Que la sequía es un problema no se le escapa a casi nadie a estas alturas. Basta darse un paseo junto a La Viñuela para comprobarlo. Problema que baja a tierra con declaraciones como las de Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía este miércoles: “Para volver a la normalidad harían falta 100 días de lluvia constante”.

Por ello, Moreno se ha mostrado muy preocupado cuando ha sido preguntado por los periodistas acerca de la falta de lluvias durante su visita al Convento de la Trinidad y ha pedido “máxima cooperación de todas las administraciones” para luchar contra ella.

Moreno, tras ser cuestionado por los periodistas sobre la petición de creación de una mesa sobre sequía y si ha habido contactos con el Gobierno central, ha dicho que no han tenido respuesta “y me sorprende”.

“Andalucía, desgraciadamente, aunque prácticamente toda la España más meridional, pero de manera más acusada la región, está teniendo ese problema y estamos muy preocupados, no es nuevo, llevamos tres años muy malos por debajo de la media de precipitaciones”, ha dicho.

Al respecto, ha agregado que este año “especialmente está siendo tremendamente severo en términos de precipitaciones. Esperemos que en la primavera se pueda enmendar algo”.

Por tanto, ha asegurado que están “muy preocupados” y ha pedido al Gobierno de la nación que “de una manera urgente se ponga en marcha todos los trasvases, todas las obras hidráulicas pendientes por parte de la Administración General del Estado y que, por supuesto, pongamos en marcha esa mesa de la sequía para que allí juntos podamos hacer una estrategia”.

“Porque –ha continuado– si no llueve en primavera vamos a tener un otoño e invierno muy complicado, tremendamente complicado en términos agrícolas y ganaderos, que son los primeros damnificados, pero, posteriormente, lo tendremos en términos industriales y también de abastecimiento en muchos pueblos y rincones de Andalucía”.

Expertos de la Universidad de Málaga y de Granada convergen en calificar de crítica la situación de sequía en la provincia. La falta de precipitaciones durante estos meses, propia del la irregularidad de clima Mediterráneo, junto con el exceso de demanda de agua que supera la actual oferta, provoca que el abastecimiento se encuentre en un punto crítico. De la misma manera, los expertos afirman que se trata de un problema estructural, cuya solución pasa por encontrar alternativas de reutilización del agua y compensación entre los embalses de la provincia.