La ciudad y los días
Carlos Colón
Vuelve la nunca ausente
Eesta semana se han alumbrado muchos eventos. El martes, en el Museo del Automóvil y de la Moda, tuvo lugar la gala de los XXI Premios Malagueños de Hoy, edición 2025, que reconoció a personajes como Elías Bendodo, María González Durán, Ibón Navarro, Benito Gómez y también mi muy admirado arquitecto y urbanista Salvador Moreno Peralta, que ahora anda en su cruzada para rescatar a la generación de 1925 y, en concreto, la figura de José Moreno Villa, pionero de la crítica de arquitectura en España y protagonista de las vanguardias artísticas en aquel páramo cultural.
Más allá de Cenacheriland, el miércoles, en el Rincón de la Victoria, se concedió el II Premio Antorcha de Honor a la Trayectoria Poética a Luis Alberto de Cuenca, otro personaje singular, que fue entrevistado en profundidad por Guillermo Busutil en una mañana de versos tan ventosa como íntima y soleada.
En resumen, mucho vinito español y rosas. También espinas, dado que ese mismo miércoles, a las siete de la tarde, en la malagueña Librería Luces —primera en el peligro de la libertad—, había tremenda cola para asistir a la presentación del último libro de Juan Soto Ivars: Esto no existe, un ensayo sesudo y documentado acerca de las denuncias falsas en violencia de género. Soto Ivars ha pasado de enfant terrible a señor de las letras que, aparte de su producción columnista y novelista, se ha ganado el respeto por sus investigaciones en asuntos delicados, como el ciberacoso en Arden las redes o el arte de arruinarse la vida de Anónimo García, líder del colectivo ultrarracionalista Homo Velamine, en Nadie se va a reír: La increíble historia de un juicio a la ironía.
Al ideólogo del “tour de la manada de Pamplona”, que criticaba la pornomisería mediática, le cayó una sentencia judicial ejemplarizante de un año y medio de prisión, más 15.000 euros de indemnización a la víctima. Tras el despido, divorcio, picapleitos y abandono de amistades con la vida destruida, el Tribunal Constitucional anuló la condena al bromista amparándose en la libertad de expresión. Soto Ivars sigue haciendo amigas con su última publicación. Lo que sí existe son 446 páginas muy documentadas acerca de las consecuencias de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. El autor pone en solfa algunas contradicciones de la lucha por la igualdad, dado que abundan demasiadas víctimas inocentes con independencia de su sexo.
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