La larga travesía por la que viene transitando en los últimos años el tercer carril de la ronda este de Málaga capital toca a su fin. Esta obra, iniciada en octubre de 2008, está ultimada tras una inversión de 15 millones de euros (cuatro más del dinero por el que fue contratada a Construcciones Vera) y casi dos años después de lo previsto. La intervención refleja en su desarrollo la evidente ralentización que en los últimos años han sufrido las inversiones del Ministerio de Fomento en la provincia de Málaga. Lo que ahora es inminente, su puesta en servicio sin el carácter de provisionalidad, tendría que haber sido una realidad a mediados de 2010.

La imagen de los 3,1 kilómetros de la autovía afectados por este proyecto ha transmutado en los últimos días su tonalidad, pasando del amarillo de las señales horizontales, con las que se marcaba la zona afectada por los trabajos, por el blanco, circunstancia que indica el avance final de los últimos flecos en las actuaciones. Fuentes próximas a la intervención informaron a Málaga Hoy de que la previsión es que esta misma semana el tercer carril quedase plenamente operativo.

Un extremo confirmado igualmente desde el Ministerio de Fomento. Desde el departamento dirigido por Ana Pastor informaron de que la intervención, cuyo coste se eleva a algo más de 13 millones de euros, alcanza el 99,5% de ejecución, a lo que sumar una obra complementaria valorada en dos millones de euros y que ha consistido en reforzar los arcenes y la colocación de pretiles y sistemas de contención de motoristas, que esta completada en un 98,5%.

Ello supone un paso más en el desarrollo de esta infraestructura, abierta de forma provisional y con un límite de velocidad de 80 kilómetros por hora, en agosto del pasado ejercicio, en un intento por aliviar la masiva circulación de vehículos con motivo de la operación verano.

Con la culminación de esta infraestructura, son ya 5,4 los kilómetros de la ronda este que disponen de tres carriles. La parte ahora ejecutada se suma a la inaugurada en junio de 2005, un tramo de 2,3 kilómetros que permite continuar el aumento de sección en el trazado hasta el túnel de San José, que enlaza, de un lado, con el inicio del recorrido de la A-45, y, de otro, con la ronda oeste, que a su vez conecta con la hiperronda.

En la línea de lo ocurrido con la segunda ronda de circunvalación o la autopista de Las Pedrizas, el tercer carril de la ronda este ha estado marcado por los recortes del Gobierno central y la imposibilidad de afrontar los costes de la infraestructura en los plazos previstos. Esta circunstancia quedó patente a mediados de 2010, cuando Vera ralentizó de forma clara las labores ante el agotamiento de las partidas de Fomento. Una circunstancia que se alargó durante un año, al punto de que no fue hasta agosto de 2011 cuando se aprovechó la etapa estival para ponerlo en servicio con carácter provisional, a la espera de finalizar los detalles restantes, valorados en unos dos millones de euros.

La obra tiene varios hitos de consideración, por cuanto ha exigido la creación de una nueva vía sobre tres viaductos que ya fueron construidos en 1992 (Jaboneros, Toquero y Mayorazgo), situados a entre 40 y 70 metros de altura. A ello se suman las intersecciones en los enlaces de conexión con la autovía de Limonar Alto, Ciudad Jardín, Hacienda Paredes y El Palo, y la necesidad de incorporar el tercer carril en el interior del túnel de Cerrado de Calderón.

La sección tipo resultante en el doble tubo destaca por su estrechez, dado que los tres carriles se han delimitado en una sección que no sufre alteración y ello a costa de la anchura de los arcenes, ahora de apenas medio metro. Una cuestión por aclarar, por cuanto los anteriores diputados del PSOE aseguraban, cuando era su partido el que estaba al frente del Gobierno, que entre las tareas pendientes para culminar esta infraestructura se encontraba la ampliación del acceso al túnel, algo que, se puede constatar, no ha tenido lugar. Sobre ello, fuentes próximas al proyecto aseguraron que en ningún momento la obra contemplaba ampliar la entrada al paso soterrado.