La revolución en la delantera del Málaga CF, una inyección necesaria de goles

En el presente mercado estival de fichajes, la misión del Málaga CF ha sido muy clara y era la de mejorar sus prestaciones ofensivas para la próxima temporada, dado que los números en defensa es cierto que descienden en la segunda vuelta, pero son los que sostienen realmente al cuadro entrenado por Sergio Pellicer el pasado curso para conseguir la tan ansiada permanencia.

Con las últimas llegadas, Loren Juarros ya ha dado por cerrada la delantera de forma pública o, al menos, en lo que se puede entender como un nueve. La nómina de puntas era de tres futbolistas al comeinzo de la pasada temporada, pero, para el inicio de esta, ninguno de los tres seguirá visitiendo de blanquiazul, pues la revolución en dicha posición ha sido completa.

Sergio Castel dejó el club de Martiricos en el mercado invernal con solo un tanto en su paso por La Rosaleda, mientras que Dioni Villalba y Roko Baturina hicieron lo propio con siete y tres dianas, respectivamente, al finalizar la campaña debido a la finalización de sus compromisos con la entidad de la Costa del Sol. Chupete tuvo que ser promocionado en la segunda mitad del curso para aportar cuatro goles clave para la permanencia.

Para esta temporada, el Málaga CF podrá contar con el canterano, que ya tiene ficha del primer equipo tras su explosión con el filial para consumar el ascenso. Además, los refuerzos parecen ser a la altura de una subida de expectativas para esta campaña, ya que Eneko Jauregi igualó a Dioni con siete dianas, aunque repartidas entre LaLiga Hypermotion y la Copa del Rey en su caso, y Adrián Niño sumó diez aciertos de cara a puerta con el filial del Atlético de Madrid, mientras que el madrileño y el croata juntos sumaron solo cuatro, a pesar de que los números del gaditano fueron conseguidos en Primera Federación.

De esta manera, la delantera del Málaga CF no solo se rejuvenece, sino que cuenta con unos precedentes más halagüeños en cuanto a sus números previos antes de comenzar el curso, aunque nunca hay nada escrito en el mundo del fútbol y el césped es el único verdugo fehaciente.