La Cueva del Gato conserva su tirón en verano
Medio Ambiente
A pesar de la crisis sanitaria el paraje sigue atrayendo a una gran cantidad de visitantes a sus aguas
La zona incorpora un proyecto de hostelería, restauración y agricultura ecológica en un antiguo hotel
Benaoján/La Cueva del Gato es uno de los parajes naturales más buscados durante el verano. Su lago de aguas cristalinas que acaban de salir del interior de la montaña atrae cada año a cientos de personas que buscan mitigar los calores del verano con un chapuzón en unas aguas que tienen fama de frías pero que siguen siendo un paraíso para los visitantes.
Este año, a pesar de la pandemia y sus efectos sobre el turismo, el paraje sigue manteniendo el tipo y la afluencia de personas sigue siendo muy importante. Eso sí, a los que menos madruguen, especialmente durante los fines de semana, les pueda tocar guardar cola para poder acceder al paraje que tiene un aforo máximo de 200 personas. Un control que llevan de forma rigurosa los vigilantes del Ayuntamiento de Benaoján que se encuentran en la zona de acceso y que también son los encargados de hacer un control de temperatura antes de entrar.
Este año en la zona, además de los controles de seguridad y la presencia de socorristas, también se cuenta con una zona de sombra mediante sombrillas que amplía los espacios propiamente naturales y que ofrece la frondosa arboleda que rodea a dicho espacio. Una medida que también permite mantener con mayor facilidad las distancias de seguridad.
“No estamos notando mucho la crisis”, dice uno de los vigilantes, y es que la presencia de visitantes no para aunque desde hace unos años, cuando el Consistorio implantó el sistema de control de acceso y los servicios de socorrista la entrada al mismo tiene un coste de 2 euros por persona.
Un oasis natural que incorpora este año un importante proyecto en sus proximidades, ya que el empresario de la hostelería y restauración, Miguel Herrera, decidió tomar las riendas del hotel Cueva del Gato y poner en marcha su proyecto convertirlo en un complejo que contará también con una escuela de hostelería para profesionales y formación en agricultura ecológica. A ello une el propio hotel que ya se encuentra abierto tras su transformación interior y el servicio de restauración que en estos momentos funciona bajo reserva. Unas instalaciones que se encuentran justo en la zona de acceso a este paraje natural a las orillas del río Guadiaro.
Herrera resalta su apuesta por dotar a la zona de un complejo que apuesta por el respeto al medio ambiente con dos elementos tan importantes en la zona como la restauración y la agricultura ecológica. En su huerto se muestra orgulloso de los primeros tomates corazón de toro que producen, diferentes plantas aromáticas o las sandias que crecen junto a cebollas o diferentes tipos de pimientos.
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