Salud tiene hospitales infrautilizados en Málaga, pese al déficit de camas y recursos
El de Estepona no contempla ingresos, el de Benalmádena sólo entre semana, el Pascual no se abre, el centro sociosanitario de Ronda tampoco y la ampliación del de Marbella será a medio gas
Rechazo a la demora del tercer hospital de Málaga hasta 2032 y reivindicación de la apertura "ya" del Pascual

El de Estepona es un hospital sin hospitalización, el de Benalmádena solo tiene ingresos entre semana y sigue con un tercio de su estructura en los ladrillos 17 años después de su inauguración, el Pascual está cedido desde hace casi 20 meses al SAS pero no se abre, el antiguo comarcal de Ronda que se iba a transformar en un centro sociosanitario continúa sin uso y con la puerta tapiada y la retrasada ampliación del Costa del Sol es inminente aunque será a medio gas. Málaga –la provincia con menos camas de hospital por habitante de Andalucía y donde los pacientes pueden esperar hasta 60 horas para ingresar en planta por falta de recursos– tiene instalaciones sanitarias infrautilizadas.
Más allá del gran proyecto del tercer hospital en la capital –que obviamente tiene sus complicaciones administrativas y exige una inversión de unos 600 millones de euros–, la sanidad pública malagueña tiene margen para crecer en recursos asistenciales con menos costes y más celeridad. Pero cada vez que se pregunta a la Consejería de Salud, la Delegación o los hospitales por los déficit y sus soluciones, la respuesta es similar: “Se está trabajando”. Muchos proyectos están estancados o van demasiado lentos en relación con el crecimiento de la población e incluso con el avance de nuevas técnicas que amplían las posibilidades y necesidades de asistencia.
Mientras la Junta de Andalucía saca pecho de tener 1.000 millones de euros más para el presupuesto de sanidad en 2025, profesionales y sindicatos denuncian la infrautilización de los hospitales citados por la falta de inversión y contratación. Recuerdan que no sólo hay que abrir infraestructuras, sino dotarlas de personal suficiente.
Los hospitales a medio gas de Estepona y Benalmádena y la demora en la puesta en marcha de la ampliación del de Marbella no solo impactan sobre esas poblaciones. También repercuten en la saturación del Clínico, el hospital de más nivel asistencial de referencia para toda esa zona que es precisamente la que más crece de la provincia. Paradójicamente, pese a la explosión demográfica de la parte occidental, no sólo no se ponen a pleno rendimiento los chares de Estepona y Benalmádena, sino que el Clínico es el único de los grandes hospitales que no cuenta con un proyecto de ampliación. El Costa del Sol previsiblemente inaugurará parte de la suya en breve y el Carlos Haya avanza, al menos en los papeles, hacia el nuevo Regional.
El centro hospitalario de alta resolución (chare) de Benalmádena es uno de los que está infrautilizado. José Alberto Solera, delegado del Sindicato Médico de Málaga (SMM), recuerda que abrió en el otoño de 2007 y que todavía tiene una parte sin uso, “con los suelos de cemento y las paredes en los ladrillos”. Además, hay otras áreas que aún estando acabadas no se utilizan. Sostiene que podrían sacarle más rendimiento a las instalaciones “si acabaran la obra y dotarán al hospital de personal suficiente”. Es un centro concebido para cirugías no extremadamente complejas. Allí sólo se hacen operaciones programadas, no de urgencia. Pero funciona como hospital de lunes a viernes, porque el fin de semana no hay ingresos. Aunque alivia al Clínico, del que depende, estas limitaciones impiden una mayor actividad quirúrgica del hospital benalmadense. Solera argumenta que aún siendo un chare, podría dar más de sí si se acabara la obra y tuviera una plantilla adecuada. Ahora, por ejemplo, no tiene anestesista de guardia y eso impide hacer operaciones de urgencia.
El secretario provincial del Sindicato de Enfermería (Satse), Juan José Sánchez, también recuerda que “una tercera parte del hospital está en los ladrillos” y lo achaca a “una cuestión económica”. A continuación añade que su puesta a pleno rendimiento “sería un desahogo magnífico para el Clínico”, sobre el que son frecuentes las denuncias de “colapso”.
El Hospital de Estepona es otro a medio gas. Se abrió en el pico de la pandemia, a principios febrero de 2021, cuando no había sitio donde meter tantos hospitalizados por Covid. En septiembre de 2023, cerró quirófanos y área de ingresos. Es decir, se convirtió en un hospital sin hospitalización. Tiene consultas externas, urgencias y área para radiografías. “Pero es igual que un centro de salud con urgencias, poco más, porque si los pacientes requieren hospitalización tienen que ser derivados al Costa del Sol”, explica Sánchez. Cuando a la Administración sanitaria se le pregunta por esta infrautilización y por qué el hospital no se pone a más rendimiento, la respuesta es: “Se está trabajando progresivamente en ello y se irá comunicando”.
