En el ámbito del atletismo, destaca una figura con luz propia: María Pérez García, bicampeona mundial de marcha atlética. Desde sus primeros pasos en el Club Nerja hasta sus triunfos más recientes en Budapest, María ha dejado una marca indeleble en el deporte, subrayando que la perseverancia y el compromiso son las claves del éxito. En un reconocimiento significativo, fue consagrada recientemente como Turista de Honor 2023 en Nerja, considerando esta localidad como su "segundo hogar". Es digno de mención que esta distinción marca un hito, siendo la primera vez que una atleta recibe tal premio en el municipio malagueño.

María Pérez, nacida en Orce, Granada en 1996, se inició en la marcha atlética a los 11 años bajo la tutela de Jacinto Garzón, su entrenador de toda la vida. Desde su debut internacional en el Campeonato Europeo sub 18 en 2013, ha acumulado numerosos títulos nacionales, siendo campeona de España en diversas distancias y años.

En el Campeonato Europeo de 2018, logró la medalla de oro en la prueba de 20 km, estableciendo un récord de España. Aunque ocupó el cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, María ha experimentado descalificaciones en el Campeonato del Mundo y en el Campeonato de Europa en 2022. Sin embargo, en marzo de 2023, batió su récord de España de 20 km y en mayo estableció un nuevo récord mundial de 35 km, ganando la medalla de oro en el Campeonato de Europa por equipos. Este mismo año, se coronó bicampeona mundial en las distancias de 20 km y 35 km. Además de su destacada carrera atlética, María estudia Educación Infantil en la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).

En los inicios de su carrera en el atletismo, la atleta recordó el pensamiento que la motivó desde su juventud: "Siempre pensé en ser olímpica". Su trayectoria profesional comenzó a la temprana edad de 15 años en el Club de Nerja, donde no solo encontró su identidad como atleta, sino también amistades duraderas que perduran hasta el día de hoy.

"En categoría juvenil de primer año, con unos 15 años, conseguí mi primera internacionalidad, y ahí es cuando me lo tomé aún más en serio", contó María, rememorando el momento clave en el que su carrera internacional comenzó a tomar forma.

Con un historial que incluye dos clubes de atletismo, Nerja y Valencia Sport, la atleta resaltó la significativa conexión emocional con el Club Nerja. En sus propias palabras, "Nerja fue mi casa, donde inicié el camino para convertirme en la atleta que siempre soñé ser".

Describiendo la ciudad, destacó su amor por la gente, el paisaje y las amistades que cultivó en la localidad y sus alrededores. Es en Nerja donde María dio los primeros pasos competitivos y experimentó la sensación de ser una verdadera deportista, marcando así el comienzo de su carrera internacional como bicampeona mundial. La atleta confesó que siempre que puede, se escapa para disfrutar del tiempo en Nerja junto a su familia, compartir comidas con sus amigos y, sobre todo, considera este lugar como su favorito para celebrar cualquier logro.

La conexión de María Pérez García con Nerja va más allá de los logros deportivos; es un lazo arraigado en experiencias compartidas, amistades duraderas y un sentido de pertenencia que resuena en cada zancada de su carrera atlética.

María Pérez celebra el título mundial en Budapest.

La preparación de una atleta de élite como la de Pérez es intensa. Con una media semanal de 115-120 kilómetros de entrenamiento y al menos dos sesiones de gimnasio, muestra el nivel de dedicación que requiere su disciplina. "Depende del momento de la temporada, pero siempre hay una media de esos kilómetros por semana, algunas semanas con más kilómetros que otras", explicó María.

En medio de un debate sobre la posible reducción de la marcha en los Juegos Olímpicos, Pérez defiende la importancia de su disciplina. "Es la especialidad que más respeto se debe tener", declaró con firmeza. Señala que la marcha ha sido una fuente constante de medallas para el atletismo español, tanto en eventos olímpicos como mundiales.

Fuera del escenario competitivo y los focos, la atleta se muestra como una mujer con una rutina diaria meticulosamente estructurada. Desde sus entrenamientos matutinos hasta los momentos de descanso y estudio, proporciona una visión detallada de su día a día. "Me levanto alrededor de las 8 o 8:30, desayuno, y a las 10:30, como muy tarde, estoy entrenando", compartió. En lo que respecta a su mentalidad y ambiciones, María se describe a sí misma como una persona exigente consigo misma y, con un toque de humor, atribuye esta característica a su condición de Tauro, subrayando que es una cualidad profundamente arraigada en su personalidad.

La granaína reflexionó sobre la figura de la mujer en el atletismo y resalta que, si bien las becas y la ayuda son igualitarias, aún hay desafíos en la visibilidad mediática y los patrocinios privados. Tras su experiencia en Budapest, reconoce avances en los medios de comunicación pero señala que queda mucho por hacer en el ámbito privado.

En el camino de la campeona del mundo, Jacinto Garzón, su entrenador, es una figura clave. "Él sembró un arbolito que ha ido creciendo, y ver crecer y hacer realidad su sueño no creo que sea algo fácil", expresó María con gratitud. La relación entre ambos va más allá del ámbito deportivo; es una conexión que ha sido fundamental en su éxito.

En cuanto a sus próximos desafíos, la atleta tiene la vista puesta en los Juegos de París, con el objetivo de llegar en el mejor estado de forma, tanto física como mental, subrayando así su constante búsqueda de la excelencia en la competición deportiva de élite.

María Pérez García, la marchadora que ha conquistado campeonatos y corazones, brinda un vistazo a su vida más allá de la pista. Con una mezcla de determinación, humildad y pasión, esta atleta española sigue marchando hacia la gloria, dejando una huella imborrable en el mundo del atletismo.