ayuda de Willson Popenoe que ya tenía experiencia en chirimoyas. A ellos se les sumó posteriormente el empresario vasco Luis Sarasola que trajo de ultramar semillas y material para injertar. Encontró el aliado perfecto en el catalán Ramón Sala, perito agrícola que obtuvo una beca en California para estudiar los cultivos subtropicales. Continuaron con su actividad durante varias décadas, de forma que sus trabajos fueron paralelos con los del alemán Hans Dieter Wienberg, ingeniero agrónomo y creador de la Finca Experimental La Mayora en Algarrobo, investido doctor honoris causa por la Universidad de Málaga el pasado mes de mayo. En sus instalaciones logró el desarrollo, entre otros cultivos, del aguacate. Entonces no se sabía de su viabilidad económica y comercial, y poco de su adaptación al clima axárquico aunque se antojaba idóneo para su implantación.
Fue a finales de los 70 y principios de los 80 cuando José Luis Montosa, siguiendo la estela de su padre que comercializaba patatas y producía aceite de oliva en almazaras, se atrevió con este fruto casi desconocido. En esos años, la idea de montar un almacén para subtropicales se presumía algo quijotesca, pero vio la oportunidad donde otros agricultores no lo hicieron. Se atrevió con 400 metros cuadrados y tres o cuatro trabajadores en la Finca El Molino en Valle Niza, en el mismo lugar donde hoy se levanta una fábrica de 15.000 metros cuadrados y 320 empleados. En 1982 nacía Frutas Montosa, la primera firma malagueña dedicada al cultivo y comercialización de aguacates, mangos y guacamole, y hoy líder del mercado español y europeo.
En 2004, cuando ya había conseguido ampliar hasta los 4.000 metros cuadrados y trabajaban en ella alrededor de 90 personas, un incendio de grandes dimensiones calcinó la nave por completo. Era un fin de semana de noviembre cuando las llamas se extendían por toda la superficie como consecuencia del fuerte viento que azotaba ese día. Se destruyó todo y quedaban dos opciones: abandonar la actividad o volver a comenzar. La decisión no sólo fue continuar sino que en once meses pasó a tener 9.000 metros cuadrados de fábrica sin dejar de servir ni un solo pedido. De ese fuego, Montosa aprovechó la experiencia y le permitió una nueva organización con las instalaciones más avanzadas que existían en el sector. El buen funcionamiento de las mismas hizo que en varios años volviese a quedar pequeñas hasta llegar a los 15.000 metros cuadrados actuales.
"El mango llegó algo después, en la década de los 90, lo que ocurre es que este mercado en España no es tan firme y estable como el del aguacate que tiene sus variedades comerciales mucho más definidas desde el principio", apunta Clara Báez, ingeniero agrónomo de Frutas Montosa, quien recuerda que precisamente las que se cultivaron al principio "han cambiado por completo". Actualmente, el mercado demanda el hass de piel rugosa aunque también se trabajan otras variedades lisas como bacon o fuerte. En mangos, cuya superficie también se ha ampliado, la reina es el osteen aunque se juega con otras para alargar la campaña. El aguacate, sin embargo, hasta que no se corta del árbol no madura por lo que se puede servir producto malagueño desde el mes de noviembre hasta prácticamente el mes de mayo.
Actualmente Frutas Montosa cultiva 80 hectáreas de aguacates aunque también adquiere productos de otros agricultores de fincas axárquicas. En 2015 produjo 22 millones de kilos, y en lo que va de año ya lleva 13 millones, por lo que si la progresión continúa podría concluir el año con 26 millones de kilos. En mangos se podría incrementar de siete millones de la última campaña a ocho o nueve. Así, la facturación podría pasar de los 76 millones a 100 millones de euros, un crecimiento que experimenta casi un 25%. En 2012, había sido de 47 millones de euros. En ella, también está incluido el guacamole, del que la última cifra de comercialización es de dos millones. Ahora tienen entre las manos un nuevo reto que es una salsa para dippear o acompañar carnes y arroces elaborada con mango y que está prácticamente a la espera de su comercialización.
La fábrica, ubicada en Valle Niza, en la salida de Cajiz, tiene una capacidad de envasado y calibrado de 15.000 kilogramos por hora. "Siempre buscamos que nuestra fruta sea lo más homogénea posible, separándola por calibres y utilizando la tecnología NIR para evitar cualquier tipo de daños internos a través de infrarrojos. De esta forma, se analizan todas y cada una de las piezas", explica la ingeniero agrónomo, quien también resalta la importancia de que la fruta tenga el mismo tiempo de maduración con los controles de materia seca (grasas) en el caso del aguacate y del azúcar en el del mango. "La clave del aguacate y de todos los frutos es comerlos en su punto óptimo de maduración. Con respecto al producto nacional siempre es mucho mejor comer uno que ha estado un máximo de 24 horas en un camión que el que ha tenido hasta 25 días en barco. La calidad se nota, y en el mango español, mucho", asegura esta experta convencida de que al consumidor "siempre hay que darle calidad". "Hay que ofrecerlos en su punto óptimo de consumo, no puede salir fruta verde al mercado", incide. En lo que se refiere al mercado exterior, el principal es el francés con un 34%, seguido del alemán (10%), el belga (6,5%) y el suizo (6%). También llegan a Austria, Holanda, Finlandia, Reino Unido, Noruega, Hungría, Italia y República Checa.
A juicio de Báez, la demanda es muy superior a la oferta que hay en España, lo que ocurre, según explica es que "las limitaciones geográficas hacen que sea difícil extender la superficie de cultivo, sobre todo, por las exigencias climáticas". El aguacate no tolera las heladas ni las altas temperaturas durante el verano y tiene unas necesidades hídricas muy elevadas y concretas. A este respecto, la ingeniero agrónomo reconoció que están "seriamente preocupados" si no se abren nuevas canalizaciones de agua para riego. "Cada vez hay más superficie plantada por lo que se debe ordenar adecuadamente la gestión del agua", planteó Báez quien expuso que el aguacate precisa de siete millones de litros al año por hectárea. Y ante la idea equivocada de que el mango no necesita tanta agua, esta ingeniero agrónomo aclara que lo que ocurre es que "resiste mejor a la sequía" pero aún así necesita un tercio de lo que precisa el cultivo rey de la Axarquía.
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