Rescate de Julen

Las cifras a las que se enfrentó la montaña

  • El dispositivo de 300 personas ha trabajado durante 12 días y 13 noches, 288 horas ininterrumpidas

  • Se han movido 85.000 toneladas de tierra en el cerro del Dolmen de la Corona

Una perforadora llega al pueblo de Totalán.

Una perforadora llega al pueblo de Totalán. / Javier Albiñana

Los efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos fueron los primeros que al llegar al Dolmen del Cerro de la Corona presumieron que las tareas de rescate no iban a ser fáciles. Los 25 centímetros de diámetro del pozo y los 107 metros de profundidad revelaban que el acceso hasta Julen requería de una maniobra a estudiar.

Una conjetura a la que se sumó la Guardia Civil al ver las dimensiones del hueco por el que había caído el pequeño de dos años. Sin embargo, ninguno pudo presagiar que la montaña se cobraría 12 días y 13 noches. Ésta le impuso como reto hacer frente a la dureza del terreno y hacerlo con la delicadeza que las circunstancias requerían

En esas primeras horas, ya había un centenar de personas trabajando para sacar a Julen del pozo en el que cayó aquel fatídico domingo 13 a las dos de la tarde. En el centro de operaciones, junto a los bomberos estaban los el equipo de Rescate Intervención en Montaña (EREIM), y del Grupo de Especialidades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil. También había agentes del Cuerpo Nacional de Policía, del 112 y personal de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) así como de Protección Civil.

Más de 60 empresas moviendo tierra

Comenzaba la mayor obra de ingeniería civil humanitaria que se ha hecho en España en una superficie de 200 metros cuadrados. Al frente de ella, el delegado del Colegio de Ingeniero de Caminos en Málaga, Ángel García Vidal. A la decena de administraciones y organismos públicos se fueron sumando de forma voluntaria 37 empresas.

Equipos de rescate en la zona del pozo de Totalán. Equipos de rescate en la zona del pozo de Totalán.

Equipos de rescate en la zona del pozo de Totalán. / Javier Albiñana (Totalán)

Más de 60 se presentaron para realizar los movimientos de tierra que requerían para dos de las tres vías que se habían abierto como soluciones de acceso a Julen. Estaba atrapado en un pozo de unas dimensiones con una anchura similar al fondo de una sartén y una altura de un bloque de 30 pisos.

Para hacer esa plataforma y rebajar 30 metros –finalmente se quedaron en 23– a la montaña, doce excavadoras se emplearon noche y día. No había sitio para ninguna más. Extrajeron 40.000 toneladas de tierra, movieron 85.000, el equivalente a 33 piscinas olímpicas. Antes tuvieron que hacer una carretera de 22 metros de anchura para que la maquinaria pesada – dos perforadoras de gran potencia– pudiesen acceder.

Una de las alternativas empleadas consistió en la succión de 60 centímetros del tapón que se encontraba en la cota -71 y de 60 centímetros de grosor. Justo debajo de ese punto se encontraba Julen. La segunda vía fue la construcción de una galería horizontal de entre 50 y 80 metros que finalmente el equipo técnico asesor desestimó por los derrumbamientos que se estaban produciendo y porque sería más lenta que la tercera opción.

Se opta por un túnel vertical de 60 metros

Ésta, la que se ha llevado a cabo, ha consistido en un túnel vertical de 60 metros a cuatro de distancia del pozo original y con un diámetro de un metro y veinte. La irregularidad del terreno desesperó a los profesionales que se encontraron tramos en los que avanzaban cuatro metros por hora y otros de un metro cada cuatro horas. Esto fue consecuencia de las vetas de cuarcita. En la escala tienen una dureza ocho de diez posible.

Maquinaria en el cerro del Dolmen de la Corona. Maquinaria en el cerro del Dolmen de la Corona.

Maquinaria en el cerro del Dolmen de la Corona. / Javier Albiñana (Totalán)

La galería requirió 55 horas de perforación. El entubado 10 tramos de seis metros cada uno y de 1,10 centímetros. A los tres últimos tuvieron que reducir el grosor por una desviación encontrada en la galería que impedía que entrasen con seguridad. La plataforma se recreció 12 metros.

Para entonces, el operativo ya se había incrementado en 300 personas. A los ingenieros de carreteras, caminos y minería se sumaron geólogos, topógrafos y espeleólogos. El último equipo lo han integrado una treintena de personas: 8 mineros, 12 guardias civiles –especialistas en rescate en montaña (Greim) dos de ellos llegados de Mallorca y Cantabria, de actividades subacuáticas (Geas) y en microvoladuras (Tedax)– y 8 bomberos de Málaga. Total: 288 horas de entrega y profesionalidad por Julen.

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