Al menos 15 muertos en un ataque contra una fiesta judía en Sídney

Al menos 15 personas murieron, entre ellos una niña de 10 años, y otras 40 resultaron heridas por los disparos de dos atacantes en Sídney durante la celebración de la festividad judía del Janucá. La Policía australiana confirmó que investiga el ataque como “un ataque terrorista” y el primer ministro australiano, Anthony Albanese, aseguró que iba dirigido “contra la comunidad judía”.

El jefe de la Policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, confirmó que el ataque ocurrió alrededor de las 18:47 hora local (diez horas menos en la península) en el parque Archer, junto a la playa de Bondi, en Sídney, durante una celebración por el inicio de la festividad judía de Janucá en la que se encontraban cerca de un millar de personas, y señaló a dos supuestos perpetradores, uno que resultó abatido y otro fue detenido y está en estado crítico.

La Policía confirmó, además, el hallazgo de artefactos explosivos improvisados en un vehículo presuntamente vinculado a uno de los atacantes, que está siendo analizado por especialistas en desactivación de explosivos, mientras continúa un amplio despliegue de seguridad en distintos puntos de Sídney.

Uno de los presuntos autores del ataque fue identificado como Naveed Akram, un hombre procedente de Bonnyrigg, en el suroeste de la ciudad, según indicó un alto funcionario de las fuerzas de seguridad en declaraciones a la cadena pública ABC, y señaló que su vivienda estaba siendo investigada.

Según el responsable policial, al menos 40 personas fueron trasladadas a hospitales, entre ellas dos agentes policiales.

El jefe de Gobierno de Nueva Gales del Sur -cuya capital es Sídney-, Christopher Minns, calificó el tiroteo como “un acto cobarde y aterrador de violencia” y afirmó que “el objetivo fue la comunidad judía”. “Lo que debía ser una noche de paz y celebración fue destruido por un ataque malvado y horrendo”, declaró Minns, quien aseguró que el ataque será respondido con “una acción policial masiva y exhaustiva” y pidió calma a la población.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, afirmó que el atentado golpeó “el corazón de nuestra nación” y lo calificó como “un acto de terrorismo y antisemitismo”. “Un ataque contra los australianos judíos es un ataque contra todos los australianos”, señaló Albanese tras convocar de urgencia al Comité Nacional de Seguridad, al tiempo que prometió que el Gobierno empleará “todos los recursos necesarios para garantizar la seguridad de la comunidad judía”.

El mandatario destacó además la actuación de las fuerzas de seguridad y de los civiles que auxiliaron a las víctimas. “Hemos visto a australianos correr hacia el peligro para ayudar a otros. Son héroes”, afirmó.