J´accuse. Así tituló Emile Zola, su célebre carta publicada en el diario L’Aurore, el 13 de enero de 1898 y dirigida al Presidente de la República Francesa, Félix Faure. En la carta, Zola exponía la injusticia del caso Dreyfus. En 1894, Alfred Dreyfus fue oficial del Estado Mayor francés, de origen alsaciano y religión judía, y fue acusado injustamente de haber entregado documentos a Alemania. Dreyfus fue condenado a cadena perpetua. La familia recurrió la sentencia y en 1897, fue identificado el verdadero traidor, el mayor Walsin Esterhazy quien compareció ante un Consejo de guerra que le absolvió el 11 de enero de 1898, pero el perjuicio, el daño, a Dreyfus ya estaba hecho. Ante la injusticia, Zola intervino exponiéndose a ser procesado ante un tribunal civil, al acusar a varios altos cargos, entre ellos el Jefe de Estado Mayor. Desde entonces, este artículo ha quedado como modelo de libertad de prensa y en defensa de la verdad. En Recuerda, el sueño liberal de Manuel Chaves Nogales, el último libro, por ahora, de Rafael Escuredo recoge el pensamiento de Chaves Nogales (Sevilla,1897-Londres, 1944), el magnífico periodista y escritor sevillano quien nos dejó las siguientes perlas: “Siempre he creído que el respeto y la verdad son dos elementos esenciales en la vida de cualquiera”.
“Creo que nuestra obligación, aquí y ahora, en España, por encima de las diferencias políticas de unos y de otros, consiste en evitar la radical confrontación partidaria y el consiguiente revanchismo ciudadano, circunstancias que debemos rechazar por inmorales y disolventes, lo que no significa que debamos prescindir del debate, siempre que erradiquen del mismo, el insulto y la amenaza”. Verdad, libertad, democracia ¿Les suenan estos términos escritos hace un siglo, que resultan hoy, de plena actualidad?
El rey Felipe VI en su discurso del 21 de noviembre hizo un llamamiento al diálogo y a la convivencia democrática con motivo de los 50 años de democracia y de la muerte de Franco. Yo acuso a quienes en este tiempo, y desde hace años utilizan la mentira, el insulto, la descalificación, la injuria, la acusación sin pruebas, la instrucción de causas judiciales, basadas en recortes de prensa y presentadas por asociaciones ultraderechistas con ánimo de venganza y revanchismo político. Yo acuso a los partidos y particulares que utilizan y toleran la corrupción en su seno, y no ponen cortafuegos para impedir su expansión. Yo acuso a políticos, jueces , periodistas, tertulianos y mercanchifles que utilizan la ley del embudo frente a la razón y el rigor. Yo acuso a los políticos que buscan la confrontación permanente, la crispación y utilizan la mentira, los insultos e injurias contra el adversario, importándoles un bledo la convivencia, el respeto y la mejora de la sociedad y del país, España, que nos alberga a todos y a todas. La última muestra la hemos tenido con las intervenciones de los líderes del PP, a cual más explosiva ante el templo de Debod, en Madrid: El líder del PP, Núnez Feijóo dijo: “El sanchismo está en la cárcel y tiene que salir del Gobierno” (portada de ABC), o “España no aguanta un día más”. España sí aguanta, Sr. Feijóo, salga a la calle y vea. El que no aguanta es usted. Yo acuso a los medios de comunicación y a los supuestos periodistas que divulgan noticias e informaciones falsas, a sabiendas, sin contrastar, acudiendo a fuentes interesadas en que los bulos y las mentiras prevalezcan sobre la verdad. Yo acuso a Miguel Ángel Rodríguez, director del Gabinete de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de mentir con una nota de prensa que filtró a determinados medios para acusar al FGE, Álvaro García Ortiz. Este individuo, MAR, dijo aquello de “p´lante”, igual que el ex presidente José María Aznar indicó el rumbo a seguir: “el que pueda hacer que haga”. Y vemos que políticos, jueces y periodistas están haciendo y obedeciendo directrices políticas para derribar al Gobierno legítimo y a su Presidente, Pedro Sánchez, elegido por la soberanía popular del Congreso. Ejemplo: la condena del TS al Fiscal General del Estado, filtrada antes de conocerse la sentencia definitiva, lo que ha provocado estupor y rechazo de buena parte de la sociedad. Apelo de nuevo, al discurso del rey. Este país necesita de diálogo, convivencia democrática y dejar de politizar la justicia y judicializar la política, si no queremos volver medio siglo atrás, al apagón, en nuestra historia reciente.