Doble uso cultural para el Convento de la Trinidad, que tendrá el centro de arte rupestre
El Convento de la Trinidad fue el otro gran tema del día en la comparecencia del consejero de Cultura. Alonso confirmó que los trabajos de consolidación del edificio, que debían estar terminados desde final de año y en los que la Junta invirtió 3,5 millones, continúan aún después del derribo de los pabellones militares. Respecto a lo que ocurrirá una vez que acaben las obras, Alonso señaló la intención de la Junta de que el convento albergue un centro internacional del arte rupestre, en conexión con el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico y auspiciado por la Unesco. Ya su antecesor, Paulino Plata, había apuntado esta posibilidad, en la que Alonso confía aunque queda aún mucho terreno por despejar. El consejero explicó ayer que, en una visita a París el año pasado, la Unesco le transmitió su beneplácito para la instalación en la Trinidad de un centro de categoría C2, de proyección internacional. El Gobierno de España, posteriormente, incluyó este proyecto dentro de una futura redes de centros del arte rupestre que tendría sedes en otras comunidades como Cantabria, Galicia y Murcia. "Dado que el Gobierno no ha previsto inversión alguna para estos centros, y de que las otras comunidades tampoco han dicho nada, nosotros, que sí queremos el centro de arte r0upestre, hemos planteado a la Unesco la posibilidad de albergar un centro de categoría superior, y la Unesco lo ve con buenos ojos", afirmó Alonso, quien señaló que el próximo mes se reunirá con el Secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, para tratar la cuestión: "Cuando veamos lo que el Gobierno quiere para Andalucía, nosotros tomaremos nuestra propia decisión". Alonso anunció que, junto a este centro de arte rupestre, el Convento de la Trinidad acogerá otro equipamiento de carácter cultural cuya naturaleza no quiso desvelar, y del que dará cuenta tras la reunión con Lassalle. Lo cierto es que, sea como sea, la Junta necesita financiación para los proyectos. Y ése es otro cantar.
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