Eibar-Málaga CF: Cantera o muerte (2-2)
Los goles de los canteranos Murillo y Rafa dan oxígeno al equipo y salvan a Pellicer
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El Málaga, quién lo diría, está hoy un pelín más cerca de salvarse. No es motivo de celebración, pero sí de alivio. Momentáneo, claro. Salió vivo y con un punto de Ipurua despúes de ver muy cerca el precipicio. Terminó el partido con seis chicos de la casa, que es un orgullo localista y al mismo tiempo un mal síntoma. Murillo y Rafa Rodríguez, actores secundarios, firmaron dos tantos que, por lo pronto, quitan la diana de la espalda de Sergio Pellicer.
La Academia es la solución cuando todo lo demás falla. Y no es poco. El técnico está señalado y las hienas del mercado se relamían con su posible destitución. No será, por ahora. No obstante, vienen dos partidos seguidos en La Rosaleda y Málaga está cansada de sufrimiento y hastiada de impotencia. Independientemente de que el equipo llegue a la meta sin ahogarse –ya sea por la vía del mérito propio o por la incapacidad de Eldense y/o Zaragoza– les toca asumir responsabilidades a José María Muñoz, Kike Pérez y Loren Juarros. Aunque eso será cuando el balón deje de rodar. Ahora toca el campo.
Si planteas un partido con cinco defensas y doble pivote, no te pueden marcar como el Eibar lo hizo en la primera parte. De un plumazo, Matheus limpió toda la estructura del Málaga y habilitó Bautista con la inestimable colaboración de Nelson Monte, que deshacía el fuera de juego. El punta armero burló a Alfonso Herrero y finalizó con sencillez. Todo eso en el añadido.
Todo en un partido estaba siendo para pedir la devolución de la entrada. El Málaga más impreciso y errático del mundo contra un Eibar pobre y poco incisivo, que no sabía traducir su iniciativa en tangibles.
En el inicio hubo algunas balas de fogueo lanzadas por cada bando, pero nada destacable a la hora de la verdad. Acciones medianamente controladas, tanto la que Magunagoitia paró a Lobete como la que sacó Manu Molina cerca de la línea con Herrero como catcher detrás.
A los equipos insulsos y alicaídos no se les concede apenas nada. Ni un penalti que lo pareció. Desde luego, la reacción de Arcediano Monescillo nada más producirse la acción fue elocuente. No titubeó ante la caída de Dani Sánchez por el contacto con Corpas. El VAR le llamó porque ahora resulta que también reinterpreta lo interpretable. Respitó Ipurua, que sin embargo estaba de uñas con el colegiado.
El planteamiento conservador, como en Huesca, tampoco estaba funcionando, por más giros retóricos y tácticos que intentó dar Pellicer en la previa sobre el dibujo y lo que se había visto en la temporada. Necesitaba decisiones audaces y hábiles para no cosechar su cuarta derrota seguida, sexta en siete partidos.
Sacrificó al mejor de la zaga, Einar, que estaba amonestado, para introducir a Cordero y recuperar el 4-2-3-1 de toda la temporada. Y aunque se libró de un estocada mortal tejida de nuevo por Matheus y Bautista, el perdón armero dio alas al Málaga.
Los blanquiazules amagaron con una contra de Cordero y un disparo de Lobete. Después, una acción personal de Larrubia acabó en córner. Funcionó ahí la pizarra y Murillo, de cabeza, rompió la sequía malacitana.
El partido se animó, cambios incluidos, dejando en el olvido la pereza de la primera mitad. El Málaga consiguió adelantarse con un gol de Rafa Rodríguez, que no es debutante pero casi. Dioni abrió para Cordero, que encontró al sevillano en la frontal. El centrocampista, que este año ha roto a marcar con el filial, estrenó su cuenta en el fútbol profesional.
La alegría fue efímera y el mazazo cruel. Una falta lateral al corazón del área que Nelson Monte cabeceó hacia su portería. Vuelta a empezar futbolística y anímica. Porque el Eibar recuperó su inercia y dominó, rondando el tercero. Y aun así quien lo acarició fue el Málaga tras un disparo de Lobete en el 88’ que frustraron por ese orden portero y poste.
En el añadido de siete minutos, el cuadro blanquiazul se mostró más entero y no renunció a los tres puntos, algo que era frecuente en los dos primeros tercios de temporada. La equis es agua para el sediento. Castellón y Granada pasarán por Martiricos antes de ir a Elda. Juicios sumarísimos. Vive el Málaga, sobrevive Pellicer, La Academia florece.
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