mike smith. Ex jugador del mayoral maristas y caja de ronda

"Aterricé en agosto y lo primero que pisé fue la Feria"

  • El neoyorquino regaló un catálogo de mates y jugadas espectaculares en aquel Mayoral Maristas que ascendió a la Liga ACB hace ahora 30 años

  • Vive en Sevilla: "Andalucía es mi lugar en el mundo"

Mine Smith y Ray Smith, en una imagen de archivo.

Mine Smith y Ray Smith, en una imagen de archivo. / José Ángel García

Michael Smith Giggs (New York, 1963) jugó en aquel Mayoral Maristas que ascendió hace ahora 30 años a la Liga ACB. Sus espectaculares vuelos son recordados. Después jugaría en el Joventut, con el que ganó la Liga Europea, y el Real Madrid, además de ser internacional con España tras su nacionalización. Estuvo también en el Caja San Fernando y ahora vive en Sevilla. Estuvo vinculado al CB Dos Hermanas y ahora se prepara para lanzar un proyecto para la formación integral de deportistas. Como todo el que participó en aquella locura colegial tiene un recuerdo imborrable. Llegó con 22 años desde Dublín para jugar en Primera B. Protagonizó años de gran baloncesto.

-¿Cómo le va, Mike?

-Bien, bien. ¿Cómo está mi querida Málaga?

-Parece que en orden. ¿A qué se dedica ahora?

-Pues mira, salgo de una reunión. Sigo en el mundo del deporte aquí en Sevilla. Dentro de una semana presentaremos públicamente un proyecto. La Andalucía Sports Academy, una academia de deportes de baloncesto y fútbol de alto rendimiento. Intentar tener a chicos reclutados globalmente aquí en España para hacer formación deportiva, algo así como un internado. Con alojamiento, servicio médico y después oportunidad para tener becas americanas. Se trabajará en el deporte y la formación. Empezaremos con los campus de verano.

-Le llamaba porque se han cumplido 30 años del ascenso a la ACB con el Mayoral Maristas.

-Fue un momento sensacional en mi vida, llegué en un momento en agosto, durante la Feria. A cualquier persona le gusta Málaga, pero en agosto y en la Feria había un ambiente excepcional, era impresionante. Llegué, conocí a mis nuevos compañeros. Y lo primero que pisé la Feria. Todavía no había firmado el contrato y ya me llevaron. 'Esto es la gloria, Dios mío', pensaba. En menos 48 horas estaba convencido.

-¿Cómo acaba en Málaga?

-Yo estaba en Estados Unidos tras jugar en Irlanda. Yo sabía de mis límites, ni había salido en el draft ni oferta de NBA. En aquel momento, ir a España o Italia era lo máximo después de la NBA. Por supuesto, cuando tuve la oportunidad de opción a Málaga la cogí rápido. Jacinto Castillo me llamó y dijo que le hacía falta un jugador como yo. Cogí tres pantalones y dos camisetas y me fui al aeropuerto más cercano. Todo fue con un poco de suerte. Fue una de esas veces que sale una oportunidad y no tienes dudas.

-¿Qué se encuentra al llegar?

-Pues un equipo universitario, con mucho freshmen y sophomores (risas). Yo soy el más mayor y pienso 'Dios mío, son todos niños'. Era como un señor mayor en el equipo universitario. El ambiente no se puede describir. Es muy importante, ahí comprendí que se puede conseguir todo si hay un ambiente ideal, de compañerismo y trabajo. Entendimos perfectamente cada uno cuál era nuestro papel y nos ayudamos entre todo el mundo. Desde la Administración, con Jacinto al frente, toda la dirección, todos los técnicos y jugadores íbamos hacia el mismo lado. Si hacíamos una fiesta venía la dirección y los técnicos. No había grupitos, sino un solo grupo. Nos sentíamos unidos. Nunca sentimos problemas, hablábamos claramente las cosas.

-La imagen que llegaba era la de los Smith.

-Quizá ha sido la imagen espectacular, pero el equipo era Mayoral Maristas. Ni Ray ni Mike conseguimos eso solos, al contrario, teníamos que estar agradecidos a los demás porque trabajaban para que nosotros brilláramos. Mis compañeros fueron un equipo que hizo su trabajo cumpliendo sus roles a la perfección. Es imposible subir si no lo hacemos. Teníamos gran ilusión y confianza, aunque teníamos un equipo limitado por el presupuesto. Pero lo conseguimos porque creíamos en los demás. Era Mayoral Maristas, a lo mejor salían nuestros mates pero el trabajo era de todos.

-Su imagen haciendo un mate es el logotipo de la ACB. ¿Qué se siente?

-No sabía que era yo, alguien me avisó, era un orgullo. La ACB me ha dado mucho, España me lo ha dado todo. Es un respeto, una imagen muy bonita que la Liga ACB me escogiera. Me siento orgulloso. He podido ganar la Liga, también la Liga Europea con el Joventut, algún MVP, concurso de mates... Es un plus para mí, un poco más de orgullo.

-Habla de Andalucía como si fuera su tierra.

-La gente con la que tengo más amistad es de aquí, mi vida está aquí. Entre Caja San Fernando, Caja de Ronda, Mayoral... Es mi vida. Todavía tengo contacto con gente del Joventut, con Jordi [Villacampa] y Rafa [Jofresa], les tengo mucho cariño. Me alegro mucho por Alberto Herreros y Pablo Laso, que fueron compañeros míos en el Real Madrid y que ahora triunfan. Pero, claro, no es lo mismo llegar con 21 años a un lugar y echar raíces. Son 30 años ya por aquí, en Andalucía, el sitio en el que más he vivido en mi vida. Muchos años de amistad y amor a esta tierra.

-No se ofenda, pero sus compañeros me dicen que su socio Ray era el bueno.

-Cada uno tenía su importancia en el equipo. Unos pueden anotar más, otros rebotes, otros tiran... La clave era la compensación, que cada persona comprendiera a la perfección lo que el equipo necesitaba. Yo creo que Ray asumió su rol. Era un gran anotador, le dije al club que lo ficharan cuando hubo un problema en el equipo porque sabía de lo que era capaz, le había visto en Irlanda. Estuvimos a punto de descender y les dije 'Hay un gran jugador en Irlanda, entraría a la perfección'. Ray es uno de los mejores anotadores que yo he visto.

-El juego de aquel equipo enganchaba.

-No éramos un equipo alto, ni tampoco con mucho talento porque no teníamos presupuesto, pero teníamos muchas ganas de luchar. Con el equipo que teníamos había que defender y correr. No podíamos jugar en estático. Defender y correr, era eso. Hicimos un gran trabajo. Nacho llegó después del ascenso, era un gran base. Enrique Fernández un gran tirador... Éramos limitados, pero con siete jugadores que ya saben su rol perfectamente. No fuimos capaces de anotar muchísimos puntos, pero sí defendíamos.

-Se prepara una quedada para el mes de junio.

-Hablo con José Pedro García, Jesús Peña y los demás y ya me han avisado. Me coincide con el campus en el que estamos trabajando, pero si sale adelante me gustaría ir, claro, intentaría escaparme. Es mi familia de Málaga. Les quiero mucho.

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