Alessandra Moura, la 'marbellera' de adopción que traduce el anime y el manga japoneses
La traductora ha transcrito al castellano títulos de éxito como 'Sailor Moon' o 'Evangelion' y actualmente la serie 'One piece en Netflix'
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Alessandra Moura es una marbellera de adopción que ha dedicado la mayor parte de su vida a traducir anime y manga japoneses al castellano, con series como La familia crece, Sailor Moon o Evangelion, una pasión que se convirtió en su profesión y que le ha permitido trabajar para grandes plataformas como Netflix, centrándose actualmente en la nueva traducción de la exitosa One piece.
Moura nació en Londres en 1974, a los siente años se fue a vivir con su madre a Barcelona y desde los 15 ha residido con su familia en Marbella durante más de 30 años, encontrándose actualmente en Tokio desde 2024 tras más de 35 viajes a Japón, entre otros motivos, porque “el acceso a la vivienda en España se ha vuelto cada vez más difícil”.
La pasión por la cultura japonesa le viene a la traductora desde niña, cuando ya en los años 80 consumía series como Marco, Candy Candy o Dragon Ball. “Actualmente lo que traduzco, con el placer de ser la primera en hacerlo y muchas veces en top secret por confidencialidad, como Sailor Moon Eternal y Cosmos o One piece ya que nadie sabía que estábamos trabajando con ello”.
Con estudios de Filología inglesa, traducción e interpretación, Moura intentó entrar en 1993 en Bellas Artes pero “no aprobé el examen”, por lo que la joven comenzó a estudiar aquel año japonés en la Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona el primer curso y posteriormente en la de Málaga. “Me gustaba, simplemente. Quería saber qué ponía al final de cada capítulo, el Tsuzuku, el continuará de ‘Candy Candy’ o lo que decían las canciones”, ha abundado.
También conocida como Chii Nishino o “la pequeña energía de España” traducido al castellano, Moura participó en los años 90 en el movimiento otaku, “una alternativa sin ánimo de lucro que fundamos y promovimos unos pocos ya que la industria no respondía a nuestras necesidades y algunos conseguimos profesionalizarnos”. Así, empezó en 1995 como “articulista y traductora para diferentes fanzines y revistas como Dragon Ball Magazine, Yamatai, Neko, Dokan, Minami 2000, etc”.
En ese contexto, ha explicado que no se planteó inicialmente la traducción de manga y anime como una salida laboral, sino como “una forma de dar respuesta a las quejas” de esta comunidad ante “la falta de traducciones fieles” y se ofreció como “solución desde dentro”. Así, en 1998 propuso a la editorial Planeta DeAgostini traducir su “serie favorita”, La familia crece, tras conocer que se iba a publicar.
“La editora, Ana María Meca, me dio la oportunidad, sin más”, ha destacado la traductora especializada respecto al título en formato manga o cómic de la serie, quien ha comentado que la experiencia fue “algo estresante porque me tocaba buscar en diccionarios físicos para traducirla pero como me la conocía al dedillo, lo hacía con gusto”. También tradujo a propuesta de ella misma La familia crece para la pantalla, de la mano del director Jaime Roca para TVE2, con el que lleva “varios proyectos y vuelvo a traducir la de One piece de ahora”.
“Con Tecnison me ofrecí porque quería traducir mi novela favorita, Outlander, llevada a pantalla pero ya estaba asignada, y al tiempo me dieron series japonesas y demás”, ha agregado Moura, incidiendo en que otras productoras le han buscado y otras han salido de su propia iniciativa, realizando las traducciones desde España, principalmente Marbella, o Japón.
El movimiento otaku y La familia crece son los dos grandes ejes impulsores de la trayectoria profesional de esta marbellera de adopción, que desde entonces ha traducido al castellano títulos de éxito como One piece, Sailor Moon stars y las últimas de Eternal y Cosmos, Detective Conan, Hamtaro, Doremi, Evangelion, Aggretsuko, Rilakkuma, Ruroni Kenshin live action, Los estafadores de Tokio, etc, según ha comentado.
Colaboración con Netflix
También “las últimas para Netflix, como la nueva traducción de One piece desde el principio y desde cero, que es mi trabajo principal”, ha referido respecto a la famosa serie nipona, destacando que colabora con la plataforma desde 2018 a través de diferentes productoras, y que inició gracias a Jorge Saudinós, voz de Zoro en la misma, y Sam de Juego de tronos, entre otros. “Tras verlo y saludarlo en un evento, me preguntó si seguía traduciendo, le dije que sí, y me ofreció hacer Aggretsuko y otras series, y que era para Netflix a través de VSI Madrid, 2018”.
La plataforma emite desde hace unos años One piece, así como ha hecho una nueva traducción de 31 capítulos, labor principal en la actualidad de Moura, quien ha destacado que esta “ha tenido muy buena acogida” por parte del público, según ha sondeado en las redes. “Saben que hay un equipo entre traductora, ajustadores, directores, productora, etc, que le estamos poniendo todo el mimo posible a la serie”, ha apuntillado.
