Se sigue refiriendo Jorge Rando a su museo como "el salón de estar del arte" en Málaga, un centro abierto, de entrada libre y gratuita, que se ha convertido en agente dinamizador y transformador del barrio del Molinillo: aunque ni Rando ni la dirección quisieron ofrecer ayer cifras respecto a sus primeros dos años de actividad, la afluencia, tanto a las exposiciones como a las actividades que se organizan cada semana (conferencias, proyecciones, conciertos y mercadillos) es notable y ha tenido un impacto evidente en el entorno. Pero Rando advierte que el suyo no es un museo de barrio "ni estamos aquí para rehabilitar el Molinillo; eso, en todo caso, tendrá que hacerlo el Ayuntamiento. Nosotros queremos convertir nuestro entorno en un agente artístico, cultural y académico desde el Molinillo para toda Málaga, España y Europa. Queremos ser un museo vivo". Por ahora, la exposición Ciclistas, animales y otras cosas presenta una reveladora mirada a la relación del hombre con la naturaleza. Y lo que vendrá.