Las protestas de los transportistas por el fuerte aumento del precio del combustible se han intensificado este martes en Málaga. En la segunda jornada de paros convocada por la Plataforma en Defensa del Sector del Transporte Nacional e Internacional de Mercancías, un grupo ha hecho esta mañana un piquete en la puerta del Centro de Transportes de Mercancías (CTM) dificultando la entrada y salida de camiones. Ha habido algún momento de tensión, aunque la sangre no ha llegado al río y no ha hecho falta la intervención policial. 

Por la tarde, varios de los manifestantes han circulado lentamente con sus camiones y furgonetas de reparto durante dos kilómetros en la A-357, desde el CTM hasta la entrada por la autovía al centro de Málaga, provocando retenciones en todo ese tramo y llegando incluso a la Alameda Principal. Fuentes del Centro de Gestión de Tráfico han indicado que, tras dar la vuelta por la Alameda, han salido por la Avenida de Andalucía de nuevo hacia la autovía, aunque sin generar retenciones pues los conductores participantes en la protesta estaban distanciados unos de otros. Sí han liado algarabía con el claxon para dar a conocer su reivindicación. Al tráfico lento generado por la protesta se la ha sumado la lluvia y la salida de miles de personas de sus puestos de trabajo, especialmente del parque tecnológico y de polígonos de la zona. 

Estas dos actuaciones han sido las más significativas, pero la jornada ha sido tranquila en otros centros neurálgicos del transporte en Málaga como Mercamálaga, el puerto o los polígonos por lo que no ha habido una especial incidencia. 

La protesta convocada por la plataforma nacional no ha sido secundada por las grandes patronales del sector, siendo la repercusión escasa. Francisco Fernández, secretario general de la Federación Andaluza de Transportes (Fatrans), ha explicado que el Comité Nacional del Transporte por Carretera se reunirá mañana miércoles a las 12 con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. Sobre la mesa está la petición del sector de que el Gobierno haga bonificaciones fiscales que permitan a las empresas de transporte paliar el fuerte incremento del precio del combustible, que se ha encarecido un 30% en apenas unas semanas, dificultando la viabilidad económica de las compañías. En función del resultado, las grandes patronales verán si organizan medidas de protesta o no.