Una bodega de la Serranía marcará un récord: 400.000 botellas de producción

Doña Felisa tiene previsto afrontar una inversión de 4 millones de euros

Bodega Doña Felisa en Ronda, una isla encendida en mitad de una España en negro

José María Losantos, fundador de la bodega.
José María Losantos, fundador de la bodega. / Javier Flores

La bodega rondeña Doña Felisa ha iniciado las obras de construcción de la segunda fase de sus nuevas instalaciones. Tras poner en marcha el pasado año la zona destinada elaboración y comercialización de sus diferentes vinos, ahora afronta la creación del espacio en el que se ubicará una sala de barricas subterránea, wine bar, recepción de visitantes, sala de catas, tienda y una sala de convenciones con capacidad para acoger hasta 500 personas. Unas nuevas dependencias cuya edificación tendrá un coste de 4 millones de euros.

La familia Losantos, propietarios de la bodega, espera que dichos trabajos puedan estar finalizados para mediados del próximo año y proceder a la inauguración de las mismas en junio de 2026 si todo se desarrolla según los planes previstos. Una vez concluidos se completaría todo el proceso de traslado de la bodega desde sus anteriores instalaciones y se inició con la plantación de unas 22 hectáreas de viñedos en la finca Amaya. Un proyecto que en su conjunto supone una inversión de 11 millones de euros.

Unas instalaciones que están pensadas para alcanzar una producción de 400.000 botellas. Los responsables de la misma están convencidos de la capacidad de penetración en el mercado de los vinos rondeños apostando por la calidad y la innovación en un mismo conjunto para producir sus diferentes referencias.

La nueva instalación, bautizada Viña Amaya en honor a la nieta de los fundadores, se alza sobre 22 hectáreas de viñedo ecológico plantado hace cinco años. Su proximidad a las ruinas romanas de Acinipo, conocida históricamente como Tierra de Vinos, proporciona un terreno excepcional para la creación de grandes vinos.

La elaboración se beneficia de tecnologías de última generación, como depósitos ovoides de hormigón, control climático automatizado en todas las fases de producción (incluyendo la elaboración de vinos espumosos) y un sistema de vendimia por gravedad que minimiza la oxidación del mosto.

Uno de los elementos más innovadores es el sistema Osiris, un dispositivo que emplea el CO₂ natural de la fermentación para realizar el remontado automático, mejorando la extracción de aromas, color y taninos sin intervención mecánica

A ello suma su autosuficiencia energética, contando para ello con un sistema de 300 placas solares y un sistema de almacenamiento de energía que le permite funcionar estando desconectada de la red eléctrica.

Rechazados los intentos de compra

La familia Losantos también ha confirmado que han rechazado varias ofertas de compra de grandes grupos bodegueros nacionales para hacerse con esta empresa que está valorada actualmente en unos 20 millones de euros.

"Es posible crecer con recursos propios, innovar sin perder las raíces y resistir el canto de sirena de los grandes conglomerados que quieren absorber empresas familiares", han asegurado desde la bodega en un comunicado. Además, han reafirmado el compromiso de la propiedad con Ronda y mantener su modelo de empresa familiar.

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