Si algo ha conseguido la plataforma ciudadana constituida Por el Auditorio de la Música de Málaga es que, después de años de silencio, las administraciones vuelvan a hablar del Auditorio de Málaga. A finales de julio, el consejero andaluz de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, ofrecía "diálogo y colaboración" con un ojo puesto en el alcalde, Francisco de la Torre, para sacar adelante el proyecto. Habría que hacerlo, recordó Vázquez, "desde cero" después de que el Gobierno liquidara el consorcio gestor del equipamiento en 2013, cuando ya se habían invertido 3,8 millones de euros sin que hubiera más que un solar en el muelle de San Andrés y cuando la materialización del proyecto arquitectónico aprobado, así como la reurbanización del entorno, se estimaba en unos 100 millones. Pocos días después de las declaraciones de Vázquez, la Diputación de Málaga rubricaba su adhesión a la plataforma ciudadana a modo de apoyo proverbial; pero para que una infraestructura de estas dimensiones eche a andar, la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte sigue siendo fundamental. Pues bien, el mismo Ministerio se muestra dispuesto a que esa colaboración sea efectiva. Con una expresión tan rotunda como "estaremos encantados" se expresó de hecho el ministro del ramo, José Guirao, en una entrevista concedida al Grupo Joly, editor de Málaga Hoy.

Eso sí, considera Guirao que "se trata de una iniciativa que tienen que impulsar el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía". No obstante, "si ellos consideran adecuado impulsar ese proyecto y quieren contar con nosotros, estaremos encantados". Admitió el ministro que "de ese Auditorio sé que el primer proyecto que había se vino abajo cuando llegó la crisis porque era caro", aunque añadió: "Quizás si requieren ahora al Ministerio nos sentemos a trabajar con ellos". El ánimo proclive al diálogo parece cundir así entre todas las partes; otra cosa es que del mismo se llegue a extraer un compromiso relativo a financiación, aunque ya sólo una reunión en torno a mesa de trabajo con el Ayuntamiento, la Junta, la Diputación y el Ministerio podría traducirse, al fin, como el primer capítulo de una nueva historia. Del mismo modo, es ahora cuando el llamamiento realizado por el alcalde el año pasado al resto de administraciones para retomar el Auditorio ha tenido la resonancia deseada.

La referencia al "primer proyecto" que hace José Guirao, así como la llamada a "empezar de cero" de Miguel Ángel Vázquez, invitan a pensar que la reactivación del Auditorio pasaría por la asunción de un segundo modelo más asequible, lo que abriría inevitablemente un arduo proceso de negociación y definición (cuestión aparte sería la del destino del diseño original de los arquitectos Federico Soriano y Agustín Benedicto, comprometido en su momento; que el Gobierno liquidara el consorcio no quiere decir que liquidara el proyecto, por lo que el compromiso con el diseño arquitectónico aprobado continúa de alguna manera vigente). De cualquier forma, que de este órdago se volviera a encender la maquinaria significaría que a Málaga le quedarían por delante muchos años de búsqueda de inversiones y actuaciones diversas más allá de la construcción del Auditorio (la reorganización urbana necesaria sería de altura); mientras tanto, la ciudad, con una Orquesta Filarmónica, una Fundación Musical, overbooking en sus conservatorios y una actividad concertística notable aun en escenarios saturados como el Teatro Cervantes, seguiría lastrando un déficit que acarrea desde hace demasiado tiempo y que compromete seriamente su vida cultural, mientras otras ciudades españolas de menor población cuentan desde hace décadas con sus flamantes auditorios de la música. Por el diálogo, al menos, se empieza.