Lo primero que encuentra el visitante en Holding emptiness es una serie de tres fotos que se expusieron en The artist is present, la monumental muestra del MoMA. "Cada una de las fotografías se hizo después de un mes de performance: la primera tras un mes, la segunda al final del siguiente mes y la tercera al final del tercero", explicó ayer la propia Marina Abramovic en la rueda de prensa más larga que se recuerda en los diez años del CAC Málaga, más de una hora y media para toda una maratón de preguntas. A partir de ahí, se desliza un caudal que resume cuarenta años de creación e inspiración, con fotografías realizadas hace meses y otras que remiten a su primera performance, Rhythm 10, con la que en 1973 abrió puertas decisivas al mundo del arte al recrear con un cuchillo en su mano extendida la vieja prueba rusa del valor. Tal y como apuntó Fernando Francés, director del CAC y comisario de la exposición, Holding emptiness es "la primera gran retrospectiva dedicada a Abramovic en España", y poner semejante afirmación en relación con la artista contribuye a situar a Málaga en muchos mapas. Francés recordó que conoció a Abramovic en la dehesa Montenmedio de Vejer de la Frontera (Cádiz) "hace once o doce años. Ya entonces hablamos de hacer algo juntos. Ha habido que esperar tanto tiempo y mantener muchas conversaciones durante más de cinco años para que aquella idea se hiciese realidad. Afortunadamente, aquí está".

De este modo, la muestra permite conocer a fondo aquellas primeras performances de la serie Rhythm en toda su crudeza, así como la descomunal Art must be beautiful, artist must be beautiful (1975), revisitada mediante otra imponente secuencia fotográfica. También se da cuenta de la colaboración que entre 1977 y 1980 mantuvo Abramovic con el artista alemán Ulay, cuando ambos vivían en Ámsterdam, a través del registro de Relation in time (1977), una performance en la que ambos se mantuvieron durante 17 horas de espaldas con el pelo entrelazado; y la hermosa fotografía Anima Mundi: Pietà (1983), en la que recrean el icono cristiano que inmortalizara Miguel Ángel, con una Abramovic vestida de rojo emulando a la Virgen María y Ulay como un Cristo yacente. Del interés reciente de Abramovic por los objetos transitorios es una buena representación Chair for Human Use with Chair for Spirit Use (I) (2012), un trabajo de carácter mobiliario que introduce otra de las grandes pasiones de Abramovic: los minerales ("Me gustan los minerales porque están llenos de energía. Son como computadores comprimidos que contienen toda la información de nuestro planeta", señaló ayer). También hay piezas de videoarte reunidas y enfrentadas de manera inédita hasta ahora y unas camas de madera que Abramovic emplea para el desarrollo de su método en su casa de campo: quienes acuden allí siguen una cierta instrucción con el fin de alcanzar el nivel de conciencia óptimo para disfrutar de las performances en toda su amplitud. Este método incluye varias fases de meditación y entre ellas se encuentra la que emplea estas camas: el visitante se acuesta en ellas durante horas mientras escucha a través de unos auriculares sonidos evocadores y algunas músicas (eso sí, aunque ayer Abramovic y Francés se recostaron en un par de camas a manera de demostración, los visitantes a la exposición no podrán hacerlo y tendrán que contentarse con mirar). Una de las últimas figuras introducidas en el método fue la popular Lady Gaga, que acudió a la casa rural de la artista el año pasado en un sonado retiro. La propia Abramovic ha sido criticada por ello, pero ayer, preguntada al respecto, no dudó en responder así: "Las críticas proceden de personas de mente estrecha. Lady Gaga tiene 45 millones de seguidores en Facebook, y eso se traduce en un poder muy real para alguien que sólo tiene 27 años. Ella vino a formarse en mi método y fue muy buena alumna. Cuando lo hizo, otra mucha gente joven se interesó por mi trabajo, así que Lady Gaga terminó trayendo viento fresco a casa". Sobre la posibilidad de que fuese la artista quien recibiese algún tipo de influencia de la cantante, Abramovic respondió tajante: "A mí no influyen artistas, ni personas. Sólo la naturaleza".

Holding emptiness es un viaje a las posibilidades regeneradoras de la conciencia. Un órdago al comienzo del mundo. Aquí y ahora.