Gastronomía

El mejor vino tinto con crianza de más de seis meses de Málaga se hace en Los Frutales

Juan Bernal, enólogo de la bodega Los Frutales en la sala de barricas

Juan Bernal, enólogo de la bodega Los Frutales en la sala de barricas / Javier Flores (Ronda)

La Diputación de Málaga concede todos los años los premios a los mejores vinos de la provincia mediante un concurso que se organiza desde Sabor a Málaga, entidad dedicada a los productos malagueños.

Unos vinos que pasan a formar parte de los regalos oficiales que se entregan desde la institución supramunicipal. Y es que los premios que se conceden son convertidos en compras de los vinos ganadores, al igual que se hace con los concursos a los mejores aceites y quesos.

Este año ha sido la bodega rondeña Los Frutales la que recibió el premio al mejor vino tinto con más de seis meses de crianza, en concreto, a su Cabernet sauvignon del que tan solo se elaboran 1.500 botellas, al tratarse de una edición limitada.

Además, se trata de un vino que en el mercado no se encuentra entre aquellos que tienen un precio más elevado, ya que una de sus botellas se puede vender sobre unos 19 euros, una cifra realmente contenida para un vino de premio.

El enólogo de la bodega, Juan Bernal, se mostró muy satisfecho por este reconocimiento, algo que considera que también supone un respaldo al trabajo que se está realizando en esta bodega que en la actualidad se encuentra en pleno proceso de reorientación tras la llegada de un nuevo propietario.

Además, según reconoce Bernal, el vino que resultó seleccionado es uno de sus "preferidos". Asegura que tiene una características que encajan en el gusto que tienen muchos consumidores de vinos y que cuentan con una muy buena aceptación general.

Precisamente, entre los nuevos objetivos que se han marcado se encuentran ampliar su cuota de mercado mediante la venta en tiendas y restaurantes, por lo que este premio les llega en el momento óptimo de cara a su valoración por parte de los potenciales consumidores.

En la actualidad cuentan con 4,5 hectáreas de viñedos que fueron plantados entre los años 2000 y 2001 que se encuentran situados a los alrededores de la propia bodega en un paraje cuyo nombre que da nombre a la misma. Unos viñedos que son cultivados de forma ecológica y en los que tan solo se hace una labranza al año para airear el terreno y posteriormente se mantiene la cubierta vegetal durante el resto del año.

Precisamente, Bernal sostiene que uno de los éxitos de los vinos de esta bodega se encuentra en el trabajo que se realiza en el campo, ya que, según afirma "es algo que nunca hemos descuidado y siempre se tuvo en consideración el cuidado adecuado de los viñedos". De hecho, reconoce que el trabajo en el campo es una de las partes que más satisfacción le producen.

Unos viñedos de los que sale la uva con la que se elaboran en la actualidad cuatro vinos tintos, un rosado y un blanco, aunque dentro de la reorientación en la que se encuentran inmersos también tienen previsto reducir su gama de tintos para quedarse únicamente con dos referencias. En total son unas 25.000 botellas las que cada año pone esta bodega en el mercado.

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