CD Tenerife - Málaga CF: Llámalo equis (0-0)
Octavo empate del equipo blanquiazul, que pudo ganar en la recta final con un remate de Dioni al larguero
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El Málaga sigue contando sus salidas por empates. Seis. Ahora mismo la equis es una apuesta segura en las quinielas. Ocho llevan los de Sergio Pellicer en total. Que sí, que nadie quita que compiten como pocos, pero que en Tenerife se esperaba un poco más. En unos días le espera el Eibar en La Rosaleda, donde se logró la última victoria el 14 de septiembre contra el Huesca.
Es una sensación extraña la del Málaga, porque se le pueden achacar pocas cosas si el análisis es global, sin ser demasiado tiquismiquis. Luego, no termina de solucionar sus carencias, de superar ciertas barreras o límites. Visto lo visto, no están los remiendos en el fondo de armario, donde algunos siguen sin dar un paso adelante cuando tienen la oportunidad.
Rotó y bastante Sergio Pellicer en el Heliodoro. Mantuvo a cuatro titulares del once ante el Oviedo, Alfonso Herrero y la misma defensa con el cambio de Nelson Monte por Einar Galilea. A partir de ahí, un nuevo Málaga. Un doble pivote con Luismi Sánchez y Juanpe con Aarón Ochoa por delante. En los costados, Julen Lobete y Antoñito Cordero, mientras que Sergio Castel comenzó un partido por primera vez en todo el curso.
En un primer momento el Málaga no estaba mal plantado, aunque le duraba poco la pelota y buscaba con cierta frecuencia a Sergio Castel. Echó mucho en falta el equipo a Manu Molina, entre otros. Tanto fue así que el Tenerife se agrandó y tuvo más y mejores opciones en ataque.
La más clara de todas fue un penalti que Luismi Cruz le sacó a Víctor García. Ais Reig señaló falta pero desde el VAR se corrigió. No por mucho, pero las tomas ofrecidas dieron la sensación de que sí, era pena máxima. Iba a lanzar el propio Luismi, a quien Herrero trató de poner nervioso. De pronto, Enric Gallego tomó su sitio. El veterano delantero la echó directamente fuera.
Con la misma inercia, el Tenerife volvió a gozar de otra muy clara. Una volea en el área que obligó a Herrero a ponerse la capa nuevamente. Nada nuevo bajo el sol.
El Málaga dispuso de algunas posesiones en las que tiró de paciencia y la movió, pero sin llegar nunca a encontrar la brillantez necesaria para amenazar al conjunto chicharrero. En realidad, fue una de las peores primeras partes que ha hecho el cuadro malacitano en lo que va de curso.
Regresó de la pausa el Málaga con Manu Molina y sin Juanpe. Mejoró el cuadro blanquiazul, pese a que seguía chocándose con el muro tinerfeño. Los de Pepe Mel gozaron de una gran ocasión. Luismi Cruz, el mejor de los 22, encontró en el área a Medrano, que obligó a Herrero a una nueva intervención vital.
Con los minutos fueron llegando los cambios en ambos conjuntos, pero no varió demasiado la tónica. El Tenerife seguía siendo más agresivo y el Málaga alargaba más sus posesiones sin finalizar ninguna.
Dobló la apuesta Pellicer cuando metió a Dioni y Rahmani por Cordero y Ochoa, que no tuvieron su mejor noche. El cuadro chicharrero era un frontón constante, cada vez más hundido atrás, pero haciendo todo lo posible por evitar que los malaguistas finalizasen.
La tuvo Dioni, que se encontró con el larguero en un remate fantástico a saque de córner. La más clara del Málaga en todo el choque. Le agarraban clarísimamente de la camiseta, conviene no olvidarlo. No fue muy distinta a la de Einar en la jornada anterior.
Ahí sigue, no obstante, el Málaga, en tierra de nadie, tan lejos y tan cerca. Acuatro del play off, a cuatro del descenso. Pero siempre queda ese pequeño toque amargo de pensar que con un poquito más, el equipo podría estar disparado. Al rey de las equis le falta algo. Llámalo equis.
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