Preguntada por si se prevé traducir más capítulos, Moura ha señalado que “oficialmente por ahora están sacando unos pocos en tres tandas, el 15 de noviembre y diciembre y otros tantos en enero”, en total 61, añadiendo que “para después es confidencial”, por lo que ha animado a los seguidores a estar “pendientes de las noticias”. Sobre la nueva traducción, ha apuntado que “se ha mimado mucho todo el proceso”, algo que “los fans lo están notando y nos lo agradecen”.
Al hilo de ello, ha precisado que la nueva traducción “no es tan fácil como parece, tardo como el triple o más que cualquier otra serie”, de la que le encantan los personajes de “Chopper y Robin”, emocionándose con la historia del primero e identificándose con la de “Nami, me río con Sanji, Usopp y Luffy”, ha apostillado.
Por otro lado, Moura compagina la traducción con la actividad turística, desde que en 2001 creara el portal “portaljapon”, según ha detallado, gracias a “un par de subvenciones a fondo perdido del Gobierno para inicio de la actividad y del Instituto Andaluz de la Mujer”, donde informaba principalmente de sus viajes. Posteriormente, comenzó a organizarlos ella misma, para “ayudar a todos aquellos que lo veían como algo imposible, lejos y caro”.
Pasión por la cultura japonesa
Madre de dos hijas, la pasión de la traductora por la cultura japonesa le viene desde niña, cuando ya en los años 80 consumía series como Marco, Candy Candy o Dragon Ball, ha comentado, y más adelante Los Caballeros del Zodíaco, Oliver y Benji o Sailor Moon, además de mangas como Akira, Ranma ½ o los primeros hentai o porno, entre otros. Recientemente, ha donado su colección de manga a la Biblioteca Fernando Alcalá de Marbella, localizada en el Parque de la Represa.
“Me identificaba con las historias. El padre que me faltaba con el pirata Capitán Harlock o con Marco en busca de su madre, me enamoraba de tal o cual personaje, como Anthony y Terry de Candy Candy, Numaios de Ulises 31 o Andrómeda de Saint Seiya. Me sentía como Miki, que no se decidía entre Yuu y Kei-kun en La familia crece; el primer amor no correspondido como Haruka o Seiya de Sailor Moon; pasar de ser reservada a extrovertida a más madura, como Rei Ayanami, Asuka y Misato de Evangelion”, ha relatado.
Aquel entusiasmo por el anime y el manga fue consolidándose en los años 90, cuando formó parte del movimiento otaku, destacando que fue “una de las primeras que luchó contra la censura, el cambio de nombres, la fidelidad del original tal como fue concebido, etc”. Esta comunidad cultural comenzó a conectarse por aquel entonces “por correo electrónico con la Mailing List de Manga (MLM) gracias a Jorge Orte, ‘Totoro’, un fanzine donde publicábamos nuestras cartas y las distribuíamos por correo, chats IRC”, ha explicado. Ya en 1997, ha apuntado que la gente “empezó a quedar físicamente, a organizar quedadas, charlas o ayudar en las actividades del salón del manga u otros eventos”, organizando ella misma “dos chibijornadas en Marbella en 1998”.
El anime como contenido “mainstream”
La traductora de manga y anime japoneses, Alessandra Moura, ha destacado que la plataforma Netflix “ha convertido el anime en contenido mainstream”, es decir, en tendencia o consumo masivo, facilitando “el acceso legal, el doblaje y la difusión global” y “acercándolo a nuevas generaciones”.
La profesional ha señalado que el éxito del anime en la última década “se debe a su diversidad temática, a la identificación emocional del público y al impulso de las plataformas digitales”.
En este sentido, ha recordado que desde los años 90 del pasado siglo, “la distribución se vio favorecida por la televisión privada, el VHS/DVD, Internet y posteriormente el streaming, que facilitaron su expansión masiva”.
En la actualidad, ha valorado que comparado con hace 30 años, “el manga y el anime eran una subcultura estigmatizada y poco comprendida en España, asociada injustamente a estereotipos negativos”.
“Ahora ser otaku es ser guay, poder disfrutar de tu serie sin que te miren mal o tener opción de elegir, eso es brutal”, ha subrayado Moura, destacando aspectos como que “se respete cada vez más la obra original tal como fue concebida”, poniendo como ejemplo para ello que "en Sailor Moon Cosmos se incluyen los honoríficos de san, chan, sama, kun, ataques en inglés tal como fueron concebidos”.
Así, ha celebrado que el género ha pasado de ser “dibujos raros” en los años 70 y 80 a convertirse en “una industria cultural consolidada desde los 90”, experimentando una “gran explosión” entre 1990 y 2005 con Dragon Ball, Sailor Moon, Evangelion, Naruto y One Piece”, que crearon la primera comunidad masiva, ha explicado.
Según ha recordado, en televisión las cadenas punteras fueron “TVE, Telecinco, Antena 3 y canales autonómicos catalanes y andaluces”. A nivel editorial, ha resaltado “Planeta DeAgostini, Norma Editorial, Ivrea y Glénat, que profesionalizaron el mercado y normalizaron el manga como formato estable en librerías españolas”.
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