El Málaga empató con el Real Murcia en un partido en el que los blanquiazules dominaron de pe a pa pero en el que volvió a acusar su falta de gol. Es una cuestión que a veces desespera, sobre todo en La Rosaleda, donde los rivales se suelen atrincheran para hacerle aún más oscuros los caminos al cuadro malacitano. La renuncia pimentonera al ataque fue absoluta. Luego llegó un desenlace desagradable, con el árbitro queriendo ser protagonista y enervando a público y futbolistas además de expulsar a Ferreiro y al preparador físico, Julio Rodríguez.

Pellicer dice entre líneas antes de los partidos más de lo que parece a simple vista. Que repitiese once, algo absolutamente inusual en él, deja claro que el Málaga tiene ahora mismo un plan A y una serie de jugadores de los que “derriban la puerta”.

Ante el Murcia calcó la alineación que sacó ante el Atlético de Madrid B, pero las funciones específicas de algunos jugadores se adaptaron también a intentar distorsionar el planteamiento pimentoneros. Los de Pablo Alfaro no quisieron el balón en ningún momento de la primera mitad y cuando lo tuvieron, apenas supieron qué hacer con él.

El cuadro murciano jugó con las líneas juntas y con la orden clara de frenar la circulación del Málaga con la dureza que exigiese cada acción. En el ajedrez de La Rosaleda, Kevin y Larrubia trataron de distorsionar al contrario, a veces por dentro y otras por fuera. También Dani Lorenzo, que cuando se escapó de la vigilancia rival, logró encender el candil en varios momentos.

Le costó al Málaga finalizar y probar al portero adversario, eso es cierto. Especialmente en la primera media hora, pero la sensación de control y dominio era total. Un disparo de falta directa de Víctor García fue repelido por Manu García, que se pasó toda la primera parte robando segundos al reloj. No eran malas las sensaciones al alcanzar el ecuador, con unos minutos finales en los que Kevin, Larrubia y Dani Lorenzo volvieron a imaginar jugadas de las que rompen pizarras.

Después un cuarto de hora de más de lo mismo, Pellicer decidió dar un pequeño vuelco al equipo con un triple cambio. Retiró a Roberto (vigilado y a una amarilla de no jugar en Córdoba), Genaro (amonestado y en el alambre) y Larrubia. Entraron Dioni, Ramón y Ferreiro.

Le dieron pronto otro aire al equipo. Ramón filtró enseguida un balón a Kevin en el que se reclamó penalti. El colegiado no lo contempló en la antesala de su show, que llevó a La Rosaleda y los futbolistas del Málaga a la desesperación.

Tuvo el triunfo en sus botas Ferreiro, que estrelló un magnífico disparo con la zurda al larguero tras una infinita rosca. A partir de ahí todo se disparató. Una gran acción del Málaga acabó con Víctor García derrumbado en el área murciana en boca de gol. Sánchez Sánchez expulsó a Julio Rodríguez, preparador físico y de pasó amonestó a Ferreiro por algún teórico comentario. Mostró la roja al gallego un instante después tras una falta de las muchas que se vieron en el partido y quedaron en nada.

El resto, para colmo, fue una cascada de pequeñas decisiones a favor del Murcia en casi cada disputa que terminó de descontrolar al equipo malacitano. Un final feo para un buen partido del Málaga.