Bardal, cocinando a la luz de las linternas por un motivo benéfico

El equipo del biestrellado restaurante rondeño recurrió a sartenes y trabajo manual para sacar adelante el menú del evento

Nini Rivera, en primer plano, junto a dos de sus compañeras durante el evento.
Nini Rivera, en primer plano, junto a dos de sus compañeras durante el evento. / M.H.

Ronda/Chefs for Children celebró durante la jornada de este lunes su tradicional evento solidario en el que diferentes equipos de grandes restaurantes elaboran un menú para su cena de gala. Entre ellos, como ocurre desde hace varios años, estaba el equipo de Bardal, el biestrellado rondeño que dirige el chef, Benito Gómez.

Ni de lejos podían imaginar mientras preparaban el evento que tendrían que tirar de toda su imaginación y habilidad para sacar adelante su parte del menú sin que los asistentes notasen nada a pesar de tener que cocinar a la luz de las linternas, recurriendo a antiguos hornos de gas o montando el pil pil a mano. "Tuvimos que adaptarnos a lo que funcionaba en la cocina, todo lo eléctrico, hornos y máquinas estaban fuera de servicio", ha explicado Nini Rivera, jefa de repostería y segunda jefa de cocina.

No obstante, fue rotunda a la hora de señalar que "ha sido una experiencia muy fuerte y a la vez muy bonita, diría que fue la mejor de las que estuve".

"La odisea empezó antes de empezar a cocinar, porque era un sitio nuevo y sin navegador para llegar ya fue una primera aventura", ha explicado Rivera. Una vez allí tuvieron que recurrir al ingenio y volver a las sartenes en los fuegos de gas y a los hornos de gas que afortunadamente pudieron hacer andar.

"Fue todo una locura, pero muy bonito, nos ayudamos los unos a los otros", ha señalado Rivera. Y es que eran varios los restaurantes que se encargaban de confeccionar el menú de la noche.

Incluso disponer de la vajilla se convirtió en otro gran reto, ya que, sin electricidad y sin lavavajillas, solo quedaba fregar y secar a mano unos 400 platos. "Menuda manera de fregar y secar", ha recordado la reconocida repostera entre risas. "A pesar de todo, lo pasamos genial, nos reímos mucho, todo salió bien y eso era lo importante", ha insistido Rivera.

Eso sí, la odisea del equipo no quedó en el cocinado. Tras terminar el servicio y emprender el viaje de regreso, la noche y la falta de iluminación había acabado con cualquier rastro de señal o punto de orientación que habían tomado a la llegada. "Dimos unos cuantas vueltas hasta que entró un poco de señal y pudimos marcar la ruta, aunque luego se volvió a perder otra vez".

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