Ana Blandiana, Premio Princesa de Asturias de las Letras: "Es la primera vez que un premio que recibo me impresiona profundamente"

El viernes 9 de mayo asistirá a un encuentro para hablar sobre su trayectoria, organizado por el Centro Andaluz de las Letras

De las personas leídas como libros

Ana Blandiana posa para una foto promocional. / M. H.

Ana Blandiana (1942) es una de las mayores escritoras de poesía con influencia de Rumanía, pero sus textos han traspasado la frontera de su país. Ganó el año pasado el Premio Princesa de Asturias de las Letras y el viernes 9 de mayo a las 19:00, en el Museo de Málaga, acudirá a un encuentro para hablar sobre su trayectoria. Es el acto central del encuentro literario internacional entre Rumanía y España que celebra el Centro Andaluz de las Letras en colaboración con el Instituto Cervantes y el Instituto Cultural Rumano en Madrid. Este evento está incluido en la programación de la Feria del Libro de este año.

Pregunta.¿Qué espera de este encuentro literario entre autores de Rumanía y Andalucía? ¿Qué cree que pueden aportarse mutuamente estas dos tradiciones?

Respuesta.Estoy convencida de que nuestro encuentro será la ocasión para una comparación en la literatura y en la historia, un encuentro cuya conclusión se producirá contra los dos extremismos de izquierda y de derecha, que tanto daño nos hicieron ayer y que ahora nos amenazan de nuevo. Un encuentro de escritores, sobre todo en el tenso clima mundial actual, sólo puede ser una celebración de la kalogakathia, del sueño europeo de una armonía entre lo bueno y lo bello.

P.¿Conocía ya la literatura española o andaluza contemporánea? ¿Hay algún autor o autora que le haya marcado especialmente?

R.Todos nosotros, escritores y lectores, somos la creación de los libros que leemos casi tanto como la de nuestros padres. He leído a Lorca, a Antonio Machado, a Bécquer, a Juan Ramón Jiménez y a Miguel Hernández desde que era adolescente...

P.También acude a la Feria del Libro de Málaga. ¿Es la primera vez que viene? ¿Qué sabe sobre Málaga?

R.Sí, estoy por primera vez en Málaga, pero no en Andalucía. He estado varias veces en Córdoba y Granada y en Puente Genil, y sé por mis recuerdos y por los libros que es la parte más bella, emocionante, compleja y apasionada de España.

P.Ha sido reconocida con muchos galardones, el más reciente el Princesa de Asturias. ¿Cómo vive estos reconocimientos en esta etapa de su vida?

R.Es la primera vez que un premio que recibo me impresiona profundamente, no tanto por la importancia que me confiere, sino por la importancia que el pueblo español confiere al propio premio. La mezcla del misterio de la poesía y el misterio de la realeza, con toda la nostalgia que ambos misterios esconden, hace que el premio de Oviedo sea único.

P.Usted ha dicho que escribe poesía para no volverse loca. ¿Sigue siendo la poesía un refugio o es también un altavoz? 

R.Tanto la noción de refugio como la de difusión presuponen una decisión lógica, una premeditación, mientras que la poesía sucede independientemente de la voluntad del poeta. Los misterios no se pueden programar y no hacen planes.

P.Su obra se ha traducido a más de 25 idiomas. ¿Qué siente cuando su poesía cruza tantas fronteras lingüísticas? 

R.Me siento intimidada, orgullosa e insegura, como si me hubieran invitado a una fiesta de disfraces sin saber o no si los demás me van a reconocer.

P.En muchos de sus versos hay una tensión entre lo tradicional y lo político y también con la historia. ¿Cómo conviven esos dos mundos en su escritura? 

R.Le agradezco su pregunta, que demuestra una verdadera intuición de mi posición en la encrucijada de estas nociones casi opuestas. Sólo puedo decirle que no se trata de una coexistencia pacífica, sino profundamente dramática. Pero lo importante es que desde el momento en que Usted se ha dado cuenta de ello, esto significa que existe.

P.¿Qué lugar ocupa hoy la poesía en un mundo que es cada vez más consumista e inmediato?

R.Para quienes creen que en la vida actual la poesía desempeña una función, esa función es limpiadora, purificadora, exorcizadora. Tiene el poder de borrar de nuestra conciencia las capas superpuestas de indiferencia, aburrimiento y egoísmo, permitiendo que esta descubra y sienta la belleza y la bondad que ya no creía que existieran.

P.¿Cómo ha evolucionado su mirada sobre Rumanía a lo largo de las décadas, y cómo se refleja eso en sus poemas? ¿Y el mundo?

R.Existe una frase del gran poeta Lucian Blaga, una frase que descubrí muy joven, cuando estaba en el instituto: "No existe nación tan mala como para que no merezca la pena de dar la vida por ella cuando se pertenece a ella". Esta frase siempre me ha marcado y siempre ha definido, independientemente de lo que haya sucedido entretanto, la relación entre mi país y yo. Los sentimientos esenciales no evolucionan, perduran. Y en poesía no se ven, sino que se sienten. Nunca he escrito poemas patrióticos.

P.Como figura central de la disidencia intelectual en la Rumanía comunista, ¿cómo recuerda los años en los que su voz estuvo censurada?  

R.Los años 80 del siglo pasado fueron los más oscuros del cuarto de siglo ceausista. Más allá de la amenaza constante de la represión, para mí fueron los años de máxima conexión con mis lectores, los años en que la gente sobrevivía gracias a los últimos pedazos de libertad conservados en la poesía, los años en que, aunque no se me permitía publicar mis poemas, se difundían escritos a mano, y por la mañana encontraba flores colgadas en la verja de mi casa. Los lectores se reunían en torno a los escritores como palmas alrededor de una vela que el viento apagara.

P.¿Cree que el papel del escritor como conciencia crítica sigue siendo necesario en las democracias actuales?

R.Cuanto más amenazada está una sociedad por la crisis, mayor es la necesidad de una conciencia crítica y buscadora de sentido, y más importante es el papel de los escritores, de los líderes de opinión, de los intelectuales. Y nadie puede discutir que en estos momentos la humanidad está en crisis.

P.Hoy, en un contexto global convulso, ¿cuáles son, a su parecer, los grandes desafíos éticos para la literatura europea?

R.Creo que el problema más acuciante de Europa, un problema tanto ético como cultural, reside en reconstruir su autoestima, su tradición histórica, filosófica, artística y religiosa. Sólo así sus valores, que se han hecho universales, podrán ser defendidos, sólo así Europa, que inventó la democracia y los derechos humanos, podrá defenderse y defenderlos del nuevo orden mundial, que es el de las dictaduras.

P.¿Qué le gustaría que quedara de su obra dentro de cien años? 

R.Los poemas más bellos, los cuentos fantásticos y la pregunta: "¿Puede la poesía salvar el mundo?".

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