La propietaria de la papelería Cosas de Torremolinos se jubila tras 36 años de comercio de cercanía
Elena Ponce ha regentado el negocio durante más de 3 décadas en el barrio de El Calvario
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Elena Ponce ha regentado durante 36 años la papelería Cosas de Torremolinos, en el barrio de El Calvario, manteniendo a lo largo de más de tres décadas un comercio de proximidad basado en la cercanía y el trato con el cliente. La empresaria se jubila llevándose el “cariño” y el “contacto diario” de sus usuarios, aunque el negocio continuará dando servicio a la zona.
Esta catalana afincada en la Costa del Sol desde los años 80 del pasado siglo inicia así una nueva etapa que afronta con “ilusión”, dejando atrás la actividad laboral: “Tengo la edad y necesito descansar un poco y transmitir a los jóvenes que sigan dando vida al país”, ha apostillado.
La alcaldesa de la ciudad, Margarita del Cid, ha querido homenajear a la comerciante esta semana con una visita al establecimiento, que Ponce ha acogido con “sorpresa, mucha emoción y agradecimiento” en su despedida.
“Las ganas de trabajar, el gusto por el negocio, el quererlo y mimarlo y cuidar a la clientela” son los secretos del éxito de esta papelería emblemática de la ciudad, que ha sabido conservar a lo largo del tiempo la esencia de antaño, siendo un comercio “de toda la vida” y una experiencia laboral que agradece a la clientela que ha depositado su confianza.
Así, ha puesto de relieve que el establecimiento se mantiene “muy a la antigua, dentro de las necesidades de los tiempos”, por lo que “puedes venir aquí y ver lo que era una papelería de antes”. Y ello pese a la evolución del sector, con “negocios que hoy son muy distintos y se diversifican mucho”, además de la competencia.
“Hay que luchar mucho con la tienda y procurar mantener a los clientes en todos los sentidos, ofrecerles, traerles y si te piden un producto buscárselo de todas las maneras para seguir conservándolos”, ha referido en torno al trato de proximidad, incidiendo en que sus clientes “son mi familia del día a día, con tantos a diario desde que abres hasta que cierras, empiezas por la prensa y son fijos”.
La comerciante ha ensalzado su labor a lo largo de estos años al frente del negocio, donde ha tenido “un contacto diario con mucha gente, prensa, fotocopias o el ordenador”, destacando el papel de la papelería en el barrio como “una base del comercio para los niños, los libros o los colegios” y poder ofrecer que los menores “lean más, introducirlos en los libros o en la prensa diaria”.
Agradecimiento a la clientela
“Son muchos años en el barrio, y una se siente agradecida, al igual que los clientes porque me lo están demostrando”, relata esta comerciante mientras apura sus últimos días de actividad en el negocio, al que han acudido numerosos vecinos para trasladarle su afecto, “desde el que viene con mucha ilusión a desearme que me vaya bien o suerte, hasta el que echa unas lágrimas conmigo”. “Desde que lo supieron hasta ahora, son palabras de mucho gusto y mucho aprecio. Estoy muy contenta, agradecida de corazón”, ha remarcado.
Después más de tres décadas dando servicio a El Calvario, Ponce se lleva el “cariño de los clientes del día a día, el venir y hablarme como si fuera una más de su familia, son muchos años y eres uno más”. “Yo vivo en el barrio, y me voy con esa satisfacción de agradecimiento”, ha relatado, ensalzando que “es un contacto tan diario que somos uno más, todos”.
Asimismo, ha comentado cómo el comercio ha sido un referente para las diversas generaciones del barrio, incidiendo en que son “muchos tipos de clientes y muchos años, empiezas con unos niños y ahora estoy terminando con los hijos de ellos, y eso es bueno”.
El relevo del comercio lo tomará un “matrimonio joven” que aportará “nuevas ideas”, María y Fran, aunque ha matizado que “la papelería seguirá igual”, los cuales “tienen la suerte de ser conocidos porque son del barrio”. Así, Ponce apura sus últimos días de actividad hasta el próximo sábado, 22 de noviembre, para dar paso a los nuevos gestores, que reabrirán el 1 de diciembre.
Este nuevo periodo de jubilación que se abre para esta vecina de El Calvario servirá para disfrutar de su familia y su entorno: “Pensaré que llevo muchos años trabajando y que no he vivido en mi casa. Conoceré y atenderé mi casa, a mi familia y a mis nietos, los pequeños son lo principal y disfrutaré más de ellos que hasta ahora”, ha celebrado.
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