Maneras de vivir

23 de agosto 2025 - 03:09

últimamente oigo historias que muestran cambios en nuestra manera de vivir. Son historias de jóvenes ingenieros o técnicos de las nuevas tecnologías de la información que apuestan por trabajos que están bien pagados pero que piden que pueda desarrollarse en casa o desde cualquier sitio y que les permiten tener jornadas razonables con suficiente tiempo libre para hacer otras cosas. Parece que emerge una mentalidad de trabajar en mejores condiciones para vivir mejor. Se trata de una mentalidad de la que participan muchos de nuestros jóvenes, que si pudieran les gustaría trabajar de otro modo para poder vivir como ellos desean.

Lo importante no es sólo el dinero, sino la independencia: el no tener que trabajar todos los días en una empresa con lo que supone en desplazamientos y horarios y, por tanto, la libertad de trabajar desde donde quieras. Huir de la rutina. Romper con el viejo mundo del trabajo como lo veíamos hasta hace poco. La ética del trabajo nos situaba en el mundo. Nuestro salario, nuestro estatus –posición de prestigio profesional- pero además propiciaba una vida social –que podía propiciar también nuestras relaciones personales -del mundo laboral podían salir nuestros amigos y nuestra pareja- y una división entre el trabajo y el ocio, entre la vida pública y la privada. El viejo modelo de la presencialidad con todo lo que ello implicaba se relativiza y parece que convivirá con el anterior. De modo, que los ambiciosos y competitivos, que quieran alcanzar los puestos directivos y ganar salarios importantes podrán seguir el modelo de las empresas de Silicon Valley y trabajar 90 horas semanales.

No se puede generalizar. Hablo de algunos ejemplos y casos vinculados, sobre todo, con el sector tecnológico y con una mentalidad que parece que existe en un sector de nuestros jóvenes. Habría también que distinguir también entre ese nuevo sector de nómadas digitales y los ingenieros y técnicos españoles que trabajan para empresas españolas y extranjeras de estos nuevos sectores de tecnología punta que definen el mundo hoy –ciberseguridad, etc-. Sin embargo, lo que me ha llamado la atención es que no todos quieren ser CEOs, ni números 1 de su empresa –que los hay y habrá siempre-, una buena parte de ellos prefieren vivir de otra manera. Parece que volvemos a los estoicos y a hacernos la pregunta por el saber vivir. Como escribió Séneca, “no consiste la felicidad de nuestra vida en vivir, sino en vivir bien”.

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