Un siglo de experiencia para el rescate de Julen
Rescate de Julen en Totalán | Brigada de Salvamento Minero de Asturias
La Brigada de Salvamento Minero de Asturias fue creada en 1912 para salvar vidas
Málaga/La Brigada de Salvamento Minero de Asturias es un cuerpo de élite especializado en rescates subterráneos. Ocho de sus 15 miembros llegaron el martes de la semana pasada a Totalán –tras las gestiones del Ministerio de Defensa y el traslado en un avión del Ejército– para intentar sacar a Julen del pozo. Forman parte de un equipo entrenado en rescates en túneles y minas, capaz de intervenciones sin visibilidad y en atmósferas irrespirables.
La brigada se creó en 1912 a instancias de la empresa Duro Felguera. Luego se fueron uniendo otras compañías mineras para sumar fuerzas, tener mejores medios e incrementar su eficacia frente a los accidentes. De modo que con los ocho rescatadores desplazados, más de un siglo de experiencia se pone al servicio de un dispositivo sin precedentes en la historia de España: el rescate de Julen.
Con la desaparición de las explotaciones de carbón, la empresa pública Hunosa se hizo cargo de su gestión y mantenimiento.
El equipo ha salvado muchas vidas desde que hace más de un siglo, en 1912, actuara por primera vez en una explosión de grisú en el pozo de María Luisa, en Langreo.
También ha rescatado fallecidos, como en una de sus últimas intervenciones, la del espeleólogo muerto en una cueva de Galdames (Bilbao), en 2017.
Todos son voluntarios. Simultanean su participación en la brigada con su trabajo habitual en los pozos. Para formar parte de este cuerpo de élite deben llevar diez años en Hunosa y seis en la categoría de barrenista, picador, electromecánico o minero de primera. Pero además deben demostrar que pueden respirar con equipos de aire que pesan 14 kilos y que también deben ser capaces de cargar a la espalda.
La brigada tiene su sede en el pozo Fondón, en Langreo (Asturias). Allí hay un circuito de entrenamiento para enfrentarse a situaciones extremas, como galerías en las que tienen que ir tanteando o túneles tan estrechos en los que apenas caben con el equipo. Están preparados para actuar en incendios, apuntalamientos, hundimientos, terrenos colapsados... Y no sólo para rescatar a otros, sino para llevar al máximo su seguridad, dentro de lo que cabe en los accidentes en los que intervienen.
Ahora ocho de ellos están en Totalán esperando entrar en los túneles desde los que puedan rescatar al pequeño Julen.
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