Las últimas lluvias han sido especialmente intensas en la Serranía de Ronda, aunque el nivel de los pantanos de la provincia no experimentó una gran recuperación. Sin embargo, en la comarca rondeña el agua transforma estos días un paisaje que era más parecido al que puede observarse en las épocas de verano, con ríos con escaso caudal, arroyos secos y manantiales de los que no brota agua o lo hace de forma muy leve.

Ahora, al recorrer los bosques serranos se vuelve a escuchar el rugir del agua mientras serpentea ladera abajo por alguno de los muchos pequeños cauces hasta encontrar algún arroyo o río de mayor tamaño a los que aportar ese agua que la tierra no fue capaz de absorber. Un ruido que transmite que la vida propia del invierno se recobra, al tiempo que el verde comienza a tomar protagonismo en praderas que estaban cubiertas de hierbas secas.

Además, la abundancia de las precipitaciones ha sido tal que hasta el frustrado pantano de Montejaque –que fue abandonado por las filtraciones de agua que sufría– volvió estos días recobrar la vida.

El frustrado pantano de Montejaque llegó a embalsar agua durante varios días.

Durante unos días se pudo apreciar desde diferentes puntos que había embalsado agua y que volvía a lucir el lago bajo la atenta mirada del cerro de Tavizna bajo el que se ubica. Un pantano que surte de agua abundante al sistema Hundidero-Gato, que estos días también presenta la mejor de sus imágenes con el agua como protagonista en su cascada de salida. Un agua que termina en el río Guadiaro y que supone un importante aporte para el trasvase del Majaceite que lleva estas aguas que se recogen en la provincia malagueña hasta la provincia de Cádiz, con la que limita la comarca de Ronda en este punto.

Además, a pocos metros de allí también se encuentra otro de los espectáculos naturales que cada año vuelve a nacer con la llegada de la época de lluvias, y es que el nacimiento de la Estación de Benaoján ya luce sus mejores galas.

El agua brota con fuerza desde el interior de la tierra en una de sus laderas, el lago de la pequeña presa que se encuentra a sus pies está lleno y luce su azul turquesa característico y la catarata burbujea y convierte en blanca el agua en su vertiginoso descenso hacia el cauce del río Guadiaro mientras cruza esta pequeña pedanía benaojana.

Un espectáculo que muchos no se quieren perder, por lo que es habitual encontrarse a numerosos visitantes inmortalizando con sus teléfonos este espectáculo que deja el agua de forma natural.

“Hacía mucho tiempo que no venía a verlo, aquí se venía a lavar cuando yo era joven y los arrieros se paraban a dar agua a sus mulos”, comentaba una de las personas que estos días acudía a visitar el espacio y que aseguraba que hacía mucho que no pasaba por allí.

Además, este año se procedió a la limpieza del matorral que prácticamente cubría la cascada y hacia casi imperceptible la bajada del agua, por lo que se pueden observar en todo se esplendor.

Una imagen de ríos que recobran vida que se puede observar también en otros puntos de la comarca. Incluso en las zonas afectadas por el incendio de Sierra Bermeja los pequeños arroyos de la zona vuelven a llevar agua y han devuelto parte del encanto perdido a causa del terrible incendio que calcinó casi 8.000 hectáreas durante el pasado verano.

Una imagen que suele durar durante el invierno y buena parte de la primera, aunque ahora dependerá de que lleguen nuevas épocas de lluvia para que se pueda mantener y siga aumentando el aporte de agua a los acuíferos de la zona. Y es que en incluso en la Serranía rondeña se había detectado una bajada importante en algunos de los puntos de captación, como fue el caso de Cortes de la Frontera.

Ahora estas precipitaciones que han devuelto el tradicional espectáculo natural de este época para los visitantes también supondrán un importante aporte el abastecimiento de los municipios serranos.

De momento las previsiones meteorológicas no son de lo más halagüeñas y no prevén que pueda llegar algo de lluvia, aunque sería de escasa importancia, hasta finales de esta semana, lo que iría acompañado de una bajada de las temperaturas.

Mientras tanto los lugareños y visitantes siguen disfrutando de este momento de bellas estampas y ríos con caudales crecidos a lo largo de toda la Serranía de Ronda.