Ucrania (y la UE) en la encrucijada

24 de noviembre 2025 - 03:07

Donald Trump acaba de dar un ultimátum al presidente de Ucrania que, en teoría, expira a final de esta semana: o acepta las exigencias de su denominado plan de paz, negociado con Putin, o, en caso contrario, que continúe la guerra por su cuenta. Es decir, sin el respaldo del armamento y la inteligencia militar de los Estados Unidos. O firma ahora voluntariamente la rendición oficial o le llegará por la fuerza. Del documento de 28 puntos ha trascendido la obligatoriedad de celebrar elecciones presidenciales en un plazo de cien días. La reducción de su ejército a una cifra asimilable por Moscú, no podrá integrarse en la OTAN y deberá ceder a Rusia la provincia de Donetsk, ocupada ya por el enemigo en buena parte. Tampoco podrá reclamar Crimea, conquistada por su oponente en 2014. Trump da un giro así de 360 grados y vuelve a la casilla de salida, cuando humilló a Zelenski en la Casa Blanca y tomó partido por Putin. La dignidad en la respuesta es muy probable que conduzca a la derrota y claudicar ahora será aceptar esta ley del más fuerte, la única que impera en este nuevo orden internacional que ha decidido imponer Trump tras su regreso al poder: con aranceles o con bombardeos. Un lenguaje muy peligroso que también pueden hablar otras potencias. Ucrania se halla en una encrucijada, con una población agotada tras casi cuatro años de guerra y decenas, sino cientos, de miles de muertos. Además, contempla en las últimas semanas los daños sobre las infraestructuras y la población civil por las oleadas de drones y misiles que siembran el terror sobre las principales ciudades del país. Pero este jaque mate también emplaza a la Unión Europea. Por si le quedaban dudas, ya conoce que, a día de hoy, no puede fiarse de Estados Unidos. Que debe independizarse lo antes posible para convertirse en títere al albur de las ocurrencias geopolíticas y comerciales del mandatario estadounidense. Ucrania no puede afrontar sola este chantaje.

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