Tribuna de opinión

Por qué serán un éxito los próximos Goya en Sevilla

  • En 2023 volverán los galardones del cine español a la capital hispalense

  • Solo el Fibes de Sevilla y el Forum de Barcelona tienen auditorios con capacidad para más de 3.000 espectadores

El exterior del Fibes con la antigua cúpula y la ampliación en la que se encuentra el auditorio.

El exterior del Fibes con la antigua cúpula y la ampliación en la que se encuentra el auditorio. / Antonio Pizarro (Sevilla)

Esta afirmación, que sería de muy alto riesgo habitualmente, se convierte en excepción por lo siguiente: La Academia de Cine lo que busca para su ceremonia anual más importante es una ciudad que nos acoja y nos quiera, y un teatro teatro de verdad, con capacidad para más de tres mil personas.

Lo primero lo cumplen numerosas ciudades, ya que se celebraron fiestas de los Goya en Barcelona, Sevilla, Málaga y Valencia. Tenemos varias ciudades españolas candidatas, que han demostrado mucho interés en celebrarlos: Palma de Mallorca, Bilbao, Granada, Zaragoza, Valladolid, etc.

Lo segundo solo lo cumplen dos ciudades: Sevilla (Fibes) y Barcelona (Fórum).

Por paradójico que parezca, solo existen en España esos dos lugares con infraestructura y forma de teatro/auditorium y en los que además puedan entrar más de tres mil espectadores con las condiciones mínimas y necesarias para disfrutar del espectáculo. Desgraciadamente, en el resto de ciudades hay que inventarse distintas formas para tener la capacidad de albergar a los visitantes necesarios.

En Málaga se cometió el error brutal de querer adaptar un pabellón deportivo de baloncesto (el Martín Carpena) en auditorium. Craso error. La propia Academia de Cine nos pidió disculpas a todos sus miembros, por el desastre de ceremonia que supusieron los Goya en este increíble lugar: un espacio desangelado por convertir un volumen de doce mil en tres mil quinientos espectadores, asientos incómodos e inadecuados, visión deficiente dependiendo de dónde te tocara, sonido nefasto y metálico, y la fiesta/cena posterior en los pasillos y vomitorios del pabellón deportivo, que parecía más bien un viaje en vagón de metro en hora punta.

La diferencia entre Sevilla y Málaga es la siguiente: Sevilla dice, propone y hace. Málaga dice, propone y no hace.

Así el Fibes, Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, hace apenas doce años era un palacio de congresos pequeño, de apenas mil trescientos espectadores, y muy deficiente. Pero decidieron “ampliarlo” (2012), y cuando el municipio tomó la decisión, la tomaron de verdad, involucrando a varias instituciones andaluzas. Y lo convirtieron en un palacio de congresos y ferias con capacidad para tres mil quinientos espectadores, con servicios y cualidades de excelencia.

Resulta que hoy en día, si un congreso de médicos, de ópticos o de agentes de la propiedad inmobiliaria quieren venir a España a celebrarlo y necesitan más de tres mil plazas, solo pueden hacerlo en Sevilla (Fibes) o en Barcelona (Fórum).

Es curioso que Málaga, capital de la Costa del Sol, carezca de esta infraestructura para este tipo de celebraciones. No se puede dar crédito a que un municipio consciente de esta merma/carencia no tenga entre sus planes ampliar alguno de los pequeños existentes o hacer uno de planta nueva con las exigencias que la capital del turismo debería tener.

Claro que es paradójico también que en Sevilla exista desde hace muchísimos años el Teatro de la Maestranza y en Málaga sigamos todavía pidiendo un auditorium para que nuestra orquesta y nuestra pequeña temporada de ópera se puedan celebrar en un lugar digno.

Son todas estas las razones por las que los próximos Premios Goya a celebrar en la ciudad de Sevilla por segunda vez, en los primeros meses del año 2023, serán previsiblemente un “éxito”.Aquí en mi ciudad, Málaga, son capaces de proponer otra vez el pabellón deportivo de baloncesto Martín Carpena. ¡No, por favor! Gracias. ¡Que viva Málaga!

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