La película del ascenso del Málaga CF, mes a mes

Inquietud al aterrizar en la categoría, varios contrastes emocionales y el temor si se daba o no el nivel para ascender, pero el equipo llegó como un disparo a la fase final

Año muy especial por todo lo relacionado con la afición

Así te contamos el Día D

La afición, con la invasión de Los Cármenes.
La afición, con la invasión de Los Cármenes. / Carlos Guerrero

23 de junio 2024 - 00:13

Abandona el Málaga CF el abismo de la Primera RFEF, categoría que ha pisado de paso. Siempre se deslizó desde el club que el objetivo era crear un proyecto sólido, pero la exigencia era volver al fútbol profesional a la primera. Nada sencillo el efecto rebote. El ejemplo del Deportivo de la Coruña, que también vuelve a Segunda, muestra el riesgo de pudrirte en la categoría si no se da con la tecla al instante. No con el ascenso directo, que ya expandió un desánimo por la velocidad del Castellón, pero contundente en el play off, donde el equipo de Pellicer fue más práctico y fiable que nunca. Durante el camino, una montaña rusa emocional, momentos donde se veía clara esa opción del ascenso y otros de oscuridad, algo de alarmismo pocas semanas antes del play off, con Pellicer cuestionado y una plantilla dando señales de alcanzar el limitador. Pero se reaccionó a tiempo. La temporada donde se ha regenerado el malaguismo, muy protagonista durante el curso y una masa social del club que adquiere fuerza, más sentimiento, con este ascenso. Un equipo que comenzó a trabajar a comienzos de julio y que consiguió subir en junio. Una plantilla prácticamente nueva, con una media de edad muy baja y un protagonismo altísimo de la cantera, parte del proyecto que ideó Loren. Así ha sido la temporada 23/24 del Málaga CF mes a mes.

Imagen del primer partido, derrota en Castellón.
Imagen del primer partido, derrota en Castellón. / La Otra Foto

Agosto

Aún arrastrando el ERE, más un descenso que cicatrizar, el equipo tenía la difícil tarea de crear una atmósfera postiva. Un verano de luto, con Pellicer mostrando tensión por la falta de caras nuevas. Cuatro victorias y dos empates en pretemporada. Ya entrado agosto, se marchaban Cristián Gutierréz y Álex Calvo, inesperada la segunda, mazazo porque supuso un aire fresco ante tanto desazón. Caras nuevas y un vestuario que se podó, poco rastro de los culpables que llevaron al club al descenso, pero existía incertidumbre por ver la respuesta ante una responsabilidad tan grande. Derrota con el Castellón en la primera jornada (2-1), en Castalia ya se cogió una marcha superior, mientras el Málaga recibía una primera torta, aunque se compitió.

El 2-1 de Galilea al Atlético.
El 2-1 de Galilea al Atlético. / Carlos Guerrero

Septiembre

Un gol de Galilea en el descuentro frente al Atlético de Madrid B (2-1) provocó una tregua en La Rosaleda. Éxtasis y a la heroica. Se generó en el estadio una bonita comunión. Muchos meses sin cantar un gol con esa intensidad. Había que refrendarlo y llegarían tres victorias más. La primera fuera de La Rosaleda ante el Atlético Baleares con goles de Dioni y Roberto (1-2) y remontado, otro hecho para inmortalizar porque históricamente se entregaba la cuchara al encajar primero. Se goleó y bien al Recreativo Granada (3-0). 20.000 personas en La Rosaleda que disfrutaron. El viento había cambiado definitivamente. Después, muy señalado el partido en Linares, donde se volvió a ganar (0-1) con tanto de Roberto, pero lo más destacable fueron los 2.000 malaguistas en Linarejos en una fiesta absoluta. Igual que siempre se recuerda el primer amor, el aficionado recuerda con gran estima esa cita. Y el equipo por otra parte no bajaba la velocidad.

El masivo desplazamiento a Linares.
El masivo desplazamiento a Linares. / Carlos Guerrero

Octubre

Llegaba la quinta victoria consectiva frente al San Fernando con tanto de Kevin (1-0), sin demasiado fútbol pero sí solidez, se surfeaba la ola y La Rosaleda ya registraba 19.000 abonados. El Málaga sacó un buen punto del Colombino (1-1) ante el Decano, futurible aspirante al ascenso, con gol de Dioni. No se perdía y se aplicaba esa media inglesa, de hacer pleno en La Rosaleda y rascando fuera. Creciendo la fiabilidad. Todo se torció ligeramente a la semana después. Victoria frente al Melilla (1-0) con gol de Dioni, pero la plantilla cayó en un exceso de comodidad que La Rosaleda, estadio exigente, mandó un toque tras una segunda parte infame. Sospechas confirmadas con el Real Madrid Castilla en Martiricos (0-0), atascado el equipo de Pellicer y pérdida de frescura en las ideas. Evolucionar o la categoría te come. Y llegó la reacción en Antequera (0-2), el partido más completo de los blanquiazules hasta ese momento llegaría en El Maulí, goles de Genaro y Kevin con 1.000 malaguistas en el derbi local. El Málaga terminaba octubre tercero, a dos puntos del líder Castellón.

