Proyectos singulares contra la despoblación en la Serranía de Ronda

Pueblo Museo, Aldea Azul o el Bosque Encantado ya reportan beneficios para los pueblos de la comarca

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Tirolina en Júzcar.
Tirolina en Júzcar. / Javier Flores

Ronda/La despoblación y las medidas para luchar contra la misma siguen siendo temas que de forma recurrente aparecen en el debate político; en especial, en periodos próximos a las convocatorias electorales. Múltiples ideas son lanzadas en esos momentos y se realizan promesas de planes para tratar de atajar el problema, aunque la realidad es que la mayoría de las ideas salen de las zonas que están afectadas y en muchos casos sin ningún o escaso apoyo de otras administraciones.

Particulares y ayuntamientos buscan fórmulas para conseguir que en estos pequeños municipios se pueda mantener una mínima actividad económica que permita la creación de algunos puestos de trabajo o la apertura de negocios. Todos ellos tienen como objetivo fijar población y ofrecer una mínima posibilidad para que los jóvenes puedan tener la opción de elegir entre quedarse o marcharse y que no sea una obligación irse.

Una de las áreas afectadas por este problema es la Serranía de Ronda, cuyos municipios pierden población desde hace años. Un panorama que hace que estos pueblos no dejen de crear ideas que permitan atraer visitantes y residentes.

Artista en su taller de  Genalguacil.
Artista en su taller de Genalguacil. / Javier Flores

El proyecto más reciente ha sido puesto en marcha por Parauta. Este municipio creó el Bosque Encantado en uno de los caminos públicos que cruza uno de sus castañares. Allí, el artista local Diego Guerrero dio forma a una idea financiada por el Ayuntamiento con el objetivo de crear un atractivo para que las familias visitasen la localidad más allá de las épocas relacionadas con el conocido como Bosque de Cobre, una idea que lanzó hace unos años la Diputación de Málaga y que tiene una gran acogida, aunque está limitada a las semanas que dura este color en los árboles.

“Los fines de semana está siendo tremendo el número de visitantes, hasta el punto de que nosotros el chiringuito de la piscina solo lo abrimos en verano y lo hemos tenido que acondicionar como un tercer restaurante los fines de semana”, explica la alcaldesa del municipio, Katrin Ortega.

Además, los propios vecinos también han tomado la iniciativa y han puesto en funcionamiento puestos de bebidas, castañas o los tradicionales roscos de la zona. Los restaurantes que ya existían también han tenido que reforzar sus plantillas. “Está siendo increíble, hemos tenido que utilizar el campo de fútbol para aparcar coches”, dice Ortega, que recordó que el proyecto está en construcción.

No lejos de allí, en Júzcar, la decisión de los creadores de los Pitufos de utilizar esta localidad para la presentación de varias de sus películas pintando el pueblo de azul también se convirtió en una oportunidad para crear otro proyecto diferenciador.

Diego Guerrero junto a uno de sus magos en Parauta.
Diego Guerrero junto a uno de sus magos en Parauta. / Javier Flores

Reconvertido en la aldea azul, tras los problemas con los creadores de los conocidos dibujos por los derechos de autor, en estos momentos los vecinos están renovando la pintura azul y que sigue siendo un atractivo para cientos de personas que acuden cada semana a conocer esta rareza en una región conocida por el color blanco de sus paredes. Además, la Diputación de Málaga impulsó la creación de un parque de aventuras dentro del propio municipio para dar impulso al proyecto.

Una idea que sigue funcionando a pesar del paso de los años y que, según su alcalde, Francisco Lozano, esperan poder potenciar con la llegada de nuevas familias que quieren poner en marcha actividades de aventura. “Seguimos funcionando y ahora hemos creado un cuento para dar vida a nuevos personajes”, señaló Lozano. Una idea que se está realizando en colaboración con los empresarios locales.

Sin abandonar el Valle del Genal, aunque en su parte más próxima a la costa y ya en los límites de la Serranía rondeña, Genalguacil lleva años creando su proyecto de Pueblo Museo vinculado al arte contemporáneo. Una idea que se encuentra ya consolidada y que cuenta con su propio museo municipal, además de las innumerables obras que han dejado en sus calles las diferentes ediciones de sus Encuentros de Arte y que hacen que sea un museo al aire libre, algo de lo que pocas localidades de esta envergadura pueden presumir. El museo cuenta con un gran fondo de artistas del sector y también realiza exposiciones temporales.

La idea terminó atrayendo a artistas que han instalado sus talleres creativos en la localidad y otros artesanos, siendo cinco artistas los que residen en el municipio y realizan allí sus creaciones, a lo que se añaden artesanos de cuero, zapatos, textil, joyería y macramé.

“La gente que está viniendo sabe que Genalguacil es una oportunidad para las personas que se dedican al arte y la artesanía porque la gente que nos visita está predispuesta a consumir este tipo de productos, por lo que es más fácil estar aquí que en otros municipios”, dice su alcalde, Miguel Herrera.

Además, el aseguró que “el proyecto está consolidado y tiene repercusión directa en los negocios, restaurantes y alojamientos”, dice Herrera. Incluso en estos últimos años se produjo un incremento de alumnos en el colegio. “Es una traducción directa de lo que tiene que ser la lucha contra la despoblación”, dijo.

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