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Las tecnologías inmersivas llegan a la sala de operaciones

Las tecnologías inmersivas llegan a la sala de operaciones

Las tecnologías inmersivas llegan a la sala de operaciones

EL pasado 13 de diciembre, medio mundo pensaba que teníamos la enésima “solución definitiva” para los problemas energéticos a la vuelta de la esquina con el anuncio de la última prueba en fusión nuclear, mientras tanto, en el campo de la medicina y más concretamente de la cirugía oncológica, se daba otro histórico paso adelante, pero esta vez más cercano y con posibilidades reales de ayudar al progreso de la medicina.

Durante el evento sobre patología mamaria presentado en el servicio de cirugía del Hospital Universitario La Paz en Madrid, el doctor Rogelio de Andrés-Luna, presidente de la Asociación Española de Cirujanos de la Mama (Aecima) realizó el primer meeting virtual que se conseguía crear y mostrar sobre esta disciplina junto a la doctora Elisa York y su colega en la Fundação Champalimaud, el doctor Pedro Gouveia.

Estos entornos virtuales son idóneos para el análisis y la discusión de materias complejas gracias a que cuentan tanto con herramientas de exposición clásicas como vídeos, diapositivas, pizarras virtuales o documentos, como con tecnologías tan innovadoras para la medicina como la simulación 3D, la ejemplificación con metahumanos, o el uso de dispositivos de realidad extendida.

En esta innovadora reunión inmersiva (donde casualmente aportábamos la plataforma virtual, lo cual nos permitió conocer este avance) se analizaron nuevas técnicas de tratamiento y las ventajas de uso de tecnología de la Realidad Aumentada, la cual permitirá en un futuro cercano, como así citó el doctor Gouveia dotar a los cirujanos de “supervisión” para poder tratar los tumores impalpables de mama y guiarlos en una cirugía altamente precisa, dotados de gafas con información holográfica sobre el problema a abordar.

El cirujano mostró como uno de estos dispositivos podía superponer la imagen holográfica del cuerpo del paciente generada por ordenador con los datos recabados de la propia persona y así facilitar la localización del tumor. Esto significa que a medio plazo, podremos tratar la información obtenida por ejemplo, en tomografías o resonancias magnéticas, para transformarla en imágenes con software como el que se mostró, fruto de la colaboración entre el doctor de Andrés-Luna, la compañía alemana Usaneers y QB, el cual permitirá tratar con mayor precisión y seguridad tumores de localización más compleja.

Las posibilidades en el ámbito del “eHealth” son prácticamente ilimitadas

El uso de hologramas con nuestros propios cuerpos y gafas de realidad aumenta, puede resultar a primera vista algo casi de ciencia ficción pero en estos momentos la medicina está avanzando como pocas disciplinas en sacar el mayor provecho a las nuevas tecnologías virtuales.

Las posibilidades de las tecnologías inmersivas aplicadas en el ámbito del eHealth o salud digital son prácticamente ilimitadas. Sus usos van desde entrenamiento quirúrgico, a la planificación previa de las intervenciones o el guiado de los profesionales dentro de la cirugía.

Holograma de un torso humano con un tumor localizado visto con gafas de RA. Holograma de un torso humano con un tumor localizado visto con gafas de RA.

Holograma de un torso humano con un tumor localizado visto con gafas de RA. / Dr. R.Luna/QB/Usaneers

Todos los días, los cirujanos confían en la información de radiografías, tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y otros registros de pacientes para determinar los requisitos quirúrgicos y los procedimientos que emplearán para lograr los mejores y más seguros resultados, así como las recuperaciones más breves y completas posibles para sus pacientes. Imagínese si esos registros pudieran aparecer fácilmente frente a los ojos del cirujano sin quitar sus manos o su atención del campo quirúrgico.

La realidad aumentada (AR) mediante dispositivos como las Hololens 2 de Microsoft, permiten superponer una capa de información sobre la realidad sin interrumpir el curso de la operación. Con los dispositivos AR, los cirujanos ya no necesitan mirar múltiples pantallas y apartar la vista del paciente.

Esta información puede incluir la visión de modelos 3D de la anatomía del paciente, sus constantes vitales o información en tiempo real de imágenes de ecografía, resonancias magnéticas o rayos x. De esta forma el cirujano está informado y orientado en todo momento a cerca de la ubicación de los elementos de interés y del estado del paciente.

También es posible la teleasistencia con otros cirujanos en tiempo real y la próxima frontera será la utilización de la AI (Inteligencia Artificial) la cual podría ofrecer análisis previos, en el momento de la intervención quirúrgica así como alertar de puntos críticos.

Todas estas nuevas tecnologías buscan dar al paciente un tratamiento personalizado, buscando realizar cirugías mínimamente invasivas y de alta precisión para aumentar la eficacia del tratamiento, así se reduce el riesgo de complicaciones quirúrgicas o el tiempo requerido para los cuidados postoperatorios, logrando también una mayor rapidez en la recuperación del enfermo.

Implante de prótesis de cadera

En España hay múltiples proyectos que ahondan en esta tecnología, en Valencia por ejemplo, los investigadores del Instituto ai2 de la Universidad Politécnica de Valencia y el Hospital Universitario Francesc de Borja de Gandía anunciaban tan solo unas semanas antes del anuncio del doctor R. de Andrés-Luna el desarrollo de una aplicación de realidad mixta que ayuda al cirujano a mejorar la precisión en otro tipo de delicadas intervenciones: las de implante de prótesis de cadera.

Según explicaba el cirujano y traumatólogo Damián Mifsut Miedes, jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del citado hospital, un paso fundamental en la implantación de la prótesis, es el fresado de la cavidad de la pelvis en la que se apoyará la prótesis y la posterior impactación del propio componente acetabular (es decir, los elementos que conforman la articulación de la cadera). Esta cavidad tiene una inclinación y una anteversión precisas respecto a la pelvis y hasta la fecha, dicho cálculo se hacía de una manera muy artesanal y basada en la experiencia de cada cirujano.

Ahora, la nueva aplicación dibujaría un eje virtual holográfico sobre la cadera del paciente con los valores indicados de forma precisa, con lo que al fresar el acetábulo de la pelvis, dispondrá en todo momento de una clara guía virtual.

Para que esta tecnología se desarrolle, los hospitales necesitan financiación, personal con amplia formación y experiencia quirúrgica que sepa utilizar eficazmente este tipo de tecnología, así como un esfuerzo de colaboración multidisciplinar entre empresas médicas y tecnológicas, facultativos de distintas especialidades y la incorporación de otros profesionales como físicos e ingenieros para la creación de estas aplicaciones tecnológicas.

Aunque la realidad virtual y aumentada no acaba de cuajar para el gran público en los entornos de ocio y sociales. En el campo de la medicina y la industria los resultados ya obtenidos prometen una revolución. Estos sectores van a ser de los primeros en demostrar la verdadera potencia de estas herramientas y poco a poco lo iremos viendo.

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