José Manuel Moreno-Benítez, experto malagueño en insectos: "En el momento en el que te das cuenta de la presencia de la procesionaria, es tarde"

Ha destacado que las acciones de prevención son clave para el control de estos animales de cara a la primavera

El Ayuntamiento de Málaga realiza trabajos biológicos para prevenir la procesionaria del pino

Imagen de la procesionaria.
Imagen de la procesionaria. / M.H.

Las orugas procesionarias son unos insectos que provocan preocupación entre los malagueños en los meses primavera, ante el aumento de su presencia en zonas con pinos donde se pasean a mascotas o en parques donde juegan niños. Estos insectos tienen unos pelos que acaban en espinas con toxinas, que provocan urticaria si se tocan. En los meses de invierno es cuando comienzan a nacer las orugas, y para llevar un seguimiento de estas, el Ayuntamiento de la ciudad lleva a cabo trabajos de prevención.

El presidente de la Sociedad Andaluza de Entomología, el malagueño José Manuel Moreno-Benítez, ha explicado sobre las procesionarias que son unas orugas urticantes, que usan estos pelos con toxinas para protegerse. Y ha señalado que el aumento de su presencia en Málaga se debe principalmente a dos causas: los pinares y la falta de sus depredadores. Y que el control de esta especie es clave, pues "en el momento en el que te das cuenta de la presencia de la procesionaria, es tarde".

Aumento de la procesionaria

El experto apunta que el incremento de pinares en el territorio malagueño, cuando antes existía poca presencia de estos y estaban muy delimitados, es una de las causas del aumento de la presencia de las procesionarias en primavera. Esto ha generado un "ecosistema perfecto" para estos animales, destaca Moreno-Benítez.

A esto se suma la falta de depredadores naturales de las procesionarias, que son principalmente aves, como los carboneros y herrerillos. Así como la escasez de murciélagos en la zona, pues estos se alimentan de las mariposas adultas de las procesionarias. En resumen, se une que "hay pinares donde antes no había, y que no hay depredadores suficientes" para la procesionaria.

Sobre su control, subraya que la prevención es clave. "En el momento en el que te das cuenta en el que hay procesionaria es tarde", subraya el experto. Y respecto a sistemas para ello, destaca la endoterapia, al ser "menos invasivo" que otros, pues solo actúan con las procesionarias. Este método consiste en inyectar un producto fitosanitario directamente en el tronco del árbol, y este se distribuye por este. Otra de las recomendaciones del experto es "no plantar más pinos".

Cabe recordar que está prohibido dar muerte a cualquier animal silvestre, entre ellos las procesionarias, y que solo las autoridades competentes son las encargadas de tomar medidas sobre esta especie, o en su caso permitir su control

Ciclo de vida de las procesionarias

Las orugas comienzan a nacer en los meses de noviembre-diciembre, aunque en Málaga es más común que los huevos eclosiones entre febrero y marzo, apunta el experto. Y a principios de primavera cuando comienzan su "procesión" bajando de los pinos, de cuyas hojas se alimentan, hasta el suelo, donde se ocultan entre la tierra, principalmente la arenosa. En este momento, la etapa larvaria, es cuando se encuentra recubiertos de estos pelos con toxinas, que dan reacción tanto por contacto directo como indirecto, pues las orugas se desprenden de los pelos si se sienten atacados, específica en un informe la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Esta reacción la origina una sustancia que se encuentra en estos pelos, la toxina termolábil.

Continuando con su proceso, una vez bajan de los árboles, en la tierra, es donde crean los capullos, de los que saldrán transformados en polillas. Estas pupas están hechas con seda, así como con los propios pelos urticantes, por lo que en esta fase, si se tocan, también pueden originar una reacción.

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