El 0-1 de Genaro en Tarragona.
El 0-1 de Genaro en Tarragona. / Carlos Guerrero

Noviembre

La Copa del Rey en Barakaldo de entrada, con Carlos López de héroe en la tanda de penaltis. Pero el Málaga acusaría el esfuerzo en las jornadas posteriores. No se pudo con un gran Córdoba en La Rosaleda (1-1) y una genialidad de Haitam daba un punto en Can Misses ante el Ibiza (1-1). Cuatro días después, el marroquí se rompía el cruzado. Sumando, pero sin chispa, en el alambre permanente. La primera derrota preocupante de la temporada se daba con el Alcoyano (1-2). Un Málaga preocupante, desfondado y que había petado. Semana difícil antes de partir a una plaza difícil como la Nueva Condomina, donde se daría un golpe encima de la mesa. Del 1-0 al 1-4, con tantos de Genaro, Murillo, Dani Lorenzo y Roberto. Goleada contra el pánico.

Aarón Ochoa, en su debut con el primer equipo.
Aarón Ochoa, en su debut con el primer equipo. / Carlos Guerrero

Diciembre

Cortocircuitado con el Sanluqueño en La Rosaleda (0-0), el Málaga suma otra alegría copera frente al Eldense (1-0) que no le hace desviar la mirada. Llegan otras dos victorias: 1-2 en el José Fouto de Mérida y en un partido bronco ante el Algeciras (2-1), el acta arbital y la patada voladora de Genaro; ausencia que deja al equipo mermado. Parón y mercado de invierno donde llegan Ferreiro, Puga y Avilés. Tercera posición, a cinco de Ibiza y Castellón.

Nelson Monte se lamenta en Melilla.
Nelson Monte se lamenta en Melilla. / La Otra Foto

Enero

Dani Lorenzo rescató un punto ante el Intercity en Alicante (2-2), la entrada del año antes de recibir a la Real Sociedad en Copa (0-1). Se da una gran imagen ante un equipo Champions, chute de autoestima y un expediente más que cumplido en el torneo del KO. Las energías, solo en el ascenso. Llegan dos golpes importantes. Derrota en Ceuta (3-2), donde se dejó remontar, y el Castellón asaltaba La Rosaleda (0-1), que ya era decir adiós al ascenso directo. Un punto de nueve en 2024, pero se arreglaba el mes ganando en Los Cármenes al Recreativo Granada (0-2) con más de 5.000 malaguistas en el estadio nazarí.

Imagen de la victoria en Alcoi.
Imagen de la victoria en Alcoi. / La Otra Foto

Febrero

Se hace el ridículo en Melilla (1-0), una semana que siempre apuntó Pellicer como cambio de chip. El Málaga obtendría tres victorias seguidas: Recreativo de Huelva en un gran partido (2-0), contundentes en Alcoy (0-3) y otro triunfo de prestigio ante el Ibiza con gol de Dioni. Empezaba el equipo a planear y recuperar su nivel.

Celebración tras ganar al Ibiza.
Celebración tras ganar al Ibiza. / Carlos Guerrero

Marzo

Licencia para soñar tras ganar al Ibiza en La Rosaleda (1-0) en un partido brillante, de equipo potente. Pero no dura ese efecto en Sanlúcar (0-0) y se vuelve a retroceder. Atasco en El Palmar. Victoria con el Intercity (1-0) con ese susto tremendo de Dioni, retirado en camilla; y otros dos empates muy pobres. 0-0 en Algeciras, otro querer y no poder, y ante el Linares en La Rosaleda, estadio que se convierte en accesible y que al Málaga se le atraganta. Fue el regreso de Ramón 343 días después.

El gran susto de Dioni ante el Intercity.
El gran susto de Dioni ante el Intercity. / Carlos Guerrero

Abril

No se sale del atasco con el Ceuta en Martiricos (1-1), partido donde se desarrollan todos los preparativos por el 120 aniversario del club, con esa camiseta retro que supuso un fenómeno en el malaguismo. Pero el Málaga no carburaba, con una victoria de las últimas cinco. Triunfo en el Cerro del Espino (0-1) con gol de Roberto, que daría inicio a otra dinámica preocupante. Desesperados con el rácano Real Murcia (0-0) y una derrota en el Arcángel que muestra las carencias (1-0).

Alfonso Herrero celebra el gol.
Alfonso Herrero celebra el gol.

Mayo

No se salía del bucle con el Mérida (1-1) y la cabeza de Alfonso Herrero evitaba la derrota en San Fernando (1-1), momento que se tocó fondo de lleno. Recaía Ramón Enríquez, otro mazazo doloroso. Se exigía una reacción inmediata, con un Pellicer muy cuestionado en el malaguismo. Tras cuatro pinchazos, el Málaga goleaba al Antequera (3-0) y firmaba el armisticio con el público. Buen fútbol, goles y un equipo liberado. El doblete de Ferreiro en el Di Stéfano (1-2) ante el Castilla y el pinchazo del Ibiza, daba la tercera plaza. Un día antes, el partido de las Leyendas en La Rosaleda en un día de hermanamiento.

El Málaga celebra uno de sus goles en el Di Stéfano.
El Málaga celebra uno de sus goles en el Di Stéfano. / La Otra Foto

Junio

La hora de la verdad. Un play off que se daba por seguro meses atrás, pero una incógnita cuál iba a ser la respuesta ante tal tensión. El indescifrable Celta Fortuna, un filial para arrancar. El Málaga deja vivo al filial vigués tras dejarse empatar en el descuento en Balaídos (2-2), pero se mostró superioridad. En la vuelta, después de una lamentable primera parte, brava reacción con una Rosaleda impresionante para ganar el partido con un gol de Roberto en el 88'. Un chute de autoestima y verse capaz antes de la final con el Nàstic, espejo de este Málaga. Volvió a aparecer el héroe Roberto, también Herrero, dúo estelar, para atar la ida (2-1). El resto es historia. Qué temporada pero qué final.

La victoria de la ida.
La victoria de la ida. / Carlos Guerrero
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