Unicaja

Entrenamiento invisible en el Caminito del Rey

Los jugadores del Unicaja, en el Caminito del Rey.

Los jugadores del Unicaja, en el Caminito del Rey. / Unicaja B. Fotopress

Este jueves no hubo trabajo de parqué en el Unicaja, pero sí convivencia. Es una de las ideas que ha intentado implantar Ibon Navarro desde su llegada a Málaga. El entrenamiento invisible, la convivencia fuera de la pista, la creación o refuerzo de lazos que después puedan trasladarse al parqué y a los partidos. La plantilla al completo en Málaga con el staff cogió el autobús para desplazarse hasta Ardales y realizar el Caminito del Rey, emblemático lugar que desde su reapertura desde hace unos años acoge anualmente a decenas de miles de visitantes para contemplar la escarpada geografía y las grandes vistas del bello lugar enclavado en el interior de la provincia.

Comidas de grupo, visitas al paintball o a otros lugares de ocio han sido algunas de las actividades que ha realizado el equipo desde la llegada de Ibon Navarro. "Debo mejorar como líder, igual nos ha faltado algo de garra a los jugadores que llevamos más tiempo aquí", decía el año pasado Darío Brizuela al acabar la pasada temporada, reflexión que también compartió Alberto Díaz como punto de mejora para crecer colectivamente.

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