Cronenberg entre psiquiatras
CINE
El realizador canadiense estrena hoy su última película, 'Un método peligroso', en el que recrea un supuesto encuentro entre Carl Jung y Sigmund Freud.
David Cronenberg ha conseguido la respetabilidad. Lejos quedaron los tiempos en que desconcertó a crítica y público con sus películas gores de autor, aprovechando la ola de los 70 que regeneró el terreno del terror introduciendo más sangre y en algunos casos más reflexión. Otros compañeros suyos de generación han quedado en el olvido, pero el cineasta canadiense supo reinventarse. En sus tiempos filmes como Rabia o Vinieron de dentro de... acuñaron el término 'nueva carnalidad', donde centraba su miedo a los procesos orgánicos de nuestro cuerpo, visto por él como algo amenazador y no como una función fisiológica. Su estilo frío y distante, casi clínico, le auparon como un director innovador y a tener en cuenta. En los 80 supo ser fiel a sí mismo cuando hacía filmes más comerciales -el remake de La mosca, La zona muerta- con propuestas más radicales, como Videodrome, todo un film de culto, o Inseparables. Cronenberg fue poco a poco decantándose por esta última opción, con títulos como la adaptación de El almuerzo desnudo -una de las grandes películas malditas de los últimos tiempos-, eXistenZ o la grandísima Spider, junto con la inclasificable Crash.
Pero hete aquí que cuando nuestro cineasta parecía destinado a los circuitos marginales y a los festivales más exigentes, volvió a las grandes ligas con Una historia de violencia, seguida por Promesas del este. Cronenberg demostró ser comercial y al mismo tiempo ofrecer cine de calidad. Hoy regresa a las pantallas españolas con Un método peligroso, donde adapta una exitosa obra teatral del dramaturgo y guionista Christopher Hampton, que recrea libremente un hecho real. El encuentro que tuvieron los padres de la psicología moderna, Jung y Freud, en el Zurich de 1904. Jung trató a una joven paciente rusa que padecía trastornos que podían tener su origen en humillaciones sexuales recibidas en la infancia. Era un caso de manual para las teorías psicoanalíticas de Freud, y por ello Jung, un incipiente psicólogo, se carteó con el maestro vienés sobre el tema. En realidad, se quedó en un intercambio epistolar, pero Hampton hizo en su obra, estrenada en 2002, que Freud se desplazase a Zurich para que se encontrasen con la joven rusa. Además de con Hampton en el guión, Cronenberg ha contado con el productor Jeremy Thomas, que ya trabajó con él en El almuerzo desnudo y Crash, la música de Howard Shore, y un reparto de lo más interesante. De nuevo Viggo Mortensen, que participa por tercera vez en un film de Cronenberg, es el protagonista, dando vida a Freud. Michael Fassbender, intérprete alemán de moda -fue Magneto en la precuela de los X-Men y protagoniza la versión de Jane Eyre que se estrena la semana próxima-, es Jung. Y otra actriz que vive un momento inatacable, Keira Knightley, es la rusa objeto de tantos anhelos, psicológicos y no tanto. Este reparto se completa con la presencia del francés Vincent Cassel, que da vida a otro psiquiatra, el Doctor Gross, que se entrometerá en la relación entre Jung y su paciente. Todos estos mimbres para Un método peligroso, que se estrena tras haber pasado por los festivales de Venecia y Toronto.
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