Luego está el Hospital Costa del Sol. Marbella y toda la costa occidental llevan esperando más una década la prometida ampliación que va casi a duplicar el edificio actual. Pleitos judiciales y enfrentamientos políticos frenaron el proyecto. Fue desbloqueado tras la llegada del PP a la Junta de Andalucía, pero avanza lentamente. “Se está trabajando en la planificación de la apertura del nuevo edificio próximamente, que se realizará por fases en función de las necesidades”, explican desde el centro sanitario. En mayo de 2023 ya se abrió el nuevo pabellón administrativo (C). Es inminente la inauguración de la parte asistencial nueva (B) y queda pendiente la remodelación del antiguo (A).
Satse y SMM admiten que supondrá una “mejora evidente”, pero aclaran que lo que se prevé abrir en breve son las nuevas consultas, que sólo son una parte de la ampliación. La Unidad de Agudos de Psiquiatría, tan demandada como necesaria y que descargaría al Clínico, no llegará en esta fase. Este déficit –denunciado en decena de ocasiones por familiares de pacientes y profesionales– provoca que con una treintena de camas para pacientes psiquiátricos, el hospital de Teatinos tenga que cubrir la mitad más poblada de la provincia. El responsable de Satse valora la inauguración de parte de la ampliación que se prevé para dentro de poco tiempo, pero aclara: “Con mejoras, pero es el traslado de las consultas de un sitio a otro”.
En la misma línea se pronuncia el delegado del SMM, José Luis Prada: “Las consultas se mudarán de un edificio a otro. Habrá más consultas, más comodidad y supondrá una mejora evidente, pero es una parte pequeña del proyecto de ampliación”.
De hecho, la Unidad de Agudos de Psiquiatría –inexistente en la actualidad en el Costa del Sol pese a los miles de habitantes que tiene la parte occidental– tendrá que esperar. Porque se proyecta en la zona donde ahora están las consultas (pabellón A). Una vez que éstas pasen al nuevo edificio (B) y ese espacio quede liberado, habrá que proceder a su remodelación. Y hasta que no acabe esta obra no habrá Unidad de Agudos para pacientes psiquiátricos graves.
Sánchez denuncia otra situación “clamorosa”, la del Hospital de Día Oncológico del Costa del Sol. “El actual raya el hacinamiento; sus instalaciones se han quedado pequeñas”, protesta el representante de Satse. Y dice que cada día que se retrasa la puesta en marcha de esta área asistencial dentro del proyecto de ampliación, “se castiga y maltrata a los pacientes oncológicos de la zona de Marbella porque la situación es deplorable debido al hacinamiento”.
Del Pascual no hay noticias. “Nada nuevo”, replica la Administración cuando se pregunta por el avance del proyecto para que este hospital privado se abra bajo gestión pública para aportar unas 200 camas. En octubre de 2022, Salud prometió que estaría en el primer semestre de 2023. En junio de ese año, el SAS aceptó la cesión gratuita por cinco años. Pero pasa el tiempo y Salud no compromete fecha para su apertura.
En este recorrido de retrasos, incumplimientos e infrautilización de recursos no debe olvidarse el antiguo Hospital de Ronda. El edificio quedó libre de uso tras la inauguración del nuevo comarcal, pero a día de hoy, su puerta sigue tapiada para evitar su ocupación. El 9 de abril de 2021, el entonces consejero, Jesús Aguirre, anunció la puesta en marcha en ese inmueble de un centro sociosanitario. Prometió que estaría en la legislatura que acabó en 2022. Cambió la cúpula de la Consejería de Salud. Llegó Catalina García. El 9 de marzo de 2023 anunció la licitación del proyecto. Entonces recordó que sería “pionero” en Andalucía y España por ese carácter sociosanitario, un perfil que reivindican los profesionales para que los hospitales de alto nivel asistencial no se saturen con pacientes geriátricos y pluripatológicos de larga estancia. Al preguntar sobre cómo avanza el proyecto del centro sociosanitario rondeño, la Junta de Andalucía replica que “no se ha parado”, que “se sigue trabajando en ello”, pero que “no hay novedad”.
Con toda esta retahíla de centros que no están al 100%, siguen sin uso o cuya ampliación se demora, profesionales y sindicatos consultados urgen a la Consejería de Salud y al SAS a acelerar obras y proyectos. Pero recuerdan, en la misma línea que recientemente se pronunció en una entrevista el recién reelegido presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Pedro Navarro, que “de nada sirve abrir centros de salud y hospitales sin los recursos humanos adecuados”.
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