Eurovisión no es lo que era

06 de diciembre 2025 - 03:06

El órdago de abandonar el Festival de Eurovisión si participa Israel se ha cumplido (no cabía otra alternativa). Entre miles de muertos. TVE ha dado un paso, entre la osadía y lo insólito, que es consecuente. La maquinaria diplomática se ha movilizado para impedir que la sangría en la UER no fuera mayor. Han cumplido con el boicot quienes primero alzaron la voz: Países Bajos (expulsada ya en 2024 por un encontronazo con la delegación israelí), España, Irlanda, Eslovenia, Islandia... Llama la atención la tibieza de los países nórdicos.

Con un patrocinador israelí, además, había pocos visos de que la UER forzara una medida tan incómoda que en países como Alemania y Austria se considera afrenta. Israel puede campar a sus anchas en lo bélico y en lo político. E incluso no se va a impedir que el voto masivo termine de deteriorar un festival que está herido en reputación, interés y respuesta del público.

El boicot viene a señalar que Eurovisión tiene que reconfigurarse. Pero a medio plazo la UER no tiene intención de mover ni un dedo: lo ha confirmado en la asamblea de esta semana. La influencia de toda la órbita de Israel es poderosa.

En teoría este festival no va de política, sino de canciones, convivencia, paz. La política impregna las bielas del motor que mueve Eurovisión, un encuentro de cadenas públicas que representan a esos mismos países. Israel fue un paso más allá imponiendo y desautorizando críticas a su forma de imponer. Eurovisión es su escaparate. La única salida es salir.

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