Más de 3.000 personas mueren cada año en Málaga por culpa del tabaco

Los tóxicos del tabaco enferman el cuerpo. Y matan. Cada año en la provincia de Málaga mueren más de 3.000 personas por culpa de esta adicción. Según los datos aportados por el delegado de Salud, Carlos Bautista, de esa cifra en torno al 50% fallece por patologías cardiovasculares, alrededor del 40% de cáncer de pulmón y el resto por dolencias respiratorias, como la enfermedad obstructiva crónica (EPOC). Por eso llamó a concienciarse de que así como hace unas tres décadas se trabajó por la disminución de los muertos en accidentes de tráfico y se consiguió reducir esos números de forma considerable, ahora debe ahondarse en la lucha antitabáquica para disminuir también sus víctimas. "Es tremendo ver a una persona morir asfixiándose porque ha fumado toda su vida", comentó. Incluso llamó la atención sobre las nuevas formas de consumo como los vapeadores, "una adicción que no es indemne". Bautista precisó que en la provincia unas 315.000 personas fuman a diario y en torno a 36.000 que lo hacen de forma ocasional.

En un acto con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, que es el 31 de mayo, y en la línea para reducir el tabaquismo, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) reclamó a las Administraciones que no concedan permisos para organizar festivales de música patrocinados por la industria tabaquera. Su vicepresidente en Málaga, Alfredo Herrera, apuntó que especialmente los jóvenes son "víctimas de una estrategia comercial" utilizada por estas empresas para convertirlos en futuros consumidores.

Explicó que tras los cambios legislativos de los últimos años y las campañas de sensibilización, la proporción de fumadores en todos los tramos de edad ha bajado. Sin embargo, se ha producido un incremento del 10% entre los jóvenes de 16 a 24 años que fuman a diario. Según la AECC, en la provincia hay más de 32.000 personas comprendidas entre estas edades que fuman de forma habitual. Generalmente, los adolescentes entran en la adicción por las nuevas formas de consumo: vapeadores o cigarrillos electrónicos. La asociación precisó que más de la mitad de los jóvenes (54,6%) entre 14 y 18 años ha probado cigarrillos electrónicos.

Tras recordar que el 80% de los fumadores se inician en este nocivo hábito antes de la mayoría de edad, Herrera apeló a las Administraciones a no conceder permisos a festivales patrocinados por esta industria para que los jóvenes no se conviertan en "adeptos de la trampa tonta del tabaco".

Herrera comentó: “La industria del tabaco quiere conquistar espacios de ocio, diversión y encuentro de nuestros jóvenes para acompañarlos el resto de sus vidas con el perjuicio que esto supone para su salud. Este es el reto que debemos afrontar como sociedad con la implicación de todos los ámbitos. Debemos trabajar para aminorar estas acciones de patrocinio y propaganda de la industria por la salud de nuestros jóvenes”.

Además, el vicepresidente de la AECC calificó de "magnífica y un logro muy importante" la ley que tramita el Gobierno central. Esta norma no permitirá fumar en vehículos de uso laboral, en centros docentes, incluyendo sus espacios al aire libre, como los patios de los institutos o los campos universitarios; las instalaciones deportivas, las piscinas de uso colectivo, las marquesinas de los autobuses y zonas de ocio al aire como las salas de fiestas exteriores.

Tanto la Delegación de Salud como la AECC insistieron en el mensaje de que hay recursos para aquellas personas que quieran dejar de fumar. En los recursos que tiene disponible el Servicio Andaluz de Salud (SAS) a través de los grupos de apoyo antitabáquico en centros de salud y hospitales y en teléfono gratuito 900850300. En el caso de la Asociación, en los grupos de deshabituación de la adicción. La técnica de la organización, Ana Marín, precisó que unas 200 personas han dejado de fumar en el último año en la AECC gracias a estas terapias, lo que supone un 67% de éxito. Además, recordó que los fallecimientos a consecuencia del tabaco son la primera causa de muerte prevenible y que el trabajo tanto de las Administraciones como de esa organización es que la industria tabaquera no consiga que los jóvenes entren en la adicción a través de las nuevas formas de consumo.