NOTAS AL MARGEN
David Fernández
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Solo hay que ver nuestras ciudades para darse cuenta de los errores que se han cometido intentando ser modernos, sin saber bien en qué consiste eso, y cómo el progreso ha derivado en una crisis en el planeta en la que los avances tecnológicos puede que ya no sean tan modernos como pensábamos. Una búsqueda de la modernidad que transformó el modelo territorial entre los años 60 y 80 del pasado siglo y culminó con la gran transformación de la costa española producida entre las dos últimas crisis y ahora continuada tras superar la del 2007.
Pero después 40 años de globalización, en los que lo de fuera siempre era mejor que lo local, la motivación por la sostenibilidad nos ha hecho ser más conscientes de los valores autóctonos. Y el problema es entender qué significan el progreso desde el respeto a la tradición que constituye nuestro patrimonio y sustrato cultural. Por eso, ahora es más necesario que nunca aprender de los errores cometidos en nuestras ciudades en esa búsqueda sin cuartel. Para lo que es necesario que los arquitectos se involucren en el proceso de reflexión sin que tenga que venir nadie de fuera a explicar lo que hay que hacer, pues el problema no es de creatividad, sino de gobernanza.
Pero los arquitectos somos animales comerciales en busca de proyectos. La idea no es mía, como no los es ninguna de las recogidas en los dos párrafos anteriores. Tan solo la extrapolación a toda la costa española de lo que originalmente es una reflexión sobre el urbanismo y la transformación del territorio gallego. Son ideas de David Chipperfield, el arquitecto al que unos inversores cataríes y catalanes han llamado a proyectar una torre en medio del puerto de Málaga porque, una vez superados los trámites administrativos y cambiado el planeamiento a la medida del proyecto, ya no tiene sentido que continúe liderándolo un arquitecto local. Hasta que llegue la fase de ejecución, donde ya han anunciado que puede que busquen una nueva colaboración local, que esté a pie de obra y limite las molestias al maestro. Todo un compendio de medidas de sostenibilidad territorial como las que Chipperfield pretende impulsar en su Galicia de adopción. Donde ha creado una fundación para reflexionar sobre la planificación territorial y que también podría pensar en cómo le sentaría a él que le construyeran delante de su casa de vacaciones en Corrubedo el hotel que está diseñando para nuestra bahía.
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