Las consecuencias para la bolsa de un dólar débil
UD Almería-Málaga CF: Unos tipos indestructibles (2-2)
Un Málaga tremendo saca un punto de Almería (2-2) después de marchar 2-0 y de que Luis Suárez fallara un penalti en el tramo final en un tremendo ejercicio de supervivencia
Las fotos del partido

Pocos grupos de jugadores han honrado el escudo y la camiseta como esta plantilla del Málaga CF. Un punto monumental en Almería, ante un plantel de otra categoría, con un 2-0 adverso y con ejercicio de fe, ese espíritu de Tarragona que perdura, fe indomable. Colgando de la cornisa ante un rival desatado, esquivó las balas y volvió a sacar un punto (2-2) que define bien a este equipo. Con sus taras y limitaciones, acaban extenuados, se dejan todo y pierden poco, muy poco. Un golazo de Dani Sánchez y un penalti a Ochoa transformado por Cordero, esa dupla que creyó en el Costa Daurada, valieron un punto, con el extra de épica y la incomparable fotografía que siempre otorga la lluvia, que sabe a gloria. Estuvo a merced muchos minutos, el Almería falló un penalti, que era pero no siempre se pitan y al Málaga no se lo han señalado esta temporada varias veces, en el tramo final. Pero acabó bien arriba, con un puñado de canteranos, con tres jugadores de 18 años o menos jugando minutos importantes. Y sí, el club debería estar en Primera, pero también hay que mirar de dónde se viene y disfrutar de estas pequeñas batallas porque crean identidad y refuerzan la idea.
Con la baja de Manu Molina, Pellicer apostaba por la dupla Ramón-Luismi en el eje central, que se rompería mediada la primera mitad cuando el de Órgiva se lesionó en una mala caída. Es un puesto con abundancia de jugadores, pero que se resquebraja en las primeras opciones. La diferencia de nivel con el Almería, libra por libra el mejor y más caro equipo de LaLiga Hypermotion, se evidenció en una primera mitad en la que lo mejor era el resultado. Tras unos minutos de buen control de bola de los de Pellicer, con un equipo novel, con Ochoa y Chupete de titulares, el partido se fue tornando de color rojiblanco. Avisó Baptistao con un balón en profundidad al que Puga llegó in extremis para desviar a corner. Pero en la siguiente, el atacante brasileño no perdonó. Otra bola al espacio, la defensa malagueña recula y Baptistao cruza con la zurda a la escuadra contraria con Alfonso Herrero rozando la bola con la mano cuando fue a cubrir abajo.
El Málaga no encontraba soluciones para subir líneas y merodear el área rival con un mínimo de peligro, intentaba progresar con los laterales sin suerte y la diferencia física parecía enorme, se ganaban muy pocos duelos. El Almería crecía y se iban esquivando balas. Dos disparos de Arribas, otro futbolista de estatus superior, muy ajustados con su zurda tras recorte que se marcharon lamiendo el poste. Un par de Luis Suárez, que no suele perdonar. Una más de Marc Pubill, campeón olímpico este verano con España y lateral derecho de otra dimensión, que se zafó de la marca de Nelson Monte en un córner para empalar con el pie en el punto de penalti y que Alfonso hiciera un paradón tremendo de reflejos para enviarla a córner. El portugués había visto su quinta tarjeta del ciclo, por lo que no jugará ante el Cádiz. Más tarde la vería Luismi, igual. Y Ramón se iba con mala cara al banquillo después de caer mal en un salto para evitar una entrada. Le relevaba Izan Merino en la cabina de control. El internacional sub 19 perdía un par de balones por perfilarse mal. Iría creciendo y pesando más durante el partido.
Lo mejor del encuentro era el resultado, un 1-0 que siempre deja vivo aunque haya inferioridad mayor en el juego. Movió el árbol Pellicer al descanso, con Baturina y Cordero por Chupete y Kevin, este con una tarjeta y aviso por una falta posterior. Tuvo unos primeros minutos chisposos el Málaga, con una serie de córners bien botados por Dani Sánchez, uno de ellos sacado de la escuadra de Maximiano. Pero pegó duro el Almería de vuelta. Después de provindenciales actuaciones de Alfonso y Nelson Monte, con una mano para evitar que Arribas se quedara solo ante la portería y un despeje bajo palos del portugués, Centelles colocaba un balón exquisito al segundo palo y ahí aparecía Arribas para meter el 2-0, que parecía una montaña.
El Málaga puede tener muchos defectos, pero no la desidia o la falta de fe. Porfió un balón Cordero a Pozo en la frontal y quedó muerto para que Dani Sánchez controlara y lanzara un latigazo desde 25 metros que se colaba ajustado al palo de Maximiano. Su crecimiento como jugador es exponencial. Golazo tras el zarandeo y partido abierto, de nuevo. Casi de seguidas, Ochoa se fabricó con astucia un penalti en el lateral del área para castigar la imprudencia de Selvi en una entrada cuando no tocaba. No dudó Ávalos Barrera y Antoñito Cordero ejecutaba con un disparo fuerte y arriba por el centro, imparable para Maximiano.
Ochoa había cogido la batuta del partido, apareciendo entre líneas y ocupando espacios para hacer cosquillas. El Málaga ahora gobernaba, pero entrañaba riesgos con las contras rivales y la calidad almeriense. El marbellí, sin embargo, se iba cargado cuando quedaba un cuarto de hora, mucho ritmo y exigencia, y le relevaba Juanpe. El encuentro estaba como un pelo en el aire, el péndulo oscilaba. Apasionante, con el Málaga crecido y yendo a por el partido. Pero Nelson cometió un penalti en un córner con un agarrón claro a Pubill. En tiempos de VAR, una temeridad. Hay que decir que la jugada viene de un balón que Alfonso manda fuera para que Baturina fuera atendido tras un claro golpe rival. Rubi ordenó a sus jugadores que no devolvieran. Acabó ahí la secuencia, pero Luis Suárez la mandó al larguero. El karma del fútbol. Sufrió, supo sufrir, el Málaga para conquistar un punto que llena de orgullo y que acerca una pulgada más el objetivo de la salvación siendo fieles a lo que se representa.
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