El espadachín con acento malagueño

estrenos Llega a la cartelera una de las propuestas más esperadas del año

'El Gato con Botas' devuelve a las salas al personaje de la saga 'Shrek' como protagonista, con Antonio Banderas en la voz y el alma del felino aventurero.

Pablo Bujalance / Málaga

25 de noviembre 2011 - 05:00

No es el Gato con Botas el primer felino con acento andaluz en el mundo de la animación: los más nostálgicos recordarán al televisivo gato Jinks, que perseguía a Pixie y Dixie al grito de ¡Mardito roedore! y con un encantador ceceo que parecía sacado de la mismísima Serranía de Ronda, por mucho que el doblaje de la serie de Hannah-Barbera se hiciera en México (fue el gran actor sevillano Florencio Castelló, por cierto, quien puso la voz y el acento al incansable cazador de ratones). Pero el Gato con Botas tiene detrás a Antonio Banderas, quien imprime a su personaje un cerrado acento malagueño que sin embargo logra sonar armonioso y flexible. Como, según los clásicos, el alma de cada uno reside en su voz, el actor confiere al minino mucho más que sus peculiares rasgos fonéticos: también su expresividad, su carácter, sus registros físicos más amplios y los más discretos. Así, la película de Dreamworks El Gato con Botas, que llega hoy a las salas, presenta uno de los casos más curiosos de construcción de un personaje animado a partir de un referente real (sin recurrir a la motion capture que tan buenos resultados le ha dado a Spielberg para su Tintín) del cine reciente. O lo que es lo mismo: los fans de Banderas pueden darse desde hoy un festín al verlo encarnando, con todas las de la ley, al dibujo animado más espadachín y graciozo de los últimos lustros.

La última jugada de los estudios de Dreamworks es ciertamente maestra. La mejor manera de continuar la explotación de la saga Shrek (que ya acusaba cierto desgaste en su tercera y última entrega para la crítica, aunque no así para el público, que respondió en taquilla como se esperaba) era a través del spin off. Y puestos a seleccionar un personaje de entre toda la gama, la opción no podía ser otra. Ya cuando el Gato con Botas apareció en la segunda parte abriendo sus enormes ojos en tierna señal de contrición se metió al público en el bolsillo, y allí sigue, dispuesto a seguir viviendo sus aventuras. El carisma del felino llegó a eclipsar a parte del elenco que venía ostentando el protagonismo desde la primera película, lo que se debe al oficio de Antonio Banderas y a la fraternal empatía que ha bordado con el personaje. Por ello, cabe asistir a la proyección de El Gato con Botas con la seguridad que se va a ver al malagueño en su salsa, dando rienda suelta a su proverbial intuición para el cine de entretenimiento. Su entrega ha sido tal que no sólo ha prestado su voz al personaje en inglés y en español, también en italiano (su intención primigenia, de hecho, era doblarlo en todos los idiomas posibles, lo que habría dejado en mantilla al Peter Sellers de Dr. Strangelove sin ni tan siquiera salir en pantalla), y siempre con acento malagueño. Y es que, quién lo iba a decir, el cine de animación ha brindado una de las páginas más felices de la aventura americana de Antonio Banderas.

El protagonista de La piel que habito comparte reparto en el doblaje con Salma Hayek, quien hace lo propio con Kitty Zarpas Suaves, la gatita que acompaña al espadachín en el robo del famoso ganso de los huevo de oro, una acción que se produce, a modo de precuela, antes del encuentro con Shrek. Chris Miller, director del tercer filme de la saga del ogro verde y de la muy recomendable Lluvia de albóndigas, se pone al frente para llevar la epopeya a buen puerto. La crítica estadounidense le ha dado mayoritariamente la razón, aunque casi todos los comentarios, desde el Usa Today al Entertainment Weekly, dirigen sus elogios más sentidos a Antonio Banderas. En España, el objetivo no es otro que reinar en la taquilla, un empeño para el que el calendario navideño puede funcionar como un aliado encomiable, por más que en las próximas semanas se añadan otros estrenos de indudable poderío como la reposición de El rey león. El inevitable recurso del formato 3D aporta poco a la película, que tiene sus mejores atractivos en cuestiones muy distintas, pero ayudará sin duda a que la criatura de Dreamworks sea un éxito incontestable en la tierra natal de la voz de el Gato con Botas.

El pasado miércoles, el mismo Antonio Banderas confesó durante el preestreno en Madrid que el Gato con Botas se inspira "mucho" en su forma de ser, ya que ambos comparten principios "como el valor de la amistad", aunque también tiene rasgos de otros héroes épicos a los que actor ha interpretado (las referencias a El Zorro son notorias). Y aunque el malagueño se mostró cauto a la hora de establecer paralelismos, dado el alto grado en que adora al personaje, Salma Hayek decidió ir directa al grano en la misma cita y afirmó: "Alguien agarró una aspiradora y le succionó todos los encantos a Antonio y se los puso a este gato". Banderas consideró además que el gran atractivo del personaje al que interpreta, además de en su "dulzura y caballerosidad", reside en "una dicotomía, esa gran voz en alguien tan pequeño, que es un como un león atrapado en un cuerpecito, y ahí reside la fuente de la comedia". Y aquí el malagueño da en el clavo: este tipo de paradojas son las que hacen grandes a personajes como el Gato con Botas. Cuando Charles Perrault lo trajo al mundo, allá por 1697 en sus Cuentos de Mamá Ganso, su intención era desde luego otra, más ilustrativa. Pero qué demonios: pasen, vean y disfruten.

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