La Viking odisea II: Una historia apasionante
Antes de la era vikinga, la región estaba habitada por diversas tribus con una cultura común, aunque se identificaban principalmente por sus clanes y familias
La Viking odisea I: Un viaje por Escandinavia
LA historia de los países nórdicos o escandinavos, es la historia de tres países que tienen un origen común como pueblo que, junto a su mitología, es verdaderamente apasionante. Antes de la era vikinga, la región escandinava estaba habitada por diversas tribus que compartían una cultura común, aunque se identificaban principalmente por sus clanes y familias, alrededor de las cuales giraba la organización social, evidentemente sin la existencia de naciones modernas como las actuales y, por tanto, sin la existencia de fronteras.
El desarrollo de una sociedad más compleja fue impulsado por factores como el cambio climático y las crisis agrícolas. Durante el siglo VI, Europa experimentó un enfriamiento significativo debido a erupciones volcánicas, lo que dificultó la agricultura y provocó crisis alimentarias. Esta situación, sumada a la plaga de Justiniano que se extendió por toda Europa y fue la primera pandemia conocida de la peste, obligó a los habitantes de Escandinavia a buscar nuevas formas de subsistencia, fomentando una cultura guerrera y de exploración. Fue el comienzo de la era vikinga.
Se considera que dicha era comenzó oficialmente en el año 793 d.C. con el ataque al monasterio de la isla de Lindisfarne al norte de Inglaterra, porque es el primer gran asalto vikingo registrado. Este periodo se extendió hasta aproximadamente el año 1066. Terminó con la muerte del vikingo rey noruego Harald Hardrada en la batalla de Stamford Bridge. Murió el vikingo de un flechazo en la garganta, y no perdió el humor a tenor de la última frase que pronunció cuando le preguntaron si estaba malherido: “Es sólo una pequeña flecha, pero está cumpliendo su trabajo”.
Los vikingos eran principalmente marinos, comerciantes y guerreros originarios de las actuales Noruega, Suecia y Dinamarca. El término “vikingo” se aplicaba específicamente a quienes se hacían a la mar para realizar incursiones y saqueos, mientras que la mayoría de la población escandinava se dedicaba a la agricultura y el comercio. Los vikingos destacaron por su habilidad en la navegación y el comercio y establecieron rutas que llegaron desde el mar Báltico hasta el Mediterráneo. Inicialmente, sus incursiones consistían en ataques rápidos y por sorpresa para obtener botín, pero a mediados del siglo IX comenzaron a asentarse en los territorios conquistados, controlando regiones enteras y pasando el invierno allí. Fundaron ciudades y colonias importantes, como Dublín en Irlanda y la región francesa de Normandía. Además, colonizaron Islandia, Groenlandia y llegaron a Norteamérica, donde establecieron el asentamiento de Vinland, siglos antes de que Cristóbal Colón llegara al Nuevo Mundo.
Los vikingos dejaron una profunda influencia en las regiones donde se asentaron, una huella tanto genética como cultural en lugares como Escocia, Inglaterra, Irlanda y Francia. Fueron reconocidos por su valentía, espíritu de aventura y capacidad de adaptación. Su sociedad valoraba el honor, la lealtad y la capacidad de liderazgo. Y, sin duda, la navegación y la construcción de barcos, especialmente los drakkar, fueron claves para su éxito en la exploración y la guerra.
No obstante, es importante tener en cuenta que el término vikingo se aplicaba únicamente a los que se hacían a la mar con el fin de adquirir riquezas mediante incursiones en otras tierras, o sea, que todos los vikingos eran escandinavos, pero no todos los escandinavos eran vikingos. Sin embargo podemos resumir que la época vikinga dejó un legado duradero en Europa, no solo en términos de conquista y colonización, sino también en la cultura, el comercio y la genética de las poblaciones con las que interactuaron. La fundación de ciudades, la expansión de rutas comerciales y la mezcla de culturas marcaron el inicio de una nueva etapa para los países escandinavos y para el continente europeo en su conjunto.
Tras la era vikinga, los reinos de Dinamarca, Noruega y Suecia se consolidaron como monarquías independientes, aunque frecuentemente se vieron involucrados en alianzas y conflictos entre sí. El evento más destacado de la Alta Edad Media fue la Unión de Kalmar, formada en 1397 bajo el liderazgo de la reina Margarita I de Dinamarca. Esta unión personal reunió bajo una misma corona a los tres reinos, con el objetivo de fortalecer la región frente a amenazas externas y disputas internas: “Margarita I, que ya gobernaba Dinamarca y Noruega por herencia de su esposo e hijo, se convirtió también en gobernante de Suecia. Con el objetivo de unir plenamente las tres monarquías nórdicas, Margarita I convocó a representantes de Suecia, Dinamarca y Noruega en Kalmar en 1397.”
La Unión de Kalmar estableció una política exterior común y cada reino mantuvo sus propias leyes y administración interna. Sin embargo, las tensiones entre los tres reinos, especialmente por el centralismo danés y el descontento sueco, provocaron numerosos conflictos y rebeliones. La Unión comenzó a debilitarse a partir del siglo XV y terminó disolviéndose formalmente en 1523, cuando Suecia, bajo el liderazgo de Gustavo Vasa, logró su independencia definitiva. Este periodo marcó el inicio de la Suecia moderna, con la reorganización de la administración y la implantación de la Reforma protestante. Noruega, por su parte, permaneció unida a Dinamarca tras la disolución de la Unión de Kalmar, constituyendo el llamado reino de Dinamarca-Noruega, que duró hasta 1814. Durante este tiempo, Noruega mantuvo ciertas instituciones propias, pero su gobierno estaba centralizado en Copenhague.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII, los tres reinos vivieron periodos de enfrentamientos, alianzas y cambios políticos. Suecia emergió como gran potencia regional tras intervenir en la Guerra de los Treinta Años, mientras que Dinamarca y Noruega mantuvieron su unión personal. En 1814, tras las guerras napoleónicas, Noruega intentó independizarse, pero terminó en una unión personal con Suecia, que duró hasta 1905. Esta unión fue conflictiva y finalmente terminó con la independencia de Noruega, reconocida por Suecia en 1905.
En el siglo XX, Suecia, Noruega y Dinamarca consolidaron sus sistemas políticos como monarquías constitucionales, desarrollaron economías avanzadas y se convirtieron en modelos de bienestar social. Las tres naciones han mantenido una estrecha cooperación en el ámbito nórdico, aunque cada una con su identidad nacional y política propia.
Este resumen histórico pretende ponernos en situación de entender cómo estos escandinavos que, en sus orígenes, fueron un pueblo bárbaro que creyeron, hasta su cristianización, que el universo nórdico nació del Ginnungagap, un abismo vacío entre el reino del fuego (Muspelheim) y el del hielo (Niflheim), que del choque del fuego y el hielo surge Ymir, el gigante primigenio, que en una guerra entre dioses matan a Ymir y de su cuerpo nace el mundo: su carne es la tierra, su sangre los mares, sus huesos sus montañas y su cráneo el cielo, cómo decía, estos bárbaros escandinavos, han llegado a ser el pueblo más desarrollado, social y económicamente, de occidente. Modelo de sociedad avanzada, democrática, igualitaria y libre.
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