Desde que el Trapiche del Prado, edificio fundamental en la historia azucarera de Marbella, se incluyera en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra debido al progresivo deterioro al que se encuentra expuesto, su situación no ha mejorado mucho más, sino más bien al contrario. Por esta razón, diferentes colectivos se han unido en la Plataforma en Defensa y Mantenimiento del Trapiche del Prado, promovida por la Asociación Cilniana, la Asociación cultural San Pedro Alcántara 1860 y la Asociación Marbella Activa, y en la que también participan otras asociaciones, con el objetivo de poner en valor este edificio e instar a las administraciones competentes a que lleven a cabo lo antes posible su rehabilitación. Paralelamente, se ha iniciado una recogida de firmas a través de la plataforma digital change.org que ya cuenta con más de 290 rúbricas.

Asimismo, tras la constitución de la nueva plataforma el pasado miércoles, este sábado, a las 11:00 tendrá lugar su presentación, donde se procederá a la lectura de un manifiesto en el que se pone en valor "el más importante resto preindustrial de la provincia de Málaga". "El acuerdo plenario de 31 de octubre de 2008, por el que se adjudicó la concesión de la construcción de un geriátrico en la parcela del antiguo Trapiche de la Inquisición, hizo renacer la esperanza de su rehabilitación. Tras la magna operación municipal de limpieza del edificio y las catas arqueológicas del verano de 2009, el resultado fue impactante. Al sur quedaron abiertas las bocas de un conjunto de hornos, sobre ellos, la cocina, el cuarto de las calderas, perpendicular a la molienda hidráulica, donde se hallaron restos del banco", recuerdan en el escrito, en el que también se destacan otros de los descubrimientos hallados en el recinto ese mismo año. "La impresionante caballeriza, de techos altos y pilares cuadrados y al sureste, la más singular de las construcciones, una estructura circular, rodeada por una galería anular sobre el que giraban los animales que impulsaron la molienda", agregan.

Cabe recordar que el conjunto, construido en el año 1644, es actualmente propiedad del Ayuntamiento por donación de la familia de Mateo Álvarez en 1992 para la construcción de una residencia pública en el municipio, para la que la ex alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, llegó a colocar la primera piedra.