El Gobierno da a un ferrocarril a Vigo el 'atajo' de trámites que piden en Málaga para el tren litoral

Hay veces que los destinos de Vigo y Málaga parecen unidos, como en la apuesta por el alumbrado de Navidad –al que llegaron después los gallegos–. Pero en otras, los caminos, que podrían ser paralelos, no dejan de discurrir completamente separados. El último ejemplo de la bifurcación de ambos destinos se ha dado esta semana pasada. El Gobierno reactivó en Ourense la variante de Cerdedo, una obra para conectar la capital de la provincia con Vigo con un coste estimado en 2019 de más de 3.100 millones de euros. Y para ello irá directamente al estudio informativo. Esto mismo es lo que se le viene pidiendo desde Málaga al Gobierno para el tren litoral, asegurando desde Madrid la imposibilidad de saltar el trámite para ahorrar dos años. En el Ejecutivo central niegan que esto sea posible para el tren litoral.

Pero, ¿qué es exactamente el proyecto al que el Gobierno mete la directa en Galicia? La variante de Cerdedo es una línea de alta velocidad ferroviaria que lleva parada –o anda muy despacio– casi dos décadas y que uniría Ourense con Vigo en 52 minutos. Ahora mismo se tardan 89 minutos. El coste estimado en 2019 era de 3.100 millones de euros, aunque ya se habla de que, vistos los incrementos en otras obras, no sorprendería que el coste de ejecución final se elevase por encima de los 4.000 o 5.000 millones de euros. La dificultad es mayúscula debido a que el 70% de sus 54,3 kilómetros discurre en túneles y viaductos. En el estudio hidrogeológico detectaron 500 masas de agua en el trayecto por el que debe discurrir el tren.

La variante de Cerdedo la propuso UGT en 2003, unos años después de que naciera el proyecto del tren litoral. Hicieron distintos estudios entre 2005 y 2013. Ahora el Gobierno actualizará a la normativa actual toda esta documentación, que se dejó caducar cuando la cartera de Fomento la ostentaba Ana Pastor (PP) –que también orilló el proyecto del tren a Marbella que recibió de la Junta de Andalucía socialista–. A pesar de que la última modificación de la Ley del sector ferroviario aprobada en diciembre de 2022 por el Gobierno de Sánchez obliga a ello, no se realizará un estudio de viabilidad previo. Esto hubiese ocupado los dos (o tres) años de tramitación que ahora mismo está pasando el tren litoral, que ya está licitando el mismo.

Hay que recordar que, en su última visita a Málaga, en julio del año pasado, el secretario de Estado de Transportes, Jose Antonio Santano, se comprometió a hacer el estudio de viabilidad previo con la documentación ya presente en el Ministerio, y a tenerlo antes de que acabase el año, para poder iniciar 2025 con la tramitación del estudio informativo. Una maniobra similar a la que ahora se ha utilizado –tras haberla pactado con el alcalde de Vigo, Abel Caballero, según afirman en Faro de Vigo– pero que finalmente no se ha producido.

Preguntado por la posibilidad de este atajo, al que se comprometió el secretario de Estado, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, aseguró a este periódico que no era posible: "La ley exige que se haga el estudio de viabilidad primero, estamos siendo rigurosos". El 30 de diciembre, Francisco Salado, presidente de la Diputación de Málaga, remitió una carta al ministro de Transportes, Óscar Puente, en la que le pedía, justamente, este adelanto similar al que se da en la variante de Cerdedo. La misma no ha tenido respuesta.

Salado, en su misiva a Puente, aseguraba estar "convencido" de que en tres de los cinco tramos que se contemplan en el estudio de alternativas que ya ha licitado Transportes –los que están entre Málaga y Estepona– "cuentan ya con informes y estudios de demanda más que suficientes para abordar el siguiente paso", es decir el citado estudio informativo. Muchos de los estudios a los que se refiere el presidente de la Diputación –y con los que cuentan en el Ministerio– son posteriores a los que se van a actualizar en Vigo, ya que se corresponden al último proyecto que impulsó Íñigo Gómez de la Serna como ministro de Fomento y que iba a ir a declaración ambiental en 2018.

La variante de Cerdedo, eso sí, tiene una gran diferencia con el tren litoral. No servirá para unir dos ciudades que ahora mismo no tienen conexión ferroviaria, sino para acortar el tiempo entre ellas. Ahora mismo el viaje dura 89 minutos. Hay una variable diferente sobre la mesa, la Salida Sur, que utliza la actual línea del Miño, pero la conecta con Vigo. Este proyecto ferroviario costaría entre 570 y 680 millones de euros. Dejaría la conexión entre Vigo y Ourense en 60 minutos. Sólo 8 minutos más que la variante de Cerdedo, eso sí, con una diferencia de 2.500 millones entre ambas. En Vigo se rechazó optar por la Salida Sur. La sección ferroviaria de UGT, la misma que impulsó en los albores de este siglo la variante de Cerdedo, hace unos años pidió descartarla en pro de la Salida Sur por considerar que Cerdedo tenía carecía de rentabilidad económica y que eran ya demasiados años sin avances significativos en los trámites ni parecía haber voluntad política.

El tren litoral también ha pasado por años de negativas políticas y estudios guardados en el cajón. A diferencia de Cerdedo, tiene como parada clave Marbella, la única ciudad española de más de 100.000 habitantes a la que no llega el ferrocarril. El último proyecto sobre la mesa, hecho por Unicaja y ARCS, ponía sobre la mesa un coste de 2.100 millones de euros para unir Málaga y Marbella. El proyecto actual que contempla el Gobierno estudia unir Nerja con Algeciras y se pretende estudiar la viabilidad económica de cinco tramos distintos. Parece que los que comprenden entre Estepona y Marbella tienen la viabilidad económica asegurada.

Por seguir con la comparativa, Málaga cuenta con 600.000 habitantes y Marbella con cerca de 170.000. Entre ambas está Mijas con 90.000 y la ciudad que se queda a las puertas del Cercanías que ahora une la capital con Fuengirola. En Ourense pasan por poco los 100.000 habitantes, mientras que Vigo no llega a los 300.000.