Ensayos clínicos

La investigación sobre el cáncer no se frenó en 2020 pese a la pandemia

  • En el año 2020 se autorizaron más de 1000 ensayos clínicos, de los mismos 350 fueron en Oncología

  • El Covid ha propiciado nuevas formas de trabajo que se van consolidando

La formación dirigida a mejorar el perfil investigador de los profesionales es escasa.

La formación dirigida a mejorar el perfil investigador de los profesionales es escasa. / Archivo

Cuando en marzo de 2020 se paralizó, literalmente, el mundo tal y como lo conocíamos, también se paralizó la investigación. Al menos, la que no tenía que ver con el Covid-19. No obstante, España es el séptimo país del mundo con mayor producción científica publicada sobre la Covid-19, según el último informe de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. Es por ello que la población tiene la sensación de que la investigación sufrió un parón. Ejemplo de ello es la encuesta realizada por la Federación Española de Cáncer de Mama entre 562 de sus pacientes, que concluía que el 63% de las mismas no creía que la pandemia hubiera supuesto un impulso en la investigación.

Pero lo cierto es que 2020 fue un año especialmente prolífico en investigación, una vez reiniciada esta desde el mes de mayo, especialmente en Oncología. Así lo ponía de manifiesto en la presentación online de esta encuesta Amelia Martín, directora asociada de investigación clínica y traslacional de Farmaindustria. “En el año 2020 se autorizaron más de 1000 ensayos clínicos, de los mismos 350 fueron en Oncología y sobre el Covid fueron 146. Esto supone que 2020 haya sido un año excelente en investigación clínica, con cifras por encima de la media. Además, las cifras de este 2021, hasta este noviembre, apuntan a que en cáncer ya tenemos 345 ensayos aprobados, por lo que seguramente superemos el año anterior”.

De hecho, el Covid ha supuesto un impulso para la investigación en general, ya que ha potenciado nuevas formas de trabajo que han llegado para quedarse. En concreto, la experta señala el cambio que ha supuesto, tras la pandemia, la monitorización en remoto. “Esto ha permitido la descentralización de los ensayos clínicos, el envío de la medicación a casa del paciente. Estamos en un cambio de paradigma que puede suponer que más centros puedan participar”. Como señala la experta, actualmente los ensayos clínicos se concentran en Madrid y Cataluña. “Esto obligaba, por ejemplo, a un paciente de Almería a desplazarse. Ahora, gracias a la digitalización, puede acudir a realizar sus pruebas a un centro más cercano a su domicilio”.

España ya es el tercer país del mundo en investigación clínica, solo por detrás de Estados Unidos y China. Afianzar esta posición pasa por saber aprovechar los actuales fondos europeos en la formación de equipos multidisciplinares y apostar por la Medicina de Precisión, todo ello “apostando por una colaboración público-privada”, en palabras de Amelia Martín.

Aunque estos no son los únicos retos de la investigación en España. Ander Urruticoechea, vicepresidente del Grupo GEICAM de cáncer de mama, insistía en que es urgente “favorecer perfiles profesionales de sanitarios dedicados a la investigación, a los que se les de medios para desarrollar estas carreras. Esto es donde estamos peor comparativamente con otros países”. En esta línea, Eva Ciruelos, vicepresidenta de SOLTI, insistía en que falta formación en investigación. “No se forma en cómo pedir un proyecto, cómo colaborar internacionalmente, y de los pocos que sí se forman, acaban yéndose fuera por falta de oportunidades”.

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