Málaga

Las férulas malagueñas de Fiixit se fabrican ya en nueve centros distribuidos por toda España

Unas de las férulas de Fiixit durante su impresión.

Unas de las férulas de Fiixit durante su impresión. / M. H.

Las férulas hechas con impresoras 3D de Raquel Serrano se dieron a conocer hace unos años. La malagueña decidió fabricar un sustituto de la tradicional escayola para mejorar la calidad de vida de los pacientes que tengan que usarla. Ahora, cuatro años después de ampliar su capital, Serrano imprime al año entre 500 y 700 férulas, cuenta con nueve centros Fiixit por toda España y trabaja con más de 60 ortopedias de todo el país. 

Fiixit nació en 2016, dos años después de que Raquel Serrano, de Alhaurín de la Torre, se graduara en Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto por la Universidad de Málaga. En 2019 el propio Rey Felipe VI le condecoró con la medalla de la Orden del Mérito Civil y también cuando realizó la ampliación de capital de su empresa. 

Actualmente, su empresa sigue creciendo y la malagueña califica estos últimos cuatro años como “locos”, tras sobrevivir a la pandemia y haber estado luchando para continuar creciendo. Uno de los retos que han logrado es “conseguir fabricar dentro de la propia ortopedia teniendo el control de todo”. En la empresa solo trabajan dos personas y coordinan nueve centros Fiixit que imprimen las férulas con sus máquinas por toda España. Algunas de las ciudades en las que están presentes estos centros son Málaga, Murcia, Alicante, Madrid o Las Palmas de Gran Canaria. 

En Fiixit, Serrano señala que trabajan de dos formas diferentes con las ortopedias. Normalmente, las ortopedias les mandan a los pacientes y ellos diseñan las férulas y es aquí donde surgen las dos opciones, ya que “dependiendo de la ortopedia se fabrica la férula dentro de la misma o la fabricamos nosotros”. 

En total al año fabrican en torno a unas 500 y 700 férulas y Serrano asegura que la demanda va aumentando cada año. En este sentido, los pacientes que utilizan estas férulas son de todas las edades. Desde hacer un corsé para una niña de 6 años porque tiene una lesión en una vértebra, hasta un corsé para adultos, haciendo también una férula para la mano de un bebé de 15 meses e incluso férulas para pacientes de 70 años que las necesitan para su día a día. 

En cuanto al precio de cada férula, este lo cubre la seguridad social. “Nos hemos ceñido a ese precio, aunque sea algo innovador queremos poder llegar a todo el mundo”, señala Serrano. Así pues, cuando se trata de un paciente que va a una ortopedia privada, el coste lo marca la misma. 

Serrano ha sido pionera en este campo, con sus férulas se mejora la calidad de vida de los pacientes. Este concepto revolucionario nació durante una cena en un restaurante. Todo fue porque observó que en una mesa próxima había un niño quejándose y al darse la vuelta vio que el pequeño estaba utilizando un cuchillo para rascarse por dentro. Entonces se preguntó si podría imprimir escayolas en 3D. Ahí nació Fiixit, cuyo nombre, según contó en 2019 , es así porque “Fix significa tanto en latín como en inglés arreglar o unir” y le añade una segunda i “porque también significa férulas de inmovilización impresas”.

Gracias a esta idea, a los pacientes que utilizan estas férulas “no les pesa, no les pica, se adaptan a su anatomía e incluso algunas férulas están reduciendo los tiempos de curación”, incide. Además, para que también los materiales que les sobran en cada impresión no sean desechados, colabora con la Universidad de Málaga y dona estos materiales al proyecto Marea Plastic que busca fomentar el reciclaje dándole una segunda vida a plásticos que iban a ser desechados.

Se podría decir que el 3D es el futuro, pero Serrano domina este mundo desde 2014, cuando compró su primera impresora 3D para hacer su trabajo de fin de grado. Ahora mira al futuro con ganas de seguir creciendo, puesto que “hemos sido los primeros en este campo y no nos podemos quedar ahí”. 

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