Pantano Conde de Guadalhorce, la playa del interior

Kayaks, hidropedales, hamacas y parque multiaventura acuático forman parte de la oferta del entorno La apertura del Caminito del Rey ha contribuido a aumentar la demanda

1. Un joven se zambulle en las aguas del pantano. 2. Una persona en un hidropedal. 3. Una mujer toma el sol y al fondo las instalaciones del parque acuático. 4 y 5. Jóvenes y niños practicando kayak.
1. Un joven se zambulle en las aguas del pantano. 2. Una persona en un hidropedal. 3. Una mujer toma el sol y al fondo las instalaciones del parque acuático. 4 y 5. Jóvenes y niños practicando kayak.
Javier Flores Málaga

27 de julio 2015 - 05:01

Kayaks, hidropedales, hamacas y parque multiaventura acuático. La relación podría formar parte de cualquiera de las muchas playas del litoral malagueño en el que se ofrecen actividades y servicios complementarios a los turistas relacionados con el agua, aunque nada tiene que ver con el litoral, es la oferta que puede encontrarse en el pantano Conde del Guadalhorce de Ardales.

Un espacio que se abre un pequeño hueco entre los destinos acuáticos preferidos por los turistas, en especial, por aquellos que buscan agua dulce y buscan evitar el agua salada del mar.

Sus inconfundibles aguas de color turquesa son un gran atractivo para los cada vez más frecuentes visitantes. "Este pantano se ha ido conociendo poco a poco", explica uno de los responsables de una de las zonas de actividades acuáticas habilitadas. Además, reconoce que el Caminito del Rey está contribuyendo a que personas que no conocían su existencia o no sabían la oferta de turismo de interior que había, ahora sepan que tienen una alternativa al sol y playa a unos 30 minutos de la capital de la provincia.

Además, este año también se ha incorporado como novedad uno parque acuático, como los que tan de moda están en las playas. "Tenemos que ofrecer todo lo que piden los clientes", explican.

Mientras tanto, los bañistas aseguran que se trata de una zona tranquila en la que poder disfrutar de agua cristalina, disfrutar de múltiples servicios sin necesidad de realizar desplazamientos y, todo ello, rodeado de una exuberante naturaleza que ofrece un complemento ideal para aquellos que prefieren este tipo de vacaciones. Además, también es posible acampar en la zona, hospedarse en alguno de los hoteles, comer en sus restaurantes o, simplemente, acudir con la correspondiente nevera cargada de comida y bebida a pasar una jornada en la orilla del pantano o en alguna de las mesas de las áreas recreativas.

Además, en algunos de los acantilados del pantano los más atrevidos también encuentran un punto para poner en práctica su valor a la hora de lanzarse al agua desde un punto elevado ante la mirada de los bañistas de la zona y de los compañeros de aventuras.

"Aquí se está de maravilla, tenemos sombra, agua limpia y si te apetece tomarte algo también puedes hacerlo", explicaba uno de los bañistas que había optado por instalarse en una zona de acceso libre con sus sillas, mesa y toallas de playa.

Poca diferencia podemos encontrar entre las orillas de este pantano y las playas. Familias al completo jugando en el agua, colchonetas para tomar el sol plácidamente sobre o guerra acuática.

En cuanto a la necesidad de utilizar calzado en algunos puntos por aquello del terreno, la respuesta de los amantes del pantano es contundente. "En algunas playas es imposible meterse también sin zapatos de las piedras que tienen", contesta Antonio al ser preguntado por este asunto